El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Mons. Carlos Castillo presidió la Celebración Eucarística en la Basílica y Convento de San Francisco de Lima con motivo de la Fiesta de San Judas Tadeo:«Nos hemos reunido para celebrar la fiesta de San Judas Tadeo, apóstol mártir que entregó su vida a la evangelización y anunció con claridad la Palabra» – comentó al inicio de su homilía.
![](https://www.arzobispadodelima.org/wp-content/uploads/2019/10/judas-tadeo-3-1024x682.jpeg)
Dios es amor y nada más que amor
Mons. Castillo explicó que la experiencia de «vivir intensamente» nuestra relación interpersonal con el Padre nos hace «servidores que anuncian a toda la humanidad el mismo sentido universal de la salvación que el Señor quiso entregar cuando murió en la cruz».
Por eso, al entregar su vida y resistirse a la tentación de bajarse de la cruz, Jesús nos enseña que la voluntad de Dios es «anunciar que Dios sólo es amor y nada más que amor», que tenemos un Padre amoroso que envió a su hijo para «darnos aliento» y recordar que «la vida en el amor es la que marca toda la existencia de las personas, y todos los problemas se resuelven si partimos del principio de amor gratuito, generoso, generador de vida y que nos da gracia, no desgracia».
El milagro de ser anunciadores del Evangelio
![](https://www.arzobispadodelima.org/wp-content/uploads/2019/10/judas-tadeo-4-1024x682.jpeg)
El obispo de Lima pidió que aprendamos a cuidar el amor gratuito que nos da el Señor y tomemos conciencia de su importancia en nuestras vidas:
«Cuando uno recibe un niño en la casa hay que cuidarlo – subrayó – cuando uno recibe la maravilla de la persona amada hay que cuidarla, especialmente a las mujeres, no hay que maltratarlas. Somos el cuarto país del mundo que mata mujeres, y por eso, los peruanos tenemos que corregirnos, comprender la maravilla del otro, cuidarnos mutuamente, no cuidarnos unos de otros, sino unos a otros, cultivar nuestras relaciones».
Y recordando la profunda devoción del pueblo limeño por el Señor de los Milagros añadió: «No hay mejor milagro que ser anunciador del Evangelio como lo ha sido San Judas Tadeo, y en la misa venimos para alimentarnos del cuerpo y la sangre del Señor para ser testigos, para ser milagro para los demás»
«Nosotros pedimos milagros cuando somos un milagro» – resaltó – «dejemos que el Espíritu nos mueva y verán ustedes cómo se producen millones de milagros que podemos testimoniar».
Necesitamos espacios para expresar lo que somos
![](https://www.arzobispadodelima.org/wp-content/uploads/2019/10/judas-tadeo-2-1024x682.jpeg)
Para tomar conciencia del amor generoso del Padre tenemos que apreciar al otro, «organizarnos para que hayan espacios de conversación, para tratarnos unos a otros y expresar lo que somos. Por eso nos damos este espacio de la oración y la devoción para sentir la presencia del Señor, expresarnos, cantar, y así entonces recuperar las fuerzas en el Señor», agregó.
El Papa Francisco siempre dice que la Iglesia está en movimiento, en camino, en salida, y esa Iglesia es la que nos llena de vida porque salimos al encuentro del otro.
«Que Dios los bendiga, llénense de ese espíritu que nos mueve, déjense mover por Él y salgamos a anunciar el Evangelio porque nuestro país necesita la Palabra del Señor para crecer», concluyó.