Arzobispo de Lima

Transparentemos a Dios en nuestras vidas

En medio de aplausos, cariño y el toque de una banda, el nuevo arzobispo de Lima y primado del Perú, monseñor Carlos Castillo, fue recibido por los vecinos del distrito de La Molina. La visita se inició en el Parque Naciones Unidas en la avenida El Corregidor donde lo esperaba el alcalde del distrito, Álvaro Paz de la Barra, y su esposa; así como también el padre Rafael Reátegui, párroco de la parroquia Inmaculado Corazón; monseñor Raúl Chau, obispo auxiliar de Lima; sacerdotes y cientos de fieles que llegaron para dar la bienvenida a nuestro arzobispo.

Entrega de la llave del distrito de La Molina

Luego del recibimiento, monseñor Castillo caminó junto con toda la comitiva hasta la parroquia Inmaculado Corazón. Antes de iniciar la Santa Misa, el alcalde de La Molina, Álvaro Paz de la Barra, entregó a monseñor Carlos la llave de la ciudad y le dedicó algunas palabras: “Renuevo mis votos católicos acá en este evento donde hay cientos de personas. Siempre decía, aunque haya piedras en el camino, esas piedras se conviertan en las rocas donde podamos construir el camino de la esperanza, y usted es la esperanza; y usted renueva ese espíritu, ese corazón convertido para transformar las cosas. El catolicismo tiene que hacer eso, transformar las cosas”.

Son tiempos de renovación

Por su parte, el arzobispo de Lima, en su homilía, agradeció las muestras de cariño de los fieles de la parroquia que lo acompañaron en la caminata y les pidió estar siempre atentos al llamado que Dios les hace en estos tiempos: “Son tiempos de renovación y por eso nosotros vamos a vivirlo como eso, renovación que significa reconocer y entrar en nuestros límites con la seguridad que detrás de esos límites están nuestras esperanzas. Y como bien nos ha dicho Álvaro hoy día, esos límites nos devuelven la esperanza a todos, no solamente al arzobispo, nosotros no solamente hemos de pedir esperanza sino ser esperanza a todos, no solamente pedir milagros sino ser un milagro para los demás”.

También afirmó que estamos viviendo una época difícil donde debemos renovarnos en la fe: “Es una época de esperanza, que será verdadera esperanza si enfrentamos la realidad, sino vivimos de las locas ilusiones, como decíamos hace unos días, las locas ilusiones nos sacan de nuestros pueblos, como dice el vals, pero nosotros tenemos el deber de salir a afrontar lo complejo y duro que es la vida y así encontrar las chispitas de esperanza que Dios ha colocado en la historia para renovarnos”.

“Por eso, toda tentación, hermanos y hermanas, es una manera de no enfrentar la realidad, porque no nos abrimos a la novedad de Dios que está en la historia. Tú eres un Dios escondido, decíamos en el Miércoles de Ceniza, Dios que ve en lo escondido; y eso es un tiempo para eso, para mirar en lo escondido la experiencia humana, para renovarnos, para poder apreciar cuanto el Señor está presente y hace posible como nosotros como hijos de Dios podamos asemejarnos a Él, podamos transparentarlo y para transparentarlo, nosotros tenemos que recurrir a Él para superar la tentación”.

Agradecimiento de la comunidad

Por su parte, el padre Rafael Reátegui, en nombre de toda la comunidad le hizo entrega de un crucifijo y agradeció la visita de monseñor Castillo a su parroquia, la cual sería la primera que visita como arzobispo de Lima: “Hemos adelantado Pentecostés, porque es el Espíritu de Dios que esta en este momento, en este lugar para renovar con fuerza la alegría de nuestra fe. Querido Monseñor queremos hacernos presentes con un detalle muy importante, porque estamos celebrado el misterio de la Cruz, en este detalle de cruz con María, queremos decir que nuestra oración, que nuestro cariño en esta noche se sigue prolongado en todas nuestras eucaristías, en todas nuestras oraciones para que sea ese buen pastor”.

Estuvieron presentes en la Misa, monseñor Raúl Chau, obispo auxiliar de Lima; y los párrocos de las diferentes parroquias de La Molina.

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