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Nuestra Pastoral Juvenil de Lima compartió la canción oficial que nos acompañará en la Jornada Arquidiocesana de la Juventud 2023. «Levanto mi voz por Dios», es el tema interpretado por Nicole Benites, de la Parroquia San Miguel Arcángel. ¡Y puedes escucharlo ahora!

Hace algunos días, la Pastoral Juvenil de Lima organizó el concurso de canciones para la JAJ 2023 en el auditorio de la Parroquia Santa Rosa de Lima, ubicado en Lince. Fueron cinco los temas finalistas que se presentaron en el recital, y después de una reñida competencia, se anunció la canción ganadora.

Se trata del tema «Levanto mi voz por Dios», de Nicole Gianella Benites. La joven cantautora no solo se hizo acreedora de un premio en efectivo, también ha grabado la canción en un estudio profesional bajo la producción musical de Freddy Mori – Verbo Music Records.

Nicole Benites: «Donde hay amor, ahí está Dios»

A sus 20 años, Nicole se desempeña como coordinadora del grupo juvenil «Amigos buscando a Cristo» (ABC), en la pastoral juvenil de su parroquia. A raíz de la convocatoria de la Pastoral Juvenil de Lima, ella se atrevió a participar por primera vez en un concurso de este tipo.

«Siempre le pedí a Dios una forma de desarrollar la música. No encontraba el momento, hasta que vi el anuncio del concurso y lo tomé como una señal para intentarlo», afirmó Nicole Benites en breves declaraciones para nuestra oficina de prensa.

La música es parte fundamental de mi vida y me acompaña en cada momento. Es muy importante para mi que haya música siempre

Nicole Benites

Sobre la composición de la canción, la joven de la Parroquia San Miguel Arcángel explicó que su inspiración surgió a partir de sus propias vivencias y realidades, pero, puntualmente, de las acciones solidarias que muchos jóvenes realizan desinteresadamente. «Es bonito que la gente siga levantándose para Dios, porque donde hay amor, ahí está Dios», agregó.

Inscríbete aquí en la Jornada Arquidiocesana de la Juventud 2023

Dirigiéndose a todos los jóvenes que participarán en la JAJ 2023, próxima a celebrarse el 2 y 3 de septiembre en el Coliseo del Colegio Claretiano, Nicole Benites dijo: «Los planes de Dios son perfectos, los tiempos de Dios son perfectos. Todos somos llamados por Él de distintas formas, y mientras haya una mínima curiosidad de saber de Dios, nuestra vida se hará más interesante. Si aún no te has decidido a participar de la JAJ pero sientes algo dentro que te llama, te diría que hagas caso a ese llamado para vivir esa experiencia y sentir a Dios en tu vida».

Levanto mi voz por Dios
(letra)

En una sociedad en la que tanto falta
¿Cuál es el propósito de mi existir?
Le he hecho esa pregunta tantas veces,
creo que lo empiezo a descubrir…

Rompo las cadenas,
pido fortaleza,
abrazo a mis hermanos,
oro por las penas.

CORO: Levanto mi voz por Dios,
dispongo mi corazón.
Mi cuerpo, mi alma,
mi tiempo, mi calma,
la entrego por su amor (bis).

Sé que soy testimonio de que todo pasa,
de que siempre va a mejorar.
Mientras yo esté en Tu presencia,
sé que nada va a salir mal.

Qué bonita se vuelve la vida,
sirviendo con alegría,
tal y como lo hizo María,
yo me levanto en nombre de nuestro Señor.

Convocatoria de voluntarios para la JAJ 2023

Además de compartir la canción oficial de la JAJ 2023, la Pastoral Juvenil de Lima también abrió la convocatoria de voluntarios. La invitación está dirigida a todos los interesados en brindar apoyo y soporte en la organización del evento que reunirá a miles de jóvenes de nuestra Arquidiócesis.

Para formar parte del equipo de voluntarios (no hay límite de edad), basta con llenar el siguiente formulario de inscripción: Postular como voluntario de la JAJ 2023

Cáritas Lima y la PUCP implementan cocinas mejoradas: un paso hacia la transformación social.

En el Perú, la realidad del hambre amenaza el derecho fundamental a la vida de millones de personas. Según datos recientes, se estima que más de 6 millones de peruanos sufren de inseguridad alimentaria, lo que representa aproximadamente el 18% de la población del país, y más de 700 mil niños menores de 3 años presentan anemia y desnutrición crónica. Estas cifras alarmantes reflejan la urgencia de abordar este problema desde diversos frentes.

En este escenario desafiante, Cáritas Lima desempeña un papel fundamental porque, además de brindar asistencia alimentaria a través de los espacios de servicios de alimentación comunitaria, parte de su labor consiste en la búsqueda de soluciones sostenibles.

Es así que, gracias al convenio establecido entre la PUCP y el Arzobispado de Lima, en colaboración con la Dirección de Acción y Responsabilidad Social (DARS), se ha iniciado la implementación de cocinas mejoradas en los distritos del Rímac, Chorrillos, Cieneguilla y Pachacamac. Estas cocinas, que contarán con tecnología eficiente y amigable con el medio ambiente, brindarán múltiples beneficios a las personas que asisten a las ollas comunes.

Se estima que la construcción de las 20 cocinas mejoradas culminará a mediados de julio, lo que generará un impacto significativo en la vida diaria de los beneficiarios. Jenny, lideresa de la olla común «Puertas del cielo» en Chorrillos, comparte su alegría al respecto: «Esta iniciativa nos llena de felicidad, ya que el humo de la leña nos causaba problemas en la garganta y los ojos. Además, suponía un gasto constante tener que conseguir leña todos los días. Ahora, con el calor de la olla, también podremos economizar».

En un espíritu de servicio y solidaridad, Cáritas Lima y la DARS se comprometen a seguir trabajando para enfrentar la inseguridad alimentaria y mejorar las condiciones de vida de las comunidades más vulnerables. La labor de la iglesia y su enfoque en la dignidad y el bienestar del prójimo es esencial para superar los desafíos sociales.

«A medida que avanzamos hacia un futuro más equitativo y justo, la implementación de las cocinas mejoradas es un paso significativo en la lucha contra el hambre y la promoción de la dignidad humana. Cáritas Lima, junto con sus aliados y voluntarios comprometidos, continuará trabajando incansablemente para construir un Perú más solidario y fraterno, donde ninguna persona se quede sin alimento ni esperanza», se expresa en la nota de prensa publicada por Cáritas Lima.

La Pastoral Juvenil de Lima anuncia una nueva edición de la Jornada Arquidiocesana de la Juventud (JAJ) 2023. El lema de este año será: «Joven, con la mirada de Dios a María, ¡levántate a servir con alegría!».

La JAJ 2023 tendrá lugar el próximo 2 y 3 de septiembre en el Coliseo del Colegio Claretiano. Las inscripciones son gratuitas, pero las vacantes limitadas.

En medio de gran expectativa fue presentado el logotipo de la próxima Jornada Arquidiocesana de la Juventud, encuentro juvenil que este año se desarrollará en sintonía con la Jornada Mundial de la Juventud. «Los jóvenes de Lima venimos para seguir tu ejemplo de amor y servicio. Tu vida nos inspira a ponernos en camino para servir y dejarnos enamorar por la mirada de Dios. Y llenos de su Gracia, podamos ser testigos del amor en el mundo», ha expresado nuestra Pastoral Juvenil.

Queremos que esta jornada sea un encuentro de unidad, diálogo y oración. Y que podamos servir renovados para suscitar en nuestra sociedad una nueva forma de ser hermanos

PASTORAL JUVENIL DE LIMA SOBRE LA JAJ 2023

Inscríbete aquí en la Jornada Arquidiocesana de la Juventud 2023

Esta nueva edición de la JAJ ha pasado por un proceso de convocatoria y diálogo con los principales líderes juveniles de las parroquias de nuestra Arquidiócesis. De hecho, el lema propuesto para este año fue elaborado con la participación conjunta de los jóvenes de los 12 decanatos de la Iglesia de Lima.

Inscripciones gratuitas, pero vacantes limitadas

Según se anunció desde el Facebook de la Pastoral Juvenil de Lima, la JAJ 2023 se desarrollará el sábado 2 de septiembre (de 2:00pm a 9:00pm) y el domingo 3 de septiembre (de 8:00 am a 6:00pm) en el Coliseo del Colegio Claretiano (Calle Alfredo Novoa Cuadra 01).

Inscríbete aquí en la Jornada Arquidiocesana de la Juventud 2023

Debido al aforo del coliseo, las vacantes para participar presencialmente de la jornada juvenil son limitadas. Por ello, recomendamos a todos los grupos juveniles inscribirse con anticipación y responsabilidad.

¡JAJ 2023 ya tiene canción oficial!

Por otro lado, el pasado 27 de julio se llevó a cabo el concurso de canciones para la JAJ 2023 en el auditorio de la Parroquia Santa Rosa de Lima, en Lince. Fueron cinco los temas finalistas que participaron durante el recital: Grupo Coral Virgen de la Candelaria, Nicole Benites, Nathaly Pelaez y Raúl Ramírez, Víctor Díaz y Elio Paúcar.

«Levanto mi voz por Dios», de Nicole Benites (Parroquia San Miguel Arcángel), es el nombre de la canción oficial de nuestra Jornada Arquidiocesana de la Juventud. La joven cantautora se hizo acreedora de un premio en efectivo, además de la grabación en estudio del tema y la producción del videoclip.

¡Pronto compartiremos el tema con toda la comunidad!

La Celebración Eucarística por el 202º Aniversario de nuestra Independencia contó con la presencia de la Presidente de la República, Dina Boluarte, así como las máximas autoridades políticas, civiles, militares y policiales de nuestro país.

La Misa y Te Deum fue presidida por el Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Monseñor Carlos Castillo. Acudieron como concelebrantes Monseñor Paolo Rocco Gualtieri, Nuncio Apostólico en Perú; Monseñor Miguel Cabrejos, Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana; los obispos auxiliares de la Arquidiócesis de Lima y el Cabildo Metropolitano de Lima.

A continuación compartimos la homilía de Monseñor Carlos Castillo, en el marco de la Tradicional Misa y Te Deum por el 202º Aniversario Patrio de nuestra Independencia.

Homilía de Monseñor Carlos Castillo

Las lecturas bíblicas de esta fiesta Patria son una invitación a la alegría desbordante y permanente. Todo un desafío para nuestra fe y para nuestro estado de ánimo actual. Por ello, no podemos pasar desapercibido este llamado. Reflexionemos, dado que está en juego lo fundamental que hemos de afrontar hoy todos los peruanos: vivir como hermanos con justicia, esperanza y verdadera alegría.

1) Esten siempre alegres
Los textos que hemos leído provienen de tres épocas diferentes:

a) Desde la oscuridad de opresión a Asiria, surge la posibilidad de ver luz, y luz brillante en un Rey niño que será “nuestro”, el Emmanuel.  Israel siente este hecho histórico como signo de que YHWH les mandó un don, un regalo, un regalo gratuito;

b) Por otra parte, desde una situación aún peor, la opresión romana, estando además encinta, María, que ha recibido de Gabriel la noticia de que ella daría a luz al rey esperado, deja la cama y se levanta. Ha escuchado que la anciana Isabel también está encinta, y va sin demora a ayudarla; y al encontrarse ellas se llenan de alegría;

c) Pablo, invita a los primeros cristianos perseguidos a redoblar constantemente la alegría, teniendo mesura, no desesperación, y rescatando todo lo “verdadero, noble, justo, puro, amable y laudable” de la situación que viven, así como lo valioso que aprendieron de él, para que así los acompañe el Dios de la paz.

Detengámonos en el Evangelio: este encuentro de mujeres no es anecdótico y sin significado. No son dos mujeres distraídas a las que les sucede algo raro. Son dos mujeres conscientes de la historia trágica pero esperanzadora de su nación. Es cierto que son dos mujeres del pueblo sencillo creyente, pero de un sector que había cultivado y rastreaba los signos de Dios en su historia y, por lo tanto, conocían tantos problemas graves de su país como también intuían su esperanza. María de familia real-profética e Isabel de familia sacerdotal-profética, y en la durísima época romana en que las dos tradiciones habían sido expulsadas de la religión oficial, la primera después del exilio y la segunda durante la dinastía asmonea.

Dominaban Israel sacerdotes aristócratas saduceos, cómplices del imperio romano. Y se había cerrado la esperanza, como dice la expresión implícita en los evangelios “los cielos se habían cerrado”. Esos que dirigían Israel, solo imponían su poder insensible sin misericordia. Todo lo que hacían era juegos de poder y dinero, amarres y acuerdos bajo la mesa, despreciando a los débiles. Pero, más bien, la alegría entre Isabel y María viene de lo nuevo que es el servicio generoso y gratuito: ¿Cómo la madre de mi Señor viene a mí?, es decir, la Reina Madre se inclina a servir a una anciana parturienta. Jamás se vió este cambio como con María. El Rey que nacería sería, por eso, muy distinto, cercano, servidor, identificado con su pueblo, podríamos decir, incluso, “democrático”, y su Madre lo era también.

Por ello, la alegría no es una alegría vacía, cándida, como una risa psicosomática. Es una alegría que tiene razones profundas de justicia: Estas mujeres saben del sufrimiento de la mujer y de su dignidad y sienten que su Dios se fija en ellas, y ellas lo alaban porque cumple sus promesas. Y, así, asumen su responsabilidad de generar en sus propios cuerpos la esperanza de Israel, practicando actitudes de servicio a ese pueblo desde su ser más íntimo, para llenarlo de alegría desbordante. Se parecen un poco a nuestras mujeres de las ollas comunes.

2) ¿En qué nos puede ayudar esa luz para nuestro hoy?

Hace justo 200 años, en Lima y en todo el Perú, en el año segundo de proclamación la independencia, faltaba lo más importante: inventar una forma de convivir entre peruanos. Pero la aristocracia criolla fue la primera en quererse imponer. Por eso, el golpe de Estado contra la Mar para controlar la venida de Sucre y Bolívar. Algo más grave, del 18 de junio al 17 de julio de 1823, el general realista Canterac ocupó Lima. Y todo el gobierno y el congreso, primero, debieron huir al Callao y luego a Trujillo. Tampoco ese año hubo Te Deum.

Observemos esa oscura realidad de 1823, y veremos cómo la responsabilidad, al fin, se impone por sí misma tarde o temprano. El congreso de 1823, al final, toma con firmeza la situación y con espíritu de servicio emprende y toma las riendas de la situación gracias a sus miembros más lúcidos, y promulga la constitución del 12 de noviembre. Y sabedores de la indispensable ayuda de Bolívar, esos miembros más lúcidos colaboraron con él, pero no se doblegaron a sus ambiciones y estilos dictatoriales.

Debemos mencionar el legado profundo de un político, ideólogo y gran cristiano: José Faustino Sánchez Carrión, quien nos dejó estas palabras:

“Un Representante Padre de la Patria, debe estar desnudo de aquellas pasiones que solo devoran a los que ansían el mando y el poder para esclavizar a sus compatriotas (…)”

Así, acusaba también a aquellos que, no teniendo el poder, lo buscaban agazapados:

“…todo tirano que no está́ en los primeros puestos es un enemigo opuesto de la sociedad, y cuando los consigue, entonces manifiesta todo el fondo de su negro carácter (…).

Desde hace un año, cuando se fueron desvaneciendo muchas esperanzas por aquella estrecha ambición que no supo interpretar el sentir popular, la totalidad de las encuestas nos muestran de modo contundente que ese desvanecimiento ha continuado, y detectan la más grave separación y distanciamiento entre las capas dirigenciales, sobre todo, las políticas y la vida del pueblo sencillo y sus graves sufrimientos y demandas. Parece que no se dieran cuenta de que nuestro pueblo existe, sufre y demanda cambios urgentes.

Parangonando nuestra situación con el texto de Isaías (9, 1-3. 5-6): “El pueblo que caminaba en tinieblas”, el Perú de hoy, todavía no ve la luz en esta situación concreta e histórica. Mas bien, es un pueblo “vejado y abatido como ovejas sin pastor”, que siente el peso de la oscuridad y la confusión.

En efecto, muy pocas veces hemos llegado al 28 de julio en una situación igual de incertidumbre, tensión y división política como la que hoy vivimos. Por eso, desde mi misión, me corresponde hacer, con todo respeto, la invocación a las máximas autoridades del país a colocarse, por unos minutos, en la situación de aquellos que más sufren, afrontando cara a cara nuestros desaciertos y los graves males en que hemos incurrido, incluidas, las muertes que esperan aún justicia y reparación.

Como Iglesia no estamos para dar soluciones estratégicas o tácticas que corresponden al campo estrictamente político y económico. Pero no puede quedarse muda ante el relajamiento humano y ético de la Patria. No puede dejar de llamar a todos a la unidad para un programa mínimo común y efectivo que prevea afrontar, con el concurso de todos, los sectores sociales y políticos, la urgente necesidad de afrontar la situación dramática que se avecina, fortaleciendo y anchando la participación y la democracia, en vez de restringirla, dando preferencia a los más vulnerables, sin abandonar a nadie, sino favoreciendo la solidaridad en la salud, la alimentación básica, el trabajo, la educación, la previsión antes del fenómeno del niño y otras tantas urgencias.

La fe no se relaciona con lo político directamente, sino a través de educar nuestra sensibilidad humana y velar por ella, tratando de superar nuestras cegueras y mezquindades. Por eso, reafirmando nuestra misión evangelizadora, y actuando como Iglesia solidaria y pastoral, sabemos que su incidencia ética en la vida social puede ser una luz que permita corregir, alentar y abrir el horizonte de un amplio futuro que nos hermane eficazmente como peruanos.

3) Escuchar, comprender, apreciar, valorar y promover

La nación somos todos y ningun interés particular de personas, familia o grupo, puede hacerse de nuestro patrimonio como su monopolio (Const 1823: 1-2). Nuestro pueblo sigue siendo protagonista de su historia, y debemos apreciarlo y alentarlo. Y si todo es de todos, valoremos también los descontentos y rechazos populares que condenan nuestros malos actos como dirigentes del país y nos exigen rectificaciones claras, oportunas y justas.

Superemos la indiferencia y rehabilitemos la mejor política por el bien común de la nación. A los 10 años de su pontificado, el Papa Francisco habla en directo de la importancia de hacer política como medio para que los valores de la vida humana y del bien común sean protegidos; dice: “la politica es una de las formas más altas de la caridad porque busca el bien común…trabajar por el bien común es el deber de un cristiano”.

Por ello, demos todos y todas un paso más. Apreciemos la iniciativa creadora de nuestro pueblo en vez de despreciarla, como muchas veces pasa entre las dirigencias sociales, políticas y económicas, y también culturales e inclusive las eclesiales. En la Iglesia estamos tratando de dar ese paso, pero aun tenemos serias dificultades, por eso, es que pedimos también perdón.

Escuchemos, comprendamos, apreciemos, valoremos y promovamos la subjetividad social popular de todos los rincones de la Patria, para actuar según el Evangelio, con oportunidad, con esperanza, y con la alegría que caracteriza al Perú de todas las sangres que todos amamos de corazón.

Felices Fiestas Patrias y que nos reencontremos como peruanos en la esperanza.

Desde el Rímac hasta Manchay. El último fin de semana, nuestras comunidades parroquiales y decanatos participaron de forma multitudinaria en el Pasacalle por la Paz, la Reconciliación y la Regeneración del Perú. Bajo el lema «Perú, un país para todos», compartimos los momentos más destacados del pasacalle arquidiocesano.

El sábado 22 de julio, desde muy temprano, los decanatos de nuestra Arquidiócesis vivieron la fiesta de la Patria. En el inicio de la Semana de Reflexión por el Perú, convocado por el Arzobispado de Lima, decenas de comunidades, hermandades, cofradías, colegios, grupos juveniles, niños, sacerdotes y laicos, participaron activamente de un día de amistad social.

Con banderas peruanas, letreros coloridos, danzas folclóricas y cánticos, cientos recorrieron la ciudad para hacer un llamado a la reconciliación y regeneración de nuestro país.

En tanto, nuestro arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo, se unió al pasacalle organizado por el decanato 1, en el corazón del Rímac, para unirse al sentir de toda nuestra Iglesia.

«Es una gran alegría reunirnos para reflexionar por el Perú. Estoy sumamente agradecido a todas las parroquias y comunidades que, en este mes de la Patria, se han puesto en sintonía con las exigencias y los derechos de nuestro país, porque sabemos que nuestra Iglesia está para servir a la población, especialmente, a los más marginados y los más pobres», ha expresado el prelado.

El Primado del Perú afirmó que estamos aprendiendo a ser una Iglesia en salida que se solidariza con todas las búsquedas de nuestro pueblo y va abriendo el camino para que las cosas se resuelvan con claridad, pero, también, con ese proceso de respeto y reconocimiento que todo debe ir por el camino seguro de la solución eficaz y verdadera de nuestros problemas, y en función del servicio a las necesidades de los más humildes».

Cada 25 de julio se conmemora el Día de la Asistencia Social, fecha que nos recuerda la noble actividad de miles de personas anónimas que contribuyen significativamente para reducir las brechas de la desigualdad en el Perú. La misión de cada trabajador social, en palabras del Papa Francisco, es una oportunidad a colaborar en favor del bienestar general a través del amor hacia el prójimo.

La Iglesia de Lima reconoce y agradece el servicio de nuestros hermanos trabajadores sociales en los diferentes espacios donde se desarrollan. Y, de manera especial, de todos aquellos servidores que forman parte de la familia de Cáritas Lima, quienes, a través de sus diferentes líneas de acción, acompañan y ofrecen un trato digno en las periferias de nuestra ciudad.

En esta oportunidad, compartimos el testimonio de Yovina Segura Macavilca y Giovanna Rivera, trabajadoras sociales de Cáritas Lima.

Giovanna Rivera: «Mirar a tu prójimo y reconocer su dignidad»

Giovanna Rivera se desempeña como Especialista de Programas y Proyectos de Cáritas Lima. Esta joven profesional nos comentó que su mayor gratificación es «ser un agente de cambio a través de la planificación, diseño y ejecución de acciones o rutas que encaminan procesos de cambio en favor de las personas y las familias para atender su vulnerabilidad».

Pero el desafío más grande en su vida personal y profesional ocurrió durante la Pandemia. Por aquellos años, Rivera servía a comunidades parroquiales en el Rímac, acompañando en la asistencia a 17 ollas comunes que eran el sustento de unas 45 familias de alta vulnerabilidad. «Vivir ese proceso me marcó mucho como persona y como creyente, porque este camino me inspiró a seguir trabajando en favor de quienes más lo necesitan», señaló.

Hoy, como Especialista de Programas y Proyectos, Giovanna es responsable de la línea de acción estratégica de seguridad alimentaria, en la cual ejecuta la gestión de distribución de donaciones de primera necesidad entre los 21 distritos de nuestra Arquidiócesis. De igual manera, se encarga de la promoción de la educación alimentaria en los espacios de servicios alimentarios comunitarios.

En base a su corta pero fructífera experiencia, Giovanna Rivera hace un llamado a reconocer la dignidad de cada persona, sobre todo, a aquellos que son invisibilizados por la sociedad. «Acoger y ayudar a mejorar la situación del hermano que sufre es una manera de responder a la invitación del Papa Francisco que nos llama a vivir la sinodalidad”, refirió.

Caminar juntos es mirar al hermano, mirar a tu costado, mirar a tu prójimo, especialmente, a aquellos que son más vulnerables, porque son personas como tú, con derechos, con valores y sentimientos.

Yovina Segura Macavilca: “Fomentar la igualdad y la justicia social”

Por su parte, Yovina Segura Macavilca, también parte del equipo de Cáritas Lima, dedica su tiempo y servicio a la hospitalidad de cientos de personas enfermas y sus acompañantes que llegan del interior del país y no cuentan con los recursos económicos para su estadía temporal en la capital.

Como trabajadora social, Segura reconoce que en nuestro país «existen muchas injusticias que no son abordadas por nuestras autoridades». Por ello, una vía propicia para solucionar los problemas más apremiantes en temas de pobreza y vulnerabilidad es a través de los programas sociales que ofrece la Iglesia:

“A través de nuestro trabajo podemos fomentar la igualdad y la justicia social para garantizar que todas las personas tengan acceso a los mismos derechos y oportunidades, independientemente de su origen, género, orientación sexual, capacidad o situación socioeconómica, promoviendo su inclusión social y reconocimiento en la sociedad, especialmente, de aquellos que son marginados o excluidos por prejuicios, estereotipos o discriminación”, reflexionó.

En el Hogar Arzobispal, Yovina Segura se encarga de realizar el diagnóstico, seguimiento, acompañamiento y soporte emocional. “Una de las cosas que siempre recordaré es la época de Pandemia, una etapa muy difícil pero gratificante. Fui una de las personas que no descansó ningún día, nos encontrábamos disponibles casi las 24 horas. Trabajamos con personas en situación de calle, víctimas de violencia, personas mayores, niños en riesgo, entre otros. También trabajamos en redes y colaboración con otros profesionales, instituciones y organizaciones para abordar los desafíos sociales de manera integral y coordinada, buscando soluciones sostenibles y efectivas”, aseguró.

El fin de un trabajador social es buscar la inclusión social, brindar las mismas oportunidades para todos de forma participativa y ofrecer un trato con dignidad y respeto para todos.

Este 24, 25 y 26 de julio se llevará a cabo la Primera Semana de Reflexión por el Perú «El bien común en el Perú que amamos», con la participación de distinguidas autoridades académicas del ámbito eclesial, social y político. El evento se desarrollará de manera virtual y se transmitirá por el Facebook del Arzobispado de Lima.

Más de 500 personas ya se han inscrito a la Semana de Reflexión por el Perú, un espacio de formación y diálogo para abordar los temas más apremiantes que nos conciernen como sociedad y como Iglesia.

El tema central en la reflexión de estos días será: «El bien común en el Perú que amamos», y transcurrirá el 24, 25 y 26 de julio, de 6:00 pm. a 8:00 pm. Para participar basta con unirse a la transmisión diaria por el Facebook del Arzobispado de Lima.

Para ello, se han programado tres días de conversatorios divididos del siguiente modo:

Ponentes del lunes 24 de julio
– Julio Casas
Sociólogo con más de 12 años de experiencia en procesos de diálogo multiactor.

– Rolando Ames
Sociólogo, abogado, politólogo y político peruano.

– P. Raúl Pariamachi
Coordinador del Programa de Formación de Acompañantes de la Conferencia de Religiosas y Religiosos del Perú

Ponentes del martes 25 de julio
-Monseñor Juan José Salaverry
Obispo Auxiliar de Lima

-Cecilia Tovar Samanez
Filósofa, investigadora y responsable del equipo Iglesia y Sociedad del Instituto Bartolomé de las Casas.

– Monseñor Carlos Castillo
Arzobispo de Lima y Primado del Perú

Ponentes del miércoles 26 de julio
– P. Carlos Carrillo
Párroco de la Parroquia «La Preciosísima Sangre», de Cieneguilla

– Sylvia Cáceres
Secretaria General de Cáritas Lima

-Monseñor Guillermo Elías
Obispo Auxiliar de Lima

La Primera Semana de Reflexión por el Perú: «El bien común en el Perú que amamos» se desarrollará de manera virtual y se transmitirá por el Facebook del Arzobispado de Lima.

Al iniciarse el año del jubileo por los 700 años de la canonización de Santo Tomás de Aquino, Monseñor Juan José Salaverry presidió una Eucaristía comunitaria en la Basílica del Santísimo Rosario del Convento de Santo Domingo de Lima.

«Iniciamos un tiempo de gracia en el que Santo Tomás nos seguirá enseñando con su doctrina y predicando con su vida, porque es uno de los hermanos más grandes de nuestra Orden y de la Iglesia, de pensamiento claro y complejo a la vez, universal como su Maestro San Alberto, espiritual y místico como nuestro fundador Santo Domingo, pero, sobre todo, fraile dominico consagrado radicalmente a la Verdad, que nos enseña a no buscar recompensa en este mundo, excepto, estar con Dios», ha expresado nuestro obispo auxiliar.

Al inicio de su homilía, Monseñor Juan José Salaverry afirmó que «Dios nos ha bendecido con la figura egregia de Tomás de Aquino, Doctor de la Iglesia, hombre de profunda oración contemplativa y promotor del estudio como parte de nuestra misión al servicio de la Palabra».

Santo Tomás de Aquino no es historia pasada

Nuestro obispo auxiliar recordó que el Papa Francisco, en el programa de su pontificado presente en la Evangelii Gaudium, se inspira 18 veces en Santo Tomás. «Es el autor más citado y da la impresión de ser, para la ocasión, el teólogo de cabecera del Papa. Podemos decir que Francisco encuentra fundamento e inspiración en nuestro hermano Tomás, aunque las proyecciones pastorales sean naturalmente distintas, porque distintas son las épocas y las realidades que atender», indicó.

Determinar lo fundamental

En la Evangelii Gaudium (EG), cuando el Papa acude a Tomás, lo hace para determinar lo fundamental de la cuestión para que lo secundario no esconda ni trabe lo sustancial. «En la Exhortación, el Papa nos dice que el corazón del Evangelio ha de ser la misión fundamental de la Iglesia (nn.34-36). Aquí es cuando, específicamente, Francisco recurre al auxilio del Aquinate», comentó el Monseñor.

«Santo Tomás es citado para justificar el argumento papal en torno al necesario discernimiento de costumbres, normas eclesiales, estructuras importantes y útiles en otros tiempos, pero no en el presente. Ese discernimiento ha de facilitar una revisión y un cambio que conduzca a quedarse con lo esencial y significativo (n.43)», explicó.

El Papa Francisco quiere, junto con Santo Tomás, que nos fijemos en lo sustancial de nuestra vida. Tal vez, es un llamado, desde la Evangelii Gaudium, a que nos fijemos en lo sustancial de nuestra fe, de nuestra vida religiosa, de nuestra misión docente y nuestra consagración dominicana.

Lo uno y lo múltiple

Según Francisco, el estilo ordenado de Santo Tomás es también vigente a la hora de arbitrar las relaciones entre lo uno y lo diverso en el terreno de la fe. De alguna manera – argumenta Monseñor Salaverry- la correcta comprensión de este binomio (lo uno y lo múltiple) conecta con la determinación anterior: lo principal y lo secundario.

El asunto aparece en la EG de la mano de nuestros límites humanos, «porque ninguno es dueño completo de la verdad. Nuestros límites humanos nos hacen diversos y cada uno de nosotros representa una expresión de fe, de carismas, de ministerios y de experiencia de Dios». Por eso, sin caer en el relativismo, «debemos unirnos sabiendo que Dios se hace presente en la diversidad», reiteró el obispo auxiliar.

Hay que respetar la diversidad porque ahí también se encuentra presente Dios, pero hay que construir unidad y no servir a la división. Lo uno y lo diverso es una integración importante para vivir eclesialmente nuestra misión.

Esta diversidad, afirma el Papa en la Evangelii gaudium, lejos de ser un obstáculo es la prueba de la riqueza insondable del Evangelio. Esta variedad es armonizable gracias al Espíritu y permite la conquista de nuevas perspectivas y desarrollos de la fe (n.40). Monseñor Juan José sostuvo que «el Aquinate ayuda a Francisco a explicar esta visión comunional de la verdad cristiana, tanto en lo referente a la comprensión de la fe como a su inculturación misionera en nuevos contextos (cf. 40 y 117)».

El diálogo entre la fe y la razón

Como último aspecto, Monseñor Salaverry recordó que el Papa Francisco hace hincapié del necesario diálogo entre la fe y la razón. «No podemos dividir la fe y la razón porque ambas proceden de una misma fuente, que es Dios. Por eso, debemos evangelizar con nuestra palabra para contribuir al diálogo y al consenso, no al silencio que nos separa», reflexionó.

La Santa Misa celebrada en la Basílica del Santísimo Rosario del Convento de Santo Domingo de Lima contó con la presencia de Fr. Rómulo Vásquez Gavidia, OP., Prior Provincial de la Provincia de San Juan Bautista del Perú; y Fr. Franklin Buitrago Rojas, OP., Prior Provincial de la Provincia de San Luis Bertrán de Colombia.

Alrededor de 700 docentes participaron del Primer Foro Educativo “Retos y desafíos de la educación en el Perú a la luz del Pacto Educativo Global”, promovido por la Oficina de Educación Católica del Arzobispado de Lima (ODEC). Entre los panelistas destacaron distinguidas autoridades académicas, incluyendo nuestro arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo.

El pasado sábado 15 de julio, el Instituto Superior de Estudios Teológicos (ISET) Juan XXIII congregó a cientos de docentes, además de representantes y directores de instituciones educativas, para vivir el Primer Foro Educativo convocado por la ODEC Lima.

Monseñor Salaverry: Aprender a servir como Cristo nos ha servido

Al inicio de la jornada, Monseñor Juan José Salaverry señaló que la misión educativa es una de las aristas fundamentales del ministerio de Cristo. Por eso, nuestra concepción de la educación no debe limitarse únicamente a una tarea por cumplir, sino que es «parte de nuestra misión profética como creyentes».

Nuestro obispo auxiliar recordó que el Pacto Educativo Global es una estrategia de sinergias para unirnos y cumplir la misión de la Iglesia. «El proyecto educativo del Papa Francisco nos exige poner al Otro delante nuestro para poder acompañarlo en toda su complejidad y crecimiento integral. El Papa también nos pide que seamos creativos y responsables frente a las situaciones de dificultad».

Monseñor Salaverry aclaró que los maestros no deberían enseñar a sus alumnos para convetirlos en encicopledias vivientes, sino «ayudar en el proceso de que nuestros jóvenes y niños puedan aprender a servir».

Aprender a servir es la tarea del Evangelio. Y esa es la tarea del educador creyente en los tiempos de hoy: aprender a servir como Cristo nos ha servido con su vida.

Ernesto Cavasa: Construir juntos la aldea global de la educación

Posterior a la reflexión inicial de Monseñor Juan José Salaverry, se desarrolló la primera parte de la ponencia central del Foro Educativo, con la intervención del Dr. Ernesto Cavasa Canessa, director general de Fe y Alegría del Perú.

Cavasa recalcó que el pacto educativo propuesto por el Santo Padre es más que un documento que debemos firmar, es un pacto al cual debemos adherirnos para «construir juntos esa aldea global de la educación, pero juntos, porque no hay otra manera de hacerlo. Existe un pacto cuando, manteniendo las diferencias recíprocas, se decide utilizar las propias fuerzas al servicio del mismo proyecto. Existe un pacto cuando reconocemos al Otro», afirmó.

El sacerdote jesuita precisó que la educación integral y de calidad son el desafío mundial que debemos perseguir, porque la educación no ha dejado de ser desigual entre la población mundial. «Vivimos en una educación y sociedad deshumanizada que no pone a la persona en el centro. No estamos educando bien si es que nos limitamos a mantener las mismas estructuras opresivas para seguir explotando a miles de personas. No educamos bien si promovemos una formación impositiva, memorística, anclada al pasado, en donde unos pocos ingresan a las élites universitarias y los demás son descartados», advirtió.

En otro momento, Cavasa Canessa explicó que la crisis educativa también viene acompañada de una crisis ambiental y una crisis social. Ambas se juntan y afectan a los más vulnerables, los más pobres. Entonces, estamos hablando de una «ruptura de la solidaridad intergeneracional», que muestra nuestro lado más narcisista e indiferente con los recursos del planeta. «Si yo voy destrozando la naturaleza, si yo consumo todas las posibilidades limitadas del planeta, lo que estamos poniendo en riesgo, entonces, es esa ruptura con los que vendrán», argumentó.

Por todo ello, el pacto educativo global es una interpelación a «recuperar la fraternidad originaria» a través de la educación, transformando el conjunto social y el sistema en el que vivimos desde una mirada integral, donde la concepción principal sea la dignidad de todos como seres humanos y la protección de nuestra Casa Común.

El segundo momento de la jornada prosiguió con las palabras del director de ODEC Lima, Sixto Galindo Silva, quien insistió en la importancia de abordar los desafíos actuales y futuros de la educación de manera integral y colaborativa.

En ese sentido, fue presentada una mesa de panelistas integrada por distinguidas autoridades académicas como Gloria Helfer, ex ministra de Educación; Cristina del Mastro, vice rectora académica de la PUCP; y Monseñor Carlos Castillo, arzobispo de Lima y Primado del Perú.

Arzobispo de Lima: «Retomar la histórica crisis peruana»

Durante su intervención, Monseñor Castillo aseguró que la crisis que vivimos en la sociedad peruana pasa por una crisis política, económica, espiritual y cultural. Y todo ello forma parte de una crisis global y epocal, por lo que tenemos la difícil tarea de «enfrentar las bases constitutivas del mundo» para encontrar una solución juntos.

El desafío de una educación integral, por tanto, nos permite «retomar la histórica crisis peruana de marginación, desintegración y diversidad que no llega a constituirse en unidad».

El prelado indicó que el cálculo y la ambición son principios históricos que han copado todos los espacios de la vida, descartando toda posibilidad de pensar en nuevos principios en la existencia humana que pueda servirnos de base para estructurar una esperanza en el mundo.

Necesitamos un nuevo sentido común a través de las nuevas experiencias de los pueblos, especialmente, en aquellos pueblos marginados. En ellos se encuentra la posibilidad del futuro.

Otro aspecto a destacar es el «retraso de la Iglesia en el proceso educativo por una superposición de visiones en la enseñanza de lo religioso». Muchas veces, afirma el arzobispo Castillo, nos preocupamos más por el carácter doctrinal en la educación religiosa y olvidamos el proceso de la reflexión de la experiencia: «Hay que integrar los aspectos más interesantes de la experiencia de la fe en la dimensión histórica, para acompañarnos y superar esa forma doctrinera de enseñar la fe».

Pasemos a una forma participativa en donde todos podamos conversar, reflexionar y llegar a conclusiones, recogiendo de la experiencia de la vida lo mejor que cada uno tiene.

Cristina del Mastro: «Acortar las brechas a nivel social y educativo»

En tanto, la vice rectora académica de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Dra. Cristina del Mastro, resaltó la importancia del compromiso de los docentes con la educación de calidad a lo largo de toda la vida como un bien público y un bien común.

La representante académica enfatizó en la necesidad de identificar las enormes brechas que tenemos a nivel social y educativo en nuestro país, sobre todo, las brechas entre lo rural y lo urbano. Para ello, es necesario dejar nuestras diferencias y pactar con otros actores sociales en lo que nos une y tenemos en común.

Nos hemos fragmentado y polarizado tanto que, en vez de generar una buena convivencia y un reconocimiento del valor del Otro, se produce una distancia, una violencia y una agresión.

De igual manera, Cristina del Mastro habló sobre el reto de la equidad de género, un desafío indispensable en el pacto educativo global. «La violencia y la discriminación hacia la mujer es una problemática que debemos corregir urgentemente», exhortó.

Gloria Helfer: «Todo se reordena cuando ponemos a las personas al centro»

Finalmente, la educadora y política peruana, Gloria Helfer, reafirmó que nos encontramos en el cambio de una época y en una metamorfosis de la sociedad. Por estas razones, el cambio en la mentalidad es fundamental y, aunque es un proceso que va a demorar, debemos unir esfuerzos y promover una cultura del encuentro.

Estamos enfrentando a poderes inmensos que no quieren cambiar, como el cambio climático. No nos estamos enfrentando a cualquier cosa.

La ex ministra de Educación se dirigió a todas las autoridades educativas para pedir que miremos la realidad con valentía, para asumir los retos y desafíos que suponen el pacto educativo propuesto por el Santo Padre. «Este es un tiempo en el que tenemos que inventar cómo hacemos las cosas de otra manera, porque cuando ponemos a las personas al centro, a los más humildes al centro, todo nos cambia, todo se reordena», aseveró.

Vivimos un tiempo privilegiado, propicio y oportuno, pero sumamente desafiante para encontrarnos como peruanos y resolver sus problemas históricos desde el fortalecimiento claro y nítido de la educación pública.

De este modo se desarrolló el Primer Foro Educativo “Retos y desafíos de la educación en el Perú a la luz del Pacto Educativo Global”, convocado por la ODEC Lima. Para concluir la jornada, Monseñor Castillo dio la bendición a todos los maestros asistentes.

En medio de gran fervor y devoción, nuestra Arquidiócesis vivió la Fiesta de la Virgen del Carmen junto a los obispos de la Iglesia de Lima, nuestras comunidades parroquiales y hermandades. En distintos puntos de la ciudad, miles de fieles se congregaron masivamente para acompañar en procesión a Santa María del Monte Carmelo.

Este 16 de julio se celebró la Solemnidad de la Virgen del Carmen. Desde muy temprano, cientos de fieles acudieron al Santuario Arquidiocesano de la Virgen del Carmen para participar de la Eucaristía presidida por el arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo. En su homilía, el prelado hizo un llamado a seguir el ejemplo de María, que acoge los designios de Dios en la historia para salvar a la humanidad.

«María nos enseñó a acoger al Señor en las situaciones difíciles para transformarlas. Encomendémonos a María para que ella nos de su paz, habite en nuestras vidas y seamos testigos del amor de Dios», afirmó el Primado del Perú.

Como devotos de la Virgen del Carmen, necesitamos irradiar el sentido pacífico del Carmen para ser fuente inagotable de anuncio del Evangelio.

Más adelante, en Catedral de Lima, Monseñor Castillo recibió la sagrada imagen de la Virgen del Carmen y señaló que su paso en procesión por nuestra ciudad «nos ayuda a comprender cómo la vida cristiana se puede desarrollar siempre que nosotros tenemos las actitudes de María, porque ella sabe acoger la Palabra de Dios para hacer reverdecer el mundo a través de la entrega de su Hijo».

Monseñor Salaverry: una advocación que nutre nuestra fe durante tantos años

Por su parte, Monseñor Juan José Salaverry, obispo auxiliar de Lima, presidió la Eucaristía en la Parroquia San José, ubicada en Jesús María. «De la noche a la mañana cada 16 de julio, hay del Jolgorio un diluvio frente a la Carmelitana, dice un conocido vals criollo. Y es verdad, porque en todo lugar donde está presente la Virgen del Carmen hay alegría, hay oración, hay fe que va creciendo», dijo emocionado.

Acompañado de los padres carmelitas, Monseñor Salaverry aseguró que la Fiesta del Carmen «mueve los registros más queridos de nuestra fe y nos hace sentir la presencia de la Madre amorosa».

En alusión a la Liturgia del día, el obispo auxiliar de Lima tómo como inspiración la Primera Lectura de 1 Reyes (18:41-46) para explicar que el sentido de nuestra oración debe ser como la del profeta Elías, «una oración insistente y verdadera, llena de esperanza», para que el Señor «pueda llenar del rocío de la gracia las sequedades que sentimos en la vida».

¿Cuántas veces sentimos que hay sequedad en nuestra vida? Esta sequedad, argumentó Monseñor Juan José, ocurre porque hace falta la gracia y la presencia de Dios. «Cada uno de nosotros sabe qué va sembrando en nuestra vida, qué cosa es lo que nos hace infecundos. Que el rocío de la gracia rompa esa barrera para que, realmente, florezcamos en esa fecundidad que nos presenta María», reflexionó.

La historia del profeta Elías y de la comunidad del profeta en el Monte Carmelo no puede ser una historia pasada, tiene que ser la historia actual de todo creyente que, con oración ferviente, sabe que María cumple su promesa, nos acompaña y es mediadora de la paz.

En tanto, la Segunda Lectura tomada de la carta de san Pablo a los Gálatas (4. 4-7), nos regala «el primer texto del Nuevo Testamento donde se confiesa a María como Madre de Dios», pero, también, a «María como humana» para rescatarnos y ponernos bajo la gracia.

«María es mediadora de la redención. Quienes llevamos con cariño el escapulario de Nuestra Señora del Carmen y la tenemos como Patrona de nuestra ciudad, tenemos que vivir bajo la ley de la gracia, es decir, como verdaderos hijos», añadió el obispo.

Monseñor Elías: Dejarnos fecundar por la Palabra

Finalmente, Monseñor Guillermo Elías visitó el Monasterio de San José y Santa Teresa de Manchay y la Parroquia Nuestra Señora del Carmen de San Miguel. En su homilía profundizó la parábola del sembrador que narra el Evangelio de Mateo (13, 1-23) en el domingo XV del tiempo ordinario. A los pies de la Virgen del Carmen, el obispo auxiliar de Lima precisó que la Palabra del Señor es como una semilla que no basta con escucharla, también hay que saber acogerla en el corazón.

«Cuántas veces oímos, leímos esta Palabra, pero no la acogemos, no la recibimos. Jesús siempre es el buen sembrador y no se cansa de sembrarla con generosidad, porque Él conoce nuestro terreno y sabe que las espinas de nuestros vicios pueden sofocar la palabra. Y, sin embargo, Dios siempre espera que nosotros podamos dar fruto abundante», agregó.

Monseñor Elías reiteró que el poder de la Palabra nos permite profundizar, sembrar y transformar toda la multiforma de hermosura que tenemos como país. «Qué distinto fuera de nuestro país si, realmente, nosotros, los católicos, sembráramos esperanza, alegría en un país tan rico en diversidad, de culturas, de lenguas y de formas de vivir la fe», acotó.

Hoy reconocemos, en la Virgen del Carmen, el poder que esta Palabra hizo en ella. “Hágase en mi según tu palabra”, dice María, que se dejó fecundar y transformar por la Palabra.

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