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Al celebrarse la Solemnidad de Santo Toribio de Mogrovejo, Patrón de nuestra Arquidiócesis, Monseñor Carlos Castillo presidió la Eucaristía junto a sus obispos auxiliares, Clero de Lima y jóvenes seminaristas: «Que Toribio de Mogrovejo nos siga inspirando, animándonos y dando la fuerza para tener una vocación a su altura», comentó el prelado.

«La Fiesta de Santo Toribio es motivo para retomar la vocación a la cual hemos sido convocados, la vocación del presbiterio en nuestro continente y en el Perú que fue bendecido por la vocación del segundo arzobispo de Lima, y que permitió una recomprensión de cómo se vive el sacerdocio en este continente nuevo», con estas palabras, el arzobispo de Lima dio inicio a su homilía, reconociendo el testimonio de servicio de Toribio y su misión con todos los pueblos del Perú, legado que nos debe interpelar para «plantearnos juntos la cuestión indeleble de la vocación que tenemos como diócesis».

El prelado inspiró su alocución en las palabras que el propio Toribio de Mogrovejo dirigió al rey Felipe II, en una carta que le envió desde Trujillo, en 1594:

“He estado visitando mis ovejas, y confirmando y ejerciendo el oficio pontifical por caminos muy trabajosos y fragosos, con fríos y calores, ríos y aguas, no perdonando ningún trabajo, habiendo andado tres mil leguas y confirmado 500 mil ánimas y distribuyendo mi renta a pobres, con ánimo de hacer lo mismo si mucho tuviera, aborreciendo en atesorar hacienda”.

Monseñor Castillo reiteró que la vida de Toribio estuvo marcada por un constante caminar, recorriendo y visitando los pueblos más remotos para evangelizar, hospedándose por varios días, bautizando y confirmando a cientos de miles, pero, sobre todo, escuchando a la gente y los problemas que sufrían en la vida social.

«Santo Toribio siempre andaba, de ida, con diccionarios en quechua, para que los curas aprendieran la lengua. Luego, a su retorno, volvía con legajos enormes en una caravana de acémilas para mandarlas al rey y ver cuestiones de justicia que se establecían por el maltrato de la colonia a los indios y a los pueblos lejanos», señaló.

Siguiendo el ejemplo de Toribio, el arzobispo Carlos Castillo exhortó a que nuestros sacerdotes y jóvenes seminaristas estén presentes en la vida de la gente permanentemente: «Que no haya duda que, cuando ustedes, los sacerdotes, los diáconos, están con la gente, la gente ve a Jesús. Sin embargo, sin testimonio concreto de cercanía, no pasa Jesús», afirmó.

Una Iglesia en salida y misionera que supere las ambiciones de poder y de dinero.

El obispo de Lima advirtió que las prácticas de especulación y negociación con el dinero son dañinas para la Iglesia, porque prima el interés por ganar y obtener una serie de comodidades. «Este es un problema que sucede en todo el mundo, también en la Iglesia», precisó.

Contrario a esta realidad fue la actitud de Santo Toribio, siempre dispuesto a entregar sus bienes a los pobres: «Esa herencia que nos ha dejado, debe recordarnos que nuestra vocación es Dios y solo Dios. Si nos amparamos en el dinero, nuestra Iglesia se hunde y va muriendo. Por eso, el proyecto de una Iglesia en salida implica superar la frivolidad ontológica que viene con el dinero y su enraizamiento en el ser», aseveró el prelado.

Dar testimonio del amor de Dios solidario.

En otro momento, el Primado del Perú resaltó el trabajo y la acción solidaria ejecutada por muchas de nuestras Parroquias, quienes se organizaron con sus comunidades para compartir y ayudar a nuestros hermanos damnificados por las lluvias, huaicos y el deslizamiento de cerros.

Monseñor Castillo manifestó que es necesaria una lectura evangélica de lo que vivimos en la realidad de nuestros barrios y comunidades para superar los problemas sinodalmente: «Nuestro pueblo empieza a intuir que la vida del dinero no es la mejor vía para vivir, porque genera ambiciones, odios, peleas por ganar más. Estamos llamados a dar testimonio del amor de Dios solidario y que es capaz de compartir efectiva y transparentemente con la gente», exhortó.

Al concluir la Eucaristía, los jóvenes del seminario Santo Toribio de Mogrovejo, llevaron en procesión las reliquias de nuestro santo patrón.

La Solemnidad de Santo Toribio de Mogrovejo, celebrada en nuestro seminario arquidiocesano, contó con la presencia de nuestros obispos auxiliares, Monseñor Guillermo Elías y Monseñor Juan José Salaverry. También participó el rector del seminario, el Padre Luis Sarmiento, el clero de Lima y nuestros jóvenes seminaristas.

En medio de gran expectativa, fue presentado el libro: «Manuel Paz y Montejo y el Bautismo de San Lázaro del Rímac (1749)», con la participación de los autores Omar Esquivel, Erman Guzmán y Carlos Castillo Mattasoglio (arzobispo de Lima).

También estuvieron presentes Kelly Montoya, directora del Archivo Arzobispal de Lima; el dr. Jaime Mariaza, profesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; el Padre Frederic Comalat, párroco de San Lázaro; el Padre José Antonio Ubillus, presidente de la Comisión de Fe y Cultura; y el reconocido periodista Fernando Carvallo.

La Iglesia de San Lázaro, ubicada en el distrito del Rímac, fue el escenario ideal para la exhibición de un lienzo de gran formato pintado por Manuel Paz, a sus prematuros 18 años. «El Bautismo de Cristo (1749)» es la obra que el artista limeño pintó para el entonces nuevo templo de san Lázaro, que había sido reconstruido después del cataclismo que dejó en ruinas a la ciudad de Lima.

Conservada por más de 270 años, este lienzo fue expuesto en la Parroquia San Lázaro. Su restauración en el año 2016, conllevó a que se desarrolle todo un trabajo interdisciplinario entre la historia del arte, el proceso de conservación y la teología. Estas son las tres miradas propuestas por Omar Esquivel, Erman Guzmán y Carlos Castillo Mattasoglio, respectivamente, en el libro: «Manuel Paz y Montejo y el Bautismo de San Lázaro del Rímac (1749)»

Omar Esquivel Ortiz: la investigación histórica detrás del lienzo de Manuel Paz.

Omar Esquivel Ortiz, explicó que la realización de este libro tardó alrededor de nueve años. Durante el tiempo que vivió en el Rímac, Esquivel se mostró interesado en la obra de Manuel Paz, especialmente, al conocer que apenas tenía 18 años cuando hizo este cuadro.

«En el 2014, el cuadro estaba oscurecido y abandonado. Junto al restaurador Erman Guzmán, formamos un equipo y se estableció una lista de prioridades para poder restaurar los bienes de la parroquia de San Lázaro. En el año 2019, tuve la fortuna de poder sustentar esta tesis que se convirtió, en cierto modo, en la base para este libro», indicó Omar Esquivel.

La investigación histórica del lienzo surge a partir de una pregunta clave: ¿Qué se producía en la época del pintor y quién fue Manuel Paz? «Pudimos constatar, a través de documentos del Archivo Arzobispal, que él nació en 1732, se bautizó aquí, en San Lázaro, es decir, ya tenía una relación directa y personal con el templo anterior al cataclismo de 1746. Paz, además fue huérfano de padre, y eso es algo muy importante, porque la mayoría de los pintores tenía una condición de orfandad (según las partidas de nacimiento de varios pintores de la época). Muchos de ellos ingresaban al gremio de pintores como una vía para no caer en vicios o convertirse en personas descarriadas en la sociedad», argumentó.

Esquivel también reveló que los pintores tenían una condición casi anónima y no tenían reconocimiento pleno de la sociedad, algo que se refleja en la mayoría de cuadros sin firmas que están en los templos.

Por otro lado, siendo un pintor tan joven, Esquivel planteó la posibilidad de que las ideas de Manuel Paz estuvieron bajo el asesoramiento intelectual del jesuita Juan Sánchez.

Erman Guzmán: el proceso de restauración.

Por su parte, Erman Guzmán habló sobre todo el proceso de restauración de la obra «El Bautismo de Jesús (1749)», que tomó alredor de cinco meses. Guzmán aseguró que al ver por primera vez el lienzo de Paz, tuvo la sensación de estar «ante una obra extraordinaria» (pese al mal estado en que se encontraba).

«Los bastidores que se usaron, previos a la restauración, eran bastidores planos que chocaban con el lienzo, al punto que terminaban marcándose y traspasando hacia adelante. Lamentablemente, le colocaron un montón de parches en la parte posterior y el bastidor inadecuado», explicó.

La obra del joven pintor también había presentado algunos parches y agujeros provocados por quemadura, manchas de cola, de aceite, de barnices, incluso, hasta estucos de yeso. «Para la limpieza del lienzo, nosotros estudiamos químicamente los solventes a usar a través del triángulo de teas, lo cual nos permitió encontrar el tipo de solvente adecuado, así como los barnices, aceites y solutos convenientes», informó Guzmán.

La obra culminada, hoy exhibida en la Iglesia de San Lázaro, se luce exenta de retintes y barnices oxidados. Por ello, el restaurador recomendó tener cuidado en la limpieza de los cuadros, especialmente, evitar la acumulación de polvo.

Monseñor Castillo: el arte de comunicar el Espíritu Santo que vive en nosotros.

Finalmente, nuestro arzobispo de Lima, reflexionó sobre la importancia de promover la restauración de obras de arte en las iglesias históricas de nuestra ciudad. Cuando entonces era párroco de San Lázaro, monseñor Castillo reveló que se organizó con la comunidad parroquial para hacer una colecta y buscar a restauradores.

Como primer aspecto, Carlos Castillo explicó que, durante el siglo XVI, Santo Toribio de Mogrovejo, entonces arzobispo de Lima, había designado esta parroquia para los indios, entre ellos, un grupo pensante y cultivado. Toribio, conocido protector de los derechos y la dignidad de los indios, veló por ellos durante la reducción de Lima y nombró a la Virgen de Copacabana.

Sumado a otros acontecimientos históricos registrados años antes y después a la obra de Manuel Paz, para el prelado, este lienzo recoge elementos sobre las costumbres y los problemas de la época. «El autor se tomó la libertad de encarnar los problemas y expresarlos en el cuadro. El color rojo, por ejemplo, muy recurrente en el cuadro, en la tradición y simbología cristiana, implica la identificación con la sangre de los mártires, porque el Padre nos ama con el mismo amor de los mártires, un amor gratuito», reflexionó.

Cuando el arte sabe comunicar el Espíritu Santo que vive en nosotros, el arte trasciende y pasa inmediatamente a las otras generaciones. Esto es lo que hemos sentido que ocurre con la obra de Manuel Paz.

Otro aspecto a destacar es que los ángeles no aparecen solamente en el cielo, como otras obras. «Manuel Paz refleja su visión de que lo religioso y lo divino está inmerso en la realidad, sumergido en la realidad, en este caso, en la realidad dramática de esta Parroquia, que, en su época, vivió el drama de los leprosos», argumentó el obispo de Lima.

El Bautismo de Manuel Paz no representa solamente una mirada celestial del Bautismo de Jesús, también nos recuerda que «no se puede separar la vida religiosa de la vida humana y social, porque Dios habita en los humildes, en la gente, está presente en los problemas y las dificultades de nuestra historia y nos está anunciando el Evangelio. A través de esta obra, se ha escenificado que para ser cristiano y bautizarnos como Jesús, tenemos que pasar por el puente (en alusión al puente Trujillo), ir a la Iglesia de San Lázaro (cuyo origen fue un leprosorio) y experimentar la Gracia del Señor».

El libro «Manuel Paz y Montejo, y el bautismo en San Lázaro del Rímac (1749)» ya se encuentra disponible a la venta en las diferentes librerías de nuestra ciudad.

Con el corazón lleno de dolor, pero con la esperanza en la Resurrección, anunciamos, con profundo pesar, la partida al Padre de doña Addolorata Rizzo di Gualtieri, madre de nuestro querido Nuncio Apostólico en el Perú, Monseñor Paolo Rocco Gualtieri.

Como Iglesia de Lima, expresamos nuestras sentidas condolencias y elevamos nuestras oraciones para que la señora Addolorata pueda vivir en la plenitud del Reino del Señor.

Monseñor Carlos Castillo se reencontró con la comunidad de San Lázaro, en el distrito del Rímac, esta vez, en el marco del 460 aniversario de la Parroquia. El arzobispo de Lima estuvo acompañado del Padre Frederic Comalat (párroco), la Comunidad de Sant’Egidio, la Hermandad del Cristo Crucificado y el Pueblo de Dios.

«Que nuestra comunidad de San Lázaro, que tiene tantos siglos, pueda seguir reverdeciendo, refloreciendo, como ya en todos estos años se ha hecho en toda situación adversa, en toda situación difícil. Ustedes son la comunidad que está llamada a acompañar de por vida a la Iglesia del Perú y a la Iglesia de Lima», manifestó el prelado, emocionado.

Inspirado en el Evangelio del III Domingo de Pascua (Lc 24, 13-35), Monseñor Castillo reflexionó por la dolorosa experiencia que pasó la primera Iglesia después de la muerte del Señor, y todo el proceso de comprensión y acompañamiento que tuvo Jesús con sus discípulos para entender el significado de la Resurrección.

Con la muerte de Jesús, explicó el arzobispo, la pequeña comunidad de Emaús experimentó una fuerte decepción, sin embargo, el Señor decide presentarse en medio de ellos, pero escondido, como un desconocido ajeno a todo lo que ocurría. ¿Qué está haciendo? Los acompaña, camino con ellos y escucha el relato de toda la crisis que están viviendo.

Este es un primer signo que nos revela cómo deben actuar nuestras comunidades. El valor de la palabra nos permite comunicarnos, pero una «Iglesia sin palabra, es una Iglesia que muere», aseveró el Monseñor Carlos.

«Estos signos los hemos visto aquí, en la comunidad de San Lázaro, cuya primera construcción fue un leprosario al que venían personas de todas partes. Este gesto de reparar las heridas y curar las enfermedades no solo es cristiano, es hecho por alguien que sabe quién es Jesús. Ese fue Arturo Sánchez Vega», comentó.

Así como la comunidad de Emaús, la tragedia vivida hace muchos años en el Rímac, pudo ocasionar que perdieran la fe… «¡pero no lo hicieron!», remarcó el prelado. «Nuestros primeros progenitores fueron los indios del leprosorio, y la tragedia que se vivió inicialmente se convirtió en un milagro, porque, después, Santo Toribio de Mogrovejo, durante la disputa de la creación del barrio limeño, protegió a una cofrafía de indios para otorgarles un espacio junto a la imagen de la Virgen de Copacabana, a quien se le atribuyó algunos milagros».

Ante todos estos signos, el Primado del Perú afirmó que estamos llamados a un gran hermanamiento, a mantener el legado histórico de los primeros cristianos que combatieron la maleza y la lepra, para que todos podamos vivir en paz, sanando nuestras heridas.

«A los discípulos de Emaús, el Señor tuvo que hablarles y compartir el pan ellos para que puedan reconocerlo. Todos estamos llamados a ver al Señor en la vida concreta, a través de sus signos, como Juan, que vio y creyó. No es necesario mucho más», meditó.

Que Jesús Resucitado guíe nuestro camino, porque Él es el que siempre está con nosotros. No temamos a nuestros problemas, pero sí profundicemos las cosas para encontrar una solución justa.

En el marco de los 460 años de la Parroquia San Lázaro, en el Rímac, se anuncia la presentación del libro: «Manuel Paz y Montejo y el Bautismo de San Lázaro del Rímac (1749)», con la participación de los autores Omar Esquivel, Erman Guzmán y Carlos Castillo Mattasoglio (arzobispo de Lima).

Este miércoles 26 de abril, desde las 7:00 pm., se llevará a cabo la presentación oficial del libro: «Manuel Paz y Montejo y el Bautismo de San Lázaro del Rímac (1749)». El evento tendrá lugar en las instalaciones de la Parroquia San Lázaro (jirón Trujillo 503, Rímac). Se recomienda llegar con anticipación.

Sobre el libro:

Manuel Paz es el nombre de un artista limeño hasta ahora poco conocido quien pintó a sus prematuros 18 años el lienzo de gran formato: el Bautismo de Cristo (1749), para el entonces nuevo templo de san Lázaro, reconstruido poco tiempo después del cataclismo que dejó en ruinas a la ciudad de Lima.

Conservada aún en el templo de san Lázaro del Rímac, esta obra es aún el emblema histórico, estético y de fe de su patrimonio religioso. Su restauración y puesta en valor en el 2016 motivó a que se desarrolle un trabajo interdisciplinario entre la historia del arte, la conservación y restauración, y la teología.

Tres miradas a través de tres especialistas que, de manera integral, nos dan a conocer el significado preciso que tuvo la obra en su tiempo, las sensibles motivaciones que tuvo su joven autor y la feligresía de san Lázaro, la identidad criolla y condición huérfana del pintor, así también sobre su reputada fama como «Maestro inteligente de la pintura» en la capital; sobre la magnitud estética del lienzo a través de su metódica restauración, así como el simbolismo teológico que tuvo ayer y hoy en la vida espiritual e institucional del ex hospital y templo de san Lázaro.

Mediante un exhaustivo trabajo de documentación y un riguroso análisis hermenéutico, ofrecemos este libro al público como parte de nuestro reconocimiento a la memoria material e inmaterial del barrio histórico de san Lázaro del Rímac.

La gala contará con la participación estelar de la Orquesta Sinfónica Haku en un repertorio en homenaje a la preservación de la Tierra.

La Catedral de Lima se viste de gala para presentar el concierto gratuito de música sinfónica orquestal de solistas y compositores a cargo de la Sinfónica Haku, el próximo domingo 23 de abril a las 05:00 de la tarde.

La Orquesta Sinfónica Haku, bajo la producción de Hanan Art y promovido por el Arzobispado de Lima, el Cabildo Metropolitano de Lima y la Comisión de Fe y Cultura del Arzobispado de Lima nos sorprenderán con el recital “ALLPA: Entre compositores y Solistas” (Allpa, vocablo quechua que significa suelo, tierra) buscando rendir homenaje a la preservación de Los Suelos y al talento que vamos cultivando cual semillas que brotan de la maravillosa Tierra.

El evento, que se desarrollará con capacidad limitada y todos los protocolos de bioseguridad, estará bajo la dirección de Giordano Poggi y Anthony Puppo. Asimismo, será un repertorio galardonando su 1er concurso de compositores y solistas, acompañarán las piezas 5 talentosos músicos: Miguel Pavia y Juan Huayre, Giordano Poggi, Esteban La Torre, Fernando Cruz y el estreno de una obra orquestal del exitoso Compositor Mark Contreras, bajo la Producción integral de Geysel Poggi.

El público disfrutará de una selección de la diversa producción musical siendo el mejor homenaje y respeto, haciendo llamado a la preservación de nuestros Suelos. Entre las obras se encuentra Concierto para 2 violines en re menor de J.S. Bach, Concierto para viola en re mayor de Hoffmeister, Introducción, tema y variaciones para clariente de Rossini, Etude concertante para trompeta de Alexander Goedicke.

El ingreso para “ALLPA: Entre compositores y solistas” es libre y por orden de llegada.

Con ocasión de celebrar próximamente la Solemnidad de Santo Toribio de Mogrovejo, un grupo representativo del Clero de Lima participó en la caminata sacerdotal «Tras los pasos de Toribio», promovida por nuestra Vicaría del Clero. Esta acción significativa contó con la participación de nuestro arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo.

Desde muy temprano, más de 50 sacerdotes del Clero de Lima, se congregaron en la Iglesia Monasterio Santa Clara (donde se encuentra la venerada reliquia del corazón de Santo Toribio) para dar inicio a una jornada de oración y peregrinación con miras a celebrarse la solemnidad de uno de los patrones de nuestra Arquidiócesis, Toribio de Mogrovejo.

Al inicio del encuentro, Monseñor Guillermo Elías, obispo auxiliar de Lima, explicó que este tipo de iniciativas «buscan promover, suscitar y provocar un crecimiento en la vida sacerdotal de forma integral».

«Hoy, estamos llamados a abrirnos a la figura de Toribio de Mogrovejo, para descubrir qué otros elementos hay en su corazón y, desde ahí, ir a los pensamientos, a lo que él realmente soñaba y deseaba como Pastor de nuestra Arquidiócesis», señaló Monseñor Elías.

Es momento que nos abramos a la acción del Espíritu para suscitar, en nosotros, posibilidades nuevas de experienciar la riqueza de nuestro ministerio sacerdotal.

MONSEÑOR GUILLERMO ELÍAS.

Posteriormente, el Padre Fernando Jansen realizó una breve ponencia sobre algunos aspectos en la historia de Santo Toribio, su presencia y paso en el Monasterio de Santa Clara.

Al promediar las 10:30 de la mañana, nuestro clero participón de una caminata hacia la Basílica Catedral de Lima, donde se encontraba expuesto la sagrada imagen de Toribio de Mogrovejo (junto al cráneo y la osamenta).

Un santo misionero y caminante.

Al llegar a la Catedral, Monseñor Carlos Castillo reflexionó sobre la vida misionera de Santo Toribio, a quien denominó «un santo caminante, misionero y pastor» que, como buen intelectual y jurista, «siempre fue un hombre justo» que «transparentó al Señor con el testimonio de su vida».

El arzobispo de Lima saludó esta peregrinación que nos permite «acercarnos a la misión que tuvo Santo Toribio», cuya vida estuvo marcada por un gran peregrinaje, recorriendo todas las provincias y acompañando a los más débiles.

Que el testimonio de Toribio nos siga acompañando y fortaleciendo en nuestras decisiones, para vivir realmente nuestra identidad misionera y pastoral.

Monseñor Carlos invitó a compartir un momento de ideas y anécdotas en torno a la figura de nuestro santo patrón. Entre las intervenciones, destacan las palabras del Padre Sando Carbone, quien resaltó la habilidad de aprender quechua para salir a evangelizar en el idioma nativo: «incluso, exigió a los candidatos al sacerdocio a que supieran hablar quechua, si no, no los ordenaba. Siempre tuvo un interés grande en poder llegar a todos los fieles en su lengua nativa», comentó.

Por su parte, el Padre Arturo Alcos, recordó que, como arzobispo, Toribio de Mogrovejo «logró visitar tres veces toda su Arquidiócesis, a pesar de que, en esos tiempos, no había los medios de transporte. Esta es una lección y una inspiración que nos recuerda que debemos visitar nuestra jurisdicción, aún cuando nuestra conunidad parroquial sea pequeña», meditó.

En otro momento, el Padre Fidel Zavaleta, hizo hincapié en la acción de Santo Toribio sobre las personas más necesitadas: «Se preocupó por devolver la dignidad de ser humano a todas las personas, especialmente, al que no contaba. Toribio se encargó de mirar lo más profundo del sufrimiento humano y recordar que todos somos hijos de Dios».

Finalmente, el arzobispo de Lima, actual sucesor de Santo Toribio de Mogrovejo, se acercó a las reliquias del santo patrón junto a los sacerdores presentes: «Padre Bueno, Tú no nos dejas nunca abandonados, siempre nos envías, así como decidiste enviar a tu Hijo Jesús, para qué se encarnase y viviera con nosotros en lo más hondo de nuestras historias, también nos enviaste a alguien que transparentó a tu hijo, Toribio de Mogrovejo. Te pedimos que ese mismo Espíritu que le diste, que ya está presente en nosotros, nos dinamice a actuar siempre con responsabilidad ante cada persona, ante cada situación histórica difícil, ante cada problema que se presente», manifestó el prelado en su oración.

A través de una iniciativa solidaria, promovida por la Comisión de Hermandades y Cofradías que preside Monseñor Juan José Salaverry, representantes de distintas hermandades y cofradías de nuestra Arquidiócesis de Lima, acudieron a los almacenes de Cáritas Lima para compartir las donaciones de víveres y útiles escolares que lograron reunir durante los días de Semana Santa.

Durante la Semana Santa 2023, diferentes hermandades y cofradías de nuestra Arquidiócesis, participaron en los recorridos procesionales previstos en el Centro Histórico de Lima. Por estos días, la Comisión de Hermandades y Cofradías organizó una convocatoria para que todas las personas puedan compartir sus donaciones a Cáritas Lima de manera voluntaria.

Gracias a este esfuerzo solidario y desinteresado, esta mañana, en las instalaciones del Arzobispado de Lima los representantes de las hermandades y cofradías presentaron sus donativos. Todo lo recaudado fue acogido por Sylvia Cáceres, Secretaria General de Cáritas Lima.

«Los pobres no siempre tienen la ocasión de tocar nuestra puerta para pedir ayuda, tenemos que aproximarnos, ser una Iglesia samaritana, unida. Ustedes son expresión de eso, porque no hemos tenido que ir a ninguna de sus hermandades, sino que se han organizado para concentrar esta ayuda y compartirla», manifestó Cáceres.

Por su parte, Ricardo Cajo Villamares, secretario Eejecutivo de la Comisión de Hermandades y Cofradías, expresó su agradecimiento a todas las hermandades que, voluntariamente, se comprometieron a enviar sus donaciones. «Esta es una gran inquietud que buscamos promover: la ayuda voluntaria de hermanos y fieles, siempre en un espíritu solidario para acompañar a nuestros hermanos que más sufren», indicó.

Todo lo donado a Cáritas Lima será distribuido responsablemente a las familias más vulnerables. Entre las hermandades y cofradías que participaron en esta campaña solidaria destacan:

Cabe resaltar que, desde hace más de un mes, diferentes hermandades vienen participando activamente en el programa de voluntariado de Cáritas Lima, apoyando en la selección de donativos para su posterior traslado a los diferentes puntos del país.

Hermandad del Señor del Santuario de Santa Catalina, la Hermandad del Señor Crucificado del Rímac, el Apostolado Franciscano de San Judas Tadeo, la Hermandad de la Santísima Virgen del Carmen de Lima, la Hermandad del Señor de la Agonía de Limpias y la Santísima Virgen de Cocharcas, la Hermanda de Jesús Nazareno Cautivo de Trinitarias.

También se hicieron presente con sus donativos: la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, la Hermandad del Señor de Huanca «Hijos Zarzuelinos del Cusco», la Hermandad del Señor de las Caídas y Nuestra Señora de las Mercedes.

En el marco del 30 aniversario de la Hermandad del Señor de la Divina Misericordia, de la Parroquia San Pablo y Nuestra Señora del Carmen, Monseñor Carlos Castillo ofició una Eucaristía en compañía de toda la comunidad parroquial. El prelado reflexionó sobre la importancia de practicar la hermandad y respetar el rol determinante de la mujer en la vida de la Iglesia: «Somos un país de todas las sangres, que debe unirse en la misericordia del Señor», remarcó.

En su Homilía, Monseñor Castillo señaló la infinita misericordia de Dios hacia nosotros, un amor que nos promueve permanentemente y aparta el miedo: “Dios misericordioso es Aquel que se acerca a nosotros para que aprendamos el camino de responsabilidad misericordiosa, pero no el camino del miedo. Por tanto, el amor expulsa el temor, así que todo lo que nos de miedo, hay que expulsarlo”, afirmó.

El obispo de Lima recordó que, desde nuestra experiencia vivencial, todos podemos ser pastores de una comunidad, alentándola, acompañándola y escuchándola. De igual manera, Monseñor Castillo hizo un llamado a incentivar la participación de la mujera en la vida de la Iglesia: «Somos un país de todas las sangres, que debe unirse en la misericordia del Señor», expresó.

Dirigiéndose a los hermanos del Señor de la Divina Misericordia, el prelado agradeció todo el servicio brindado en estos años: “Vamos a agradecer por estos años, 30 años de compartir nuestra vida, la suya, en el barrio, con las personas que están en dificultades, los enfermos, los jóvenes”.

En su octavo día de novena, al término de la Celebración, Monseñor Castillo bendijo a la sagrada imagen del Señor de la Divina Misericordia y compartió un grato momento con toda la comunidad de fieles.

Bajo el lema: «460 años de caridad y fraternidad», la comunidad parroquial de San Lázaro, ubicada en el Rímac, ha programado una serie de actividades en el marco su aniversario, del 22 al 26 de abril. ¡Aquí todos los detalles!

La histórica Iglesia de San Lázaro cumplirá 460 años. En este marco de celebración, se ha previsto una semana completa de actividades culturales y recreativas, simposios, eventos musicales y hasta la presentación de un libro.

Sábado 22 de abril:

La jornada inicia con un simposio programado a las 7:00pm. Posteriormente, se dará inicio a la verbena y a la presentación de grupos musicales.

Domingo 23 de abril:

Desde las 7:00pm., participemos de la Eucaristía por el 460 Aniversario de la Parroquia San Lázaro, presidida por nuestro arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo.

Lunes 24 y Martes 25 de abril:

Para estos días se impartirá el sacramento de la Unción de los Enfermos. Cada día se celebrará una Eucaristía a las 7:00pm. en la Iglesia San Lázaro. Todos los interesados en participar, pueden inscribirse desde la página de Facebook de la Parroquia.

Miércoles 26 de abril.

Finalmente, el miércoles 26 de abril tendrá lugar la presentación del libro: «Manuel Paz y Montejo: El bautismo de San Lázaro del Rímac (1749)», con la participación de los autores: Omar Esquivel, Erman Guzmán y Monseñor Carlos Castillo.

Central telefónica
(511)2037700