Tag

arquiactividades

Browsing

Este Lunes Santo, las imágenes del Señor del Huerto, Señor de la Caña, Señor Jesús Nazareno Cautivo y el de Nuestra Señora del Mayor Dolor de Trinitarias, llegaron a los exteriores de la Catedral de Lima, tomando posesión frente al Balcón del Palacio Arzobispal de Lima. Las imágenes fueron recibidas por nuestro obispo auxiliar de Lima, Monseñor Juan José Salaverry.

“En este Lunes Santo, lunes trinitario, saludamos a estas imágenes que peregrinan a nuestra Plaza Mayor, dentro del marco de las celebraciones de Semana Santa; imágenes que vienen marcadas por el signo de la orden redentora de la Santísima Trinidad, pues, vienen del Monasterio de Trinitarias», fueron las palabras de recibimiento de Monseñor Salaverry.

En su breve alocución, el obispo auxiliar de Lima explicó que el uso de escapulario trinitario en las imágenes sagradas representan “el salvoconducto de la liberación y de la salvación, ya que, cuando los cristianos quedaban cautivos, los padres trinitarios pagaban el rescate para que fueran liberados”.

Reflexionando sobre la lectura de San Mateo (5, 20-24), que narra el llamado del Señor a reconciliarnos con nuestro hermano, Monseñor Juan José Salaverry afirmó que hay muchas maneras en que podemos dañar a nuestro prójimo, con palabras o actos que atenten contra su vida y dignidad:

“Dice Jesús: “No matarás”, pero no se trata sólo de matar físicamente, se trata también de aquellos que matan el alma, que matan con palabras, con las cuales abofeteamos o escupimos a los hermanos. Por eso, el Evangelio de hoy es propicio para este Lunes Santo, porque, si tenemos algún rencor o rencilla con alguien, antes de rezarle al Señor, necesitamos reconciliarlos”, afirmó el obispo.

Qué triste es ver personas que se llaman católicas y cristianas, pero fomentan el odio, la discordia; qué triste es ver que tenemos signos que caracterizan nuestra vida cristiana como los hábitos, los ornamentos, pero después estamos fomentando la división, el odio y el rencor entre los hermanos.

Al término de la oración, las veneradas imágenes se despidieron de la Catedral y, en procesión, se dirigieron de retorno hacia la Iglesia del Monasterio de Trinitarias. De igual manera, las hermandades responsables de la oración del Lunes Santo, compartieron kits de útiles escolares a modo de ofrenda. Todo lo reunido en estos días se destinará a las familias más vulnerables de nuestra ciudad.

En el inicio de la Semana Santa, luego de la Misa de Domingo de Ramos, nuevamente, cientos de fieles de nuestra Iglesia de Lima, acompañaron a los obispos de nuestra Arquidiócesis, en el rezo del Santo Rosario en la Plaza Mayor para pedirle al Señor por la paz y la unión de nuestro país y del mundo entero.

El rezo mariano contó con la presencia de nuestro arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo, sus obispos auxiliares y varios agentes pastorales de diferentes grupos de las parroquias de los doce decanatos de nuestra Arquidiócesis.

Entre los fieles que participaron del Rosario, estuvieron presentes los hermanos que integran las diferentes delegaciones de las hermandades de Lima: las hermandades del Señor de los Milagros de Nazarenas de los distritos de Breña, Barranco, Chorrillos, Zárate y Jesús María; hermandad de Jesús Nazareno de Trinitarias; hermandad de San Martín de Porres de Sandía y Barranco.

También se hizo presente el apostolado franciscano de San Judas Tadeo, hermandad de caballeros de la Santísima Virgen de Monserrate, hermandad de la Santísima Virgen del Carmen de Lima y del Pasaje Sicuani; hermandad del Señor de la Agonía de Limpias y la Santísima Virgen de Cocharcas; hermandad del Señor de las Caídas y nuestra señora de las Mercedes – Mercedarias; hermandad de Santo Toribio de Mogrovejo; hermandad del Señor de los Milagros de la Parroquia de San Norberto; cuadrilla 17 de la hermandad del Señor de los Milagros de Nazarenas y los devotos de nuestra Señora de la Esperanza.

De igual manera, durante la oración mariana, en el Atrio de la Catedral estuvieron presentes las 06 sagradas imágenes, estas fueron: el Señor del Huerto de Trinitarias, Ecce Homo de la Catedral de Lima, Jesús Nazareno Cautivo de Trinitarias, Señor de las Caídas de Mercedarias, Señor Crucificado de la Agonía de Limpias de Cocharcas y la Virgen de la Esperanza de la Catedral de Lima.

El Rezo del Rosario finalizó con unas palabras de Monseñor Castillo, quien agradeció a toda la comunidad católica presente por este momento de oración: «Quisiéramos recordar que el día en que comienza la Semana Santa, también asistimos a la compañía que María hizo de Jesús en toda esta semana. Y ahora que hemos rezado el Ave María, piensen, ustedes, en lo que María sentiría viendo sufrir a su Hijo. Sin embargo, ella sabía por el propio Jesús, por la iluminación del ángel y la revelación de Isabel que, además, de ser el Hijo del Padre, era el Hijo que ella había acompañado desde el vientre y lo fue educando para amar», expresó.

Jesús aprendió de María a ser servicial.

El prelado señaló que Jesús aprendió a ser servicial de su Madre, por tanto, esta entrega generosa del Hijo en la Cruz es por amor infinito a cada uno de nosotros para librarnos de nuestros pecados y, así, apreciarnos los unos a los otros, reconociéndonos como hermanos.

“Estando María en cinta, lo primero que hace es levantarse para ir a ayudar a Isabel, de tal manera que, ya desde el vientre, enseñó a Jesús a servir. Y si Jesús muere en la Cruz, muere por perdonar, por servir, por ayudarnos a recapacitar, a repensar nuestras vidas, nuestras maneras de actuar. Por tanto, estos pecadores peruanos que estamos aquí y en todo el país, pero que, ante todo, sabemos que el Señor nos libra del pecado. Y librarnos del pecado, es hermanarnos, comprendernos, apreciarnos, cuidarnos los unos a los otros, promoviendo la maravilla que cada uno de nosotros contiene, que nos ha regalado Dios y que María contempló en su Hijo y lo promovió”, manifestó.

Dejar todo acto de machismo y violencia contra la mujer.

De igual manera, el arzobispo Castillo invitó a todos los varones a repensar y dejar atrás todo acto de machismo, para seguir el modelo de Jesús: «Hermanos varones, aprendamos a dejar el machismo. El Jesús mismo que ustedes cargan, decía: “Jerusalén que matas a los profetas, cuántas veces he querido unir a todos ustedes como la gallina reúne a sus pollitos”. El Señor Jesús se compara con una gallina ¿Cuántos varones serían capaces de compararse con una gallina? Muy pocos, porque el machismo nos ha hecho rehuir a la verdad y a la maravilla de las figuras femeninas, que siempre son acogedoras», recalcó.

Finalmente, a modo de ofrenda, al término de la oración, distintas hermandades presentaron las donaciones de útiles escolares que se compartirán a lo largo de esta semana. Todo lo reunido permitirá que pueda distribuirse a las familias más vulnerables de nuestra ciudad.

Agradecimientos.

A fin de guardar y prever el orden durante el despliegue del acto religioso en la Plaza Mayor de Lima, se contó con 03 unidades móviles nivel II pertenecientes a SISOL de la Municipalidad Metropolitana de Lima, DIRIS Centro del Ministerio de Salud y de IMPACT MEDIC. Todas contaron con profesionales de la Salud, que atendieron diversas emergencias, apoyados de las Brigadas de Emergencia de la Cuadrilla 16 de la Hermandad del Señor de los Milagros de Nazarenas, los mismos que estuvieron estratégicamente ubicados para la intervención como primera respuesta en los Primeros Auxilios.

Al celebrarse el Día del Abogado en nuestro país, Monseñor Juan José Salaverry presidió una Eucaristía en la Basílica Catedral de Lima en compañía de los miembros del Colegio de Abogados de Lima. Durante su homilía, nuestro obispo auxiliar afirmó que  la vocación de todo abogado es la de servir a la humanidad desde la ley, «ponerla al servicio de la humanidad y no al hombre al servicio de la ley, como tantas veces lo ha acusado nuestro Señor Jesucristo en el Evangelio».

Monseñor Salaverry tomó como referencia uno de los esquemas básicos en la teología moral de Santo Tomás de Aquino. El Doctor Angélico señala que la ley eterna es la ley del amor que se vive en el interior de la Trinidad, que se plasma en el orden supremo del cosmos y en la naturaleza a través del derecho natural, y que se inscribe en el interior del hombre, en la conciencia que es el recinto de la moralidad. Este camino de la ley eterna, la ley natural y la conciencia nos debe llevar a vivir la ley de la gracia y del Espíritu, de la cual habla San Pablo en la Carta a los Gálatas.

“Por eso, el derecho positivo, el derecho escrito, sea el derecho del Estado o de la Iglesia, son solamente ‘muletas’ (ayudas) que nos ayudan a vivir de acuerdo a los valores éticos fundamentales, que nos encausan para crecer y desarrollar nuestra vida como personas racionales, como humanidad, evolucionando para ser una humanidad cada vez más perfecta, una humanidad cada vez mejor”, expresó.

Los hechos tienen que ser encausados por leyes y mostrar al Pueblo de Dios, es decir a la sociedad, cuál es el camino que hay que seguir. Y como los hechos van primero, los hechos nos comprueban que hacemos mal uso de nuestra libertad, de los dones que Dios nos ha dado, de la sociedad y el mundo.

Comentando el Evangelio de Juan (11, 45-56), Monseñor Juan José Salaverry aseveró que Jesús debió enfrentar «el proceso judicial más injusto que ha habido en la historia», promovido por los lideres religiosos de la época, impulsado por la ambición de los sumos sacerdotes – gestores del culto oficial de aquella época. Estos ‘maestros de la ley’, los fariseos, ven en las palabras del Señor una amenaza para sus intereses. «Estos sumos sacerdotes, estos maestros de la ley, dictaminan ya, desde ahora, la muerte de Jesús, porque con su testimonio de amor del Padre, está poniendo en peligro el negocio su seguridad y poder», resaltó.

Pese a esta injusticia, Jesús decide seguir ofreciéndonos el amor, única  ley capaz de salvarnos de la ambición y el error, mostrándonos la ley del amor, frente a las ambiciones de la ley del poder, de las argollas y la defensa de los intereses personales.

Queridos amigos abogados, soy canonista,  así que soy (más o menos) colega de ustedes. Y nosotros debemos entender que nuestra vocación no es de servicio a la ley, nuestra vocación es de servicio a los valores y principios a los cuales la ley atiende, a la persona humana, al Evangelio, a la sociedad.

Y dirigiéndose a los miembros del Colegio de Abogados de Lima, representados por su decano el  Doctor Cesar Bazán Maveda, Monseñor Salaverry agregó: «Es realmente un gozo poder contar con ustedes aquí, en la Iglesia Catedral de Lima, y pedir por todos los miembros de este Ilustre Colegio de abogados de Lima, ilustre por la valía de aquellos hombres y mujeres de leyes que no han servido a sus intereses, sino que han servido a la sociedad; ilustre por los valores de servicio a la Verdad, la justicia, la persona humana y el Evangelio».

Por su parte, César Bazán, dirigió unas palabras de agradecimiento por la Eucaristía presidida por Monseñor Salaverry. «Los abogados leemos la Biblia, esperamos la inspiración de Dios para defender en nuestras causas, para asesorar a nuestros clientes con la inspiración divina de Dios. Por eso, en este acto de fe, nos manifestamos siempre por la justicia, por la libertad y porque esa arquitectura creada por Dios se cumpla en su infinita fe», señaló el decano del Colegio de abogados de Lima.

Cientos de fieles se congregaron, desde muy temprano, en los exteriores de la Catedral de Lima, para participar comunitariamente de la Misa de Domingo de Ramos que presidió Monseñor Carlos Castillo junto a sus obispos auxiliares. El prelado hizo un llamado a no confundir la entrada triunfante de Jesús a Jerusalén «con una entrada de poder y de gloria vana» para despreciar y maltratar al Otro que, como Jesús, carga con la cruz de cada día y es marginado por ser joven, mujer, provinciano o pobre.

«Que esta Semana Santa sea inspiradora y educadora, alimentadora de nuestra capacidad solidaria, para que no nos conformemos con lo que ya hemos logrado, porque tenemos que reformular todos los aspectos de la vida social, política, económica, familiar, barrial, de nuestros pueblos, de nuestras ciudades y familias», comentó en su homilía (leer transcripción).

Leer transcripción de homilía de Monseñor Castillo

El arzobispo de Lima dio inicio al Domingo de Ramos recordando que el Señor «no es un rey como los gobernantes de nuestras tierras que, para poder imponer, someten a los pueblos a guerras, maltratos y represiones». Este Rey nos enseña que es posible reinar en el mundo «desde lo sencillo, montando un burrito, para revelarnos su amor gratuito, generoso, generador y promotor de la vida de todos, especialmente, de los que más sufren».

¿Dónde está el poder del Señor? En su compañía. Jesús no quiere ser un rey que repita la historia, sino que se introduzca en nosotros como experiencia profunda de amor gratuito y generoso, capaz de promovernos a todos y de ser personas dignas, de ayudarnos a limar nuestra violencia, nuestro desprecio, nuestros prejuicios, nuestros maltratos, especialmente, de quienes tenemos más costumbres de maltratar.

Monseñor Castillo aseguró que, con la entrega de Jesús en la Cruz (vapuleado, maltratado, desnudado, traicionado y abandonado), se produce una identificación con las víctimas del mundo para acompañarlas y darle fuerza; sin embargo, muchos parecen no entenderlo, sobre todo, quienes ejercen distintos modos de violencia contra los más débiles.

Pensar en la «cruz de cada día» que sufre mi hermano maltratado y marginado.

El obispo de Lima afirmó que, en esta Semana Santa, venimos «para volver a la fuente de nuestra fe» y «contemplar el misterio del Señor que nos interpela y nos deja admirados». Estos días santos también deben cuestionarnos profundamente sobre la actitud que tenemos hacia otros «dioses» creados por el hombre, como el dios dinero y el dios poder.

En la historia, algunas personas han introducido elementos de poder y desprecio, pensando que Dios Todopoderoso es el dios todo-prepotente, todo-dictador, todo-tirano, todo-amenazador, todo-incitador al miedo. Eso no es lo genuino, eso se ha metido por nuestras culturas y nuestros inventos de Dios. 

Junto a la imagen del Señor del Santuario de Santa Catalina y la Virgen de las Angustias, el Primado del Perú nos invitó a pensar si estamos creyendo solamente en «la realeza, el oro y la plata con que los hemos vestido» o «en las lágrimas, en los sufrimientos y en las heridas que, muy bien representadas en el genio de los autores coloniales, nos están comunicando que hay Otro que sufre en la Cruz, pero en la cruz de cada día, el ciudadano peruano medio que trabaja con ahínco, se sacrifica por sus hijos, trata de salir adelante y, sin embargo, es marginado y maltratado de mil formas, especialmente, si es provinciano, mujer y migrante».

Acabar con las costumbres dominantes. En Dios solo hay amor.

El arzobispo Castillo advirtió que no podemos ser cómplices de la mentalidad despreciadora de nuestras costumbres dominantes, «capaz de matar por ganar prestigio, como ha sucedido con las mujeres que han sido asesinadas porque un varón tiene que demostrar que nadie le saca la vuelta».

El Dios que nos predica el Evangelio, la Palabra de Dios que nos ha dejado la Iglesia para que la saboreemos año tras año, siglo tras siglo, semana tras semana, dice que Dios es amor y solo es amor. Y así me encuentre en la situación más terrible, no estoy solo.

«Si nuestro país, ahora, está callado, es porque, con la costumbre de resolver las cosas a golpes, a la gente se le ha pretendido silenciar con las armas, con el maltrato; cuando se ha podido inventar formas de diálogo, formas de tratar las cosas, y también formas de pedir perdón realmente, eficazmente y no de palabritas. Si estamos en una situación así no es solamente por intereses económicos y políticos, sino por actitudes que están arraigadas en nuestras costumbres y que tenemos juntos que erradicar, todos», precisó.

«El Señor nos llama a hacernos parte de la vida y de las familias que han sido maltratadas por los perdigones y las balas que les han caído – prosiguió el prelado – nos llama a identificarnos con todos los que han sido matados por obra de la violencia que algunos hermanos nuestros han ejercido. Y, por eso, el clamor del Señor es grande desde el que sufre, porque Él está en el que sufre».

Superar los prejuicios y expulsar el temor de nuestra sociedad.

Monseñor Carlos Castillo manifestó la importancia de superar todos los prejuicios que venimos arrastrando, para que, «agarrados íntimamente al Dios que ha muerto por nosotros y se ha identificado en el sufrimiento y el abandono, confiados en Él, podamos salir de la situación terrible en que nos encontramos».

Tenemos que superar los prejuicios contra las provincias y contra los provincianos, tenemos que superar los prejuicios contra el que no es de mi color, tenemos que superar los prejuicios que existen contra la mujer, tenemos que superar los prejuicios que hay contra la juventud (a la cual siempre acusamos de loca). Todos, en nuestra Patria, tenemos algo que aportar: una belleza incalculable que Dios hizo posible en un país perdido del mundo, en donde estamos todas las razas, todas las culturas y todos los pueblos de la humanidad.

Finalmente, el arzobispo de Lima exhortó a que sepamos expulsar el temor en nuestra sociedad y en nuestra comunidad cristiana, «para tener la valentía de vivir con honestidad y con verdad y cambiar las cosas más terribles que nos pueden estar pasando», concluyó.

La Eucaristía del Domingo de Ramos contó con la presencia de nuestros cuatro obispos auxiliares: Monseñor Guillermo Elías, Monseñor Ricardo Rodríguez, Monseñor Juan José Salaverry y Monseñor Guillermo Cornejo.

Del 01 al 09 de abril, las sagradas imágenes que albergan nuestras parroquias de Lima, recorrerán en procesión las calles del Centro Histórico. El último sábado 01 de abril, la imagen del Señor del Santuario de Santa Catalina y la Santísima Virgen de las Angustias salieron desde tempranas horas del Santuario de La Virginidad de Nuestra Señora, vulgo ‘Santa Catalina’ de Barrios Altos, para dirigirse al Atrio de la Catedral de Lima.

Fueron alrededor de más de 500 personas que acompañaron en procesión. También se hizo presente la Hermandad del Señor del Santuario de Santa Catalina. Al llegar ambas imágenes a los exteriores de la Catedral de Lima, Monseñor Juan José Salaverry, obispo auxiliar de Lima, dirigió unas palabras desde el Palacio Arzobispal:

“Acogemos a las veneradas imágenes de nuestro milagrosísimo Señor del Santuario de Santa Catalina y Nuestra Señora de las Angustias. Le pedimos a este bendito Señor Crucificado nos ayude a vivir la vida de creyentes, entregándonos al servicio del Evangelio del amor. Y a la Virgen de las Angustias, nuestra Santísima Madre, le pedimos que nos ayude a mantenernos fieles, al lado de su Hijo, Jesucristo, en todo momento”, expresó.

“Al inicio ya de las festividades de Semana Santa, encontrándonos con los misterios de la pasión, le pedimos a este bendito Señor Crucificado que la Cruz, que simboliza el madero Catalino, esté lleno de nuestro sufrimiento, de nuestro dolor, del consuelo que necesitamos. Entrar en el Señor con esta Cruz para que nos redima de todos esos sufrimientos y de todos esos dolores. Le pedimos, también, al Señor que entregó la vida por nosotros, nos ayude a vivir la vida de creyentes, entregándonos al servicio del Evangelio del amor como Él, como buen maestro, nos enseña», fue la reflexión del obispo auxiliar de Lima.

«A la Virgen de las Angustias, nuestra Santísima Madre, la Virgen del Dolor, de la pasión, la Virgen de la Fe, de la entereza, le pedimos que nos ayude a mantenernos fieles al lado de su Hijo, Jesucristo; fieles en todo momento, en el momento del dolor, en el momento de la gracia», acotó Monseñor Salaverry.

De esta manera, ambas imágenes fueron guardadas en la Catedral de Lima, para volver a salir en el Rezo del Santo Rosario que se realizará este Domingo de Ramos.

El pasado domingo, nuestro obispo auxiliar de Lima, Monseñor Guillermo Elías Millares, presidió la Celebración Eucarística de toma de posesión del Pbro. Mario Yépez Barrientos CM., como nuevo párroco de la Parroquia San Vicente de Paul, en el distrito de Surquillo.

Al inicio de su Homilía, monseñor Elías resaltó el crecimiento del padre Mario, quién, desde su niñez, ha participado de dicha comunidad parroquial: “Estimado padre Mario, qué alegría poder compartir contigo y con esta importante comunidad este día histórico para ti y también para la comunidad. Me comentabas que fuiste acólito aquí, que fuiste catequista aquí, y ahora serás el párroco aquí, qué momento tan hermoso para ti, pero también para la comunidad que vive un proceso de madurez en la fe, porque un miembro de ustedes preside ahora su comunidad”.

Comentando el Evangelio de San Juan (11,3-7.17.20-27.33b-45), que relata el pasaje de la resurrección de Lázaro, nuestro obispo auxiliar señaló que Jesús, al enterarse de la muerte de su amigo, decide volver y, si bien, no regresa de inmediato a Judea, decide hacerlo, sin temor a arriesgar su vida.

Asimismo, continuando con su reflexión, Elías indicó que Jesús, como Hijo de Dios, sabía de su misión en este mundo, pero también, como humano, compartía sus penas con sus amigos: “Jesús también es uno de nosotros, amigo de los suyos, comparte sus penas, llora con ellos incluso. Las hermanas consideran que la muerte de Lázaro es definitiva, pero Jesús se mantiene firme, da gracias al Padre, sabe que lo escucha y grita: “Lázaro, sal afuera”, poniendo de pie al que estaba tendido, desata al que estaba ligado y da vida al que estaba muerto. Esto es definitivamente una experiencia fundamental para tenerla en cuenta en nuestra vida de fe, esa es la obra del espíritu en nosotros”.

De esta manera, con la resurrección de Lázaro, nuestro obispo auxiliar nos invitó también a dar vida a nuestros hermanos y a nuestra sociedad, sobre todo, en estos tiempos, donde la muerte nos rodea constantemente: “Nosotros también estamos llamados a dar vida en una realidad como la que viven tantos en nuestra ciudad marcada por la muerte, no solo del no nacido, sino muchas formas de muerte que hay en nuestro país y ciudad. Por ello, debemos defender ese derecho humano primordial, que es el derecho a la vida”.

Finalmente, dirigiéndose al padre Mario nuevamente, monseñor Elías lo felicitó y motivó a preservar la vida de la comunidad de San Vicente de Paul, siguiendo el ejemplo de Cristo: “Y, en medio de esta situación, el Señor ha querido que tú, Mario, con alegría, en el momento de tu vida presbiteral y religiosa, puedas presidir aquella comunidad en la que empezaste tu vida pastoral como niño, como joven y ahora como adulto, se te pide dirigir y provocar la vida. Tendrás que repetir, como Jesús, sal afuera, a tantos que están ocultos, metidos en su postergación, en su soledad, que aún requiere vida para otros”.

Con gran acogida, la Pastoral de la Salud de nuestra Arquidiócesis de Lima, realizó su primer taller de formación, contando con la participación de 600 personas (entre enfermeras, doctores, voluntarios, delegados de comunidades, y profesionales de la salud).

El evento se llevó a cabo los sábados 18 y 25 de marzo, de forma presencial, en las instalaciones del auditorio de la parroquia Santa Rosa, en el distrito de Lince. La primera fecha estuvo a cargo del P. Miguel Ángel Vassallo, resaltando la importancia de la vida interior y la apertura de nuestros corazones para que puedan ser renovados por Dios, reconociendo las cualidades que nos ha regalado para ponerlas al servicio del prójimo.

Asimismo, el presbítero también remarcó que es necesario permitirle a Dios, primero, que pueda curar nuestras heridas emocionales y espirituales, muchas de las cuales, han sido suscitadas a lo largo de nuestra vida, con el fin de tener un corazón reconciliado y agradecido que, desde el perdón, podrá realizar un servicio de amor auténtico.

De otro lado, nuestro obispo auxiliar de Lima, Monseñor Guillermo Elías, presidió el segundo día del taller, explicando a los presentes sobre el sufrimiento y la enfermedad, recalcando que ambas son parte de la vida misma y que debemos asumirlas, pidiendo fortaleza a Dios y, para ello, señaló, que es importante cultivar una vida interior real y profunda.

“La vida interior es natural y sencilla, porque es la unión real, personal y constante con Dios, fundada en la vida de gracia. Es la identificación del corazón y la voluntad con la voluntad santísima de Dios hasta tener los mismos sentimientos de Cristo, es la actitud de amor filial y confiado que invita a mantener una postura de hijos que confían en su Padre” refirió Elías.

Asimismo, monseñor Elías destacó que, al aceptar el padecimiento de la enfermedad, asumimos nuestra cruz, confiando en Dios: “Los que aceptan la Cruz, recurriendo a la gracia, aprenden a depender de Dios, encuentran reserva, fortaleza, confianza, misericordia, bondad y capacidad de soportarlo todo. Por ello, uno se queda asombrado de aquellas personas que, estando enfermas, tienen una actitud positiva y, en lugar de centrar su atención en los padecimientos que le toca llevar, se sienten inspirados, son comprensivos y compasivos con los demás”.

En tanto, nuestro auxiliar de Lima reflexionó que el sufrimiento redentor nos hace ser seguidores de Cristo: “El sufrimiento nos hace entender al otro, nos hace, desde nuestra vulnerabilidad, entender la vulnerabilidad del otro. Vamos adaptándonos a la actitud del propio Jesús, a la paradoja de la cruz, aceptamos los sufrimientos, no porque sea bueno o nos guste, sino porque nos hace seguidor de Él, por tanto, el sufrimiento me une a Cristo, y mi sufrimiento se convierte en un sufrimiento redentor”.

Al término, algunos de los presentes hicieron algunas consultas y otros se animaron a compartir sus experiencias de servicio, recibiendo la guía y reflexión de ambos ponentes.

«Es una gran alegría volver a San Ricardo después de todas esas tragedias históricas que hemos vivido», con estas palabras, Monseñor Carlos Castillo, arzobispo de Lima y Primado del Perú, se reencontró con la comunidad de San Ricardo, en el distrito de La Victoria, para celebrar la Toma de Posesión de su nuevo párroco, el Padre Marco Agüero Vidal.

Comentando el Evangelio de Juan (11, 1-45) que narra la resurrección de Lázaro, Monseñor Castillo explicó que, a través de este gesto milagroso, Jesús también está resucitando «a una Iglesia inmóvil que muere y agoniza» por su modo de sentirse superior a los demás y formar una comunidad marginal.

En la actualidad, también nos enfrentamos a una «enfermedad y agonía» similar, resaltó el obispo de Lima, y para que eso se supere, «necesitamos atacar la causa y no hacer parches, no hacer finta de que somos buenos cristianos y hacemos el servicio vocacional obligatorio, sino que cambiamos de actitud profunda».

El arzobispo de Lima habló sobre la importancia de generar espacios de escucha dentro de la vida parroquial, como parte de las «experiencias nuevas de sinodalidad» a las que nos llama a realizar el Papa Francisco, considerando la opinión de los jóvenes y los niños, trabajando en acuerdos y necesidades comunes para salir de los problemas.

Un cristiano resucitado es un cristiano que tiene centro y sabe dónde va. Para eso, se necesita dar testimonio en la calle todos los días.

Dirigiéndose a toda la comunidad parroquial de San Ricardo y a su párroco, el Padre Agüero Vidal, Monseñor Carlos precisó que si la Iglesia es jerárquica, lo es para «servir a los demás desde la jerarquía», de lo contrario, «la agonía nos matará y no habrá resurrección».

Bajo el lema: “Hagamos Vida, la cultura por la Vida”, las familias y laicos de Lima vivieron una semana llena de actividades formativas y comunitarias para reflexionar sobre el don de la vida, buscando promover una verdadera cultura por la vida, desde la concepción hasta la muerte natural.

Simposio de tres días.

Durante el 21, 22 y 23 de marzo, se llevó a cabo de forma virtual el simposio “Hagamos vida la cultura por la vida”, que buscó afianzar y reforzar los conocimientos sobre la importancia de la vida, llevando a todos los participantes a profundizar desde 4 dimensiones: cultural, social, jurídica y psicológica.

El primer día del simposio estuvo a cargo de Juan Miguel Espinoza Portocarrero, historiador y docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú, quien explicó la dimensión cultural de la vida, señalando la cotidianidad en la que actualmente vivimos rodeados de una cultura discriminatoria.

En el segundo día, contamos con la presencia de Edward Muñoz, docente del Departamento de Responsabilidad Social de la Universidad César Vallejo, quien sensibilizó a todos los participantes sobre el cuidado y respeto por el prójimo bajo la dimensión social. En tanto, la Dra. Rosa Sánchez Barragán, directora de la Oficina de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo (USAT) sede Lima, explicó sobre los aspectos jurídicos de la vida como los derechos humanos y la dignidad de la persona.

Y el tercer y último día del simposio, la Mg. Fabiola Guerrero, miembro de la Comisión de Familia y Vida, reflexionó acerca de la dimensión psicológica, destacando la importancia de la autovaloración a través del autoconocimiento, del perdón y de la relación con Dios.

Panel comunitario «Construcción de la cultura por la vida»

En tanto, el viernes 24, se desarrolló el panel “Construcción de la cultura por la vida. Experiencias y aportes”, en el auditorio de la Parroquia Santa Rosa del distrito de Lince, contando con gran acogida por parte de los fieles.

El evento tuvo la participación de cuatro experimentados ponentes, dando inicio Susan Vargas, coordinadora nacional de 40 días por la vida, quien habló sobre la lucha contra el aborto. Posteriormente, expuso la psicóloga Luz Araoz de Proyecto Esperanza Perú, quién iluminó a los presentes sobre el acompañamiento post-aborto.

El tercer tema a abordar fue la pérdida violenta de un ser querido, a cargo de Luis García, consejero de talleres de duelo. Finalmente, el panel culminó con la ponencia del licenciado Juan Atto Godoy, docente de Educación Religiosa, exponiendo acerca de la trata de personas en nuestro país.

Al término del panel, Monseñor Guillermo Elías, obispo auxiliar de Lima y responsable de la Comisión de Familia y Vida de nuestra Arquidiócesis, dirigió unas palabras de agradecimiento y remarcó que «la vida humana es sagrada, es un regalo de Dios y que es necesario que busquemos anunciar en favor de la vida bajo cualquier circunstancia que se presente, sobre todo, cuando esta se vea amenazada».

Santo Rosario sobre ruedas.

Finalmente, el domingo 26, para dar cierre a esta semana, las familias se congregaron en los exteriores de la parroquia Inmaculado Corazón de María, en Magdalena, para realizar el rezo del «Santo Rosario sobre ruedas» y pedir en unidad a Dios por la vida de las familias de nuestro país.

Monseñor Elías dio inicio al evento e hizo hincapié en la importancia de preservar siempre la vida: “Esta semana, hemos celebrado por la vida, nosotros, donde proponemos hacer viva la cultura, por la vida y por todas las vidas, porque, la vida viene de Dios y, por tanto, la persona es fundamental».

En nuestro país que tanto amamos, es necesario recuperar esa cultura por la vida, porque perdemos la vida en cualquier lugar. Por ello, de la mano de nuestra madre, María Santísima, vamos a orar por la vida.

El recorrido de la «Bicicleteada por la Vida» continuó por el jirón 28 de julio hacia la avenida Brasil. Durante el trayecto se prepararon cinco estaciones para participar comunitariamente del Santo Rosario. El momento musical estuvo a cargo del grupo musical Ruah Adoradores.

¡La unión hace la fuerza! Cáritas Lima, en un esfuerzo conjunto con las comunidades parroquiales de nuestra Arquidiócesis, Cáritas hermanas, sociedad civil, medios de comunicación y empresa privada, ha llegado hasta Chiclayo y Trujillo para trasladar 20 toneladas de víveres que se compartirán entre nuestros hermanos afectados por los huaicos.

Las donaciones enviadas a Cáritas Lima continúan llegando a las distintas zonas afectadas por las fuertes lluvias. Esta vez, personal de la Vicaría de la Pastoral Social y Dignidad Humana, llegó hasta la ciudad de Trujillo para entregar kits de ayuda solidaria (compuestos por alimentos no perecibles, agua y prendas de vestir). La sede de Cáritas Trujillo recibió todo lo trasladado desde Lima para compartir con las familias que más lo necesitan.

De igual manera, Cáritas Lima se hizo presente en Chiclayo para hacer entrega de donativos junto a Cáritas Chiclayo. Es así como, tejiendo redes de hermanamiento, diferentes instituciones de la Iglesia, la sociedad civil, los medios de comunicación y la empresa privada, unieron esfuerzos para hacer un llamado urgente a la solidaridad.

20 toneladas de donaciones a provincia.

Hasta el momento, ya se han hecho llegar desde Cáritas Lima un promedio de 20 toneladas de donaciones: 9.91 toneladas a Trujillo, y 9.97 toneladas a Chiclayo.

Por ello, hermanos, los invitamos a seguir llevando su colaboración a los almacenes de Cáritas Lima en Jr. Chancay 282- Cercado de Lima o a su parroquia más cercana.

Únete al voluntariado de Cáritas Lima.

Asimismo, invitamos a todos los hermanos interesados en ayudarnos de manera temporal en la selección y orden de ropa y víveres que serán enviados a los damnificados, puedan inscribirse a través del siguiente enlace: http://bit.ly/3zjMLS5

Queremos enviar un profundo agradecimiento a todas las comunidades parroquiales, jóvenes voluntarios, Cáritas hermanas, sociedad civil y empresas privadas, por su apoyo desinteresado durante esta situación de emergencia.

Central telefónica
(511)2037700