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Al llegar el Tiempo de Adviento, compartimos el testimonio de nuestros hermanos de la Comunidad de Sant’Egidio Perú, que congregados en la Iglesia de San Lázaro (Rímac), se reúnen cada semana para compartir el alimento con los «amigos de la calle». De esta manera damos inicio a nuestro ciclo: «Adviento de las Periferias», una reflexión especial en cada domingo de Adviento.

Siguiendo el camino propuesto en nuestro Plan Pastoral Arquidiocesano, y bajo el lema «Jesús camina con nosotros para construir fraternidad», cada domingo difundiremos la reflexión del Adviento a cargo de las periferias de nuestra ciudad.

En este primer domingo, escuchemos la voz de los jóvenes voluntarios de Sant’Egidio Perú, que se reúnen en el corazón del Rímac para llevar una luz de esperanza a nuestros hermanos de la calle.

«En esta primera semana de Adviento, nos levantamos para esperarte, Señor, abriendo nuevos caminos y compartiendo tus dones con los demás; inspirados en el Dios de nuestra historia que se hizo pobre y sufrió como nosotros», indica el videomensaje compartido en las redes sociales del Arzobispado de Lima.

Vamos al encuentro del Señor con esperanza esperante.

A través del testimonio de sus vidas, los voluntarios de Sant’Egidio Perú nos invitan a ir al encuentro del Señor «con esperanza esperante, con los brazos abiertos y las manos llenas, con el corazón dispuesto a buscarte y a servirte».

En esta reflexión de Adviento, la comunidad rimense de la Iglesia de San Lázaro, nos recuerda que «Dios nos ha constituido en seres esperantes y abiertos para entender la hondura de su presencia y su venida». Es por ello que se preguntan: ¿Cómo esperaremos este Tiempo de Adviento? ¿Cómo podemos aportar a vivir la esperanza en la humanidad?

Finalmente, su párroco, el Padre Frederic Comalata, hace un llamado a «reconocer los signos del amor que hay en la realidad, que son los signos de Jesús viviente en la gente».

Como se sabe, todas las semanas, la Comunidad de Sant’Egidio Perú convoca a laicos voluntarios para compartir el pan con nuestros «amigos de la calle». Es así como parten de la Iglesia de San Lázaro para visitar a alrededor de 80 personas que viven en condiciones de pobreza y de pobreza extrema.

A los Párrocos, Capellanes, Rectores de Santuarios, Superiores de institutos de Vida Consagrada, Sociedad de vida apostólica y fieles en general.

Queridos hermanos y hermanas en el Señor:

Encontrándonos en proceso de salida de la Pandemia a causa del Covid-19 y habiéndose levantado el estado de emergencia sanitaria en el país, por encargo de Monseñor Carlos Gustavo Castillo Mattasoglio, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, ponemos en conocimiento de toda la feligresía de la Arquidiócesis de Lima lo siguiente:

1. El precepto dominical que tuvo dispensa de asistencia, dado el peligro de contagio, queda plenamente restablecido desde el 27 de noviembre de 2022, primer domingo de Adviento. Por lo cual, los fieles han de participar presencialmente de la Misa dominical.

2. Todos los fieles están llamados a asumir responsablemente el precepto dominical y a participar vivamente de la Eucaristía de cada domingo, como memoria viva de la Pascua de Jesús, en comunión eclesial como Pueblo de Dios en la historia. Concluyendo el tiempo de pandemia, hemos de afianzar nuestro encuentro con el Pan de la Palabra y el Pan de la Eucaristía, celebrando en comunión eclesial el sacramento de la Unidad y de la Vida plena.

3. Quedan suprimidas definitivamente las celebraciones eucarísticas hechas por encargo a cualquier sacerdote para trasmisión virtual, así como se desautoriza completamente el uso de estipendio a ese respecto. Por tanto, a partir del 27 de noviembre queda denegado a todos los presbíteros, en la Arquidiócesis de Lima, el permiso para recibir encargo de celebrar las llamadas “Misas virtuales”. Todo encargo recibido previamente se deberá efectivizar mediante la celebracion presencial con fieles en un lugar consagrado para este fin.

4. Para consuelo de los enfermos o impedidos de asistir, se admitirá, en cada parroquia o templo, la trasmisión de una sola Misa, diaria o dominical, celebrada presencialmente con fieles (como es el caso de la Catedral). Procúrese que la trasmisión de esa Misa ocurra en el horario más adecuado para las personas enfermas o impedidas.

5. En todos nuestros templos se restablece la distribución de la Comunión bajo las siguientes formas permitidas: en la mano o en la boca, de pie o de rodillas, sin uso obligatorio de reclinatorio (CCD: 03-04-1985; CCD: Instr. Redemptionis Sacramentum, 90-91; OGMR 160,161). Debe dejarse a cada fiel la libertad de elección de una de estas formas, y no obligarlos a una, en desmedro de las otras. Todas las indicadas son adecuadas y respetuosas del sacramento. Evítese cualquier presión sobre los fieles que los obligue a una única forma.

6. La convocación a la Comunión será la siguiente: “Con responsabilidad y respeto, quienes deseen comulgar pueden acercarse”.

7. Tenidas en cuenta estas disposiciones y, varias inquietudes que nos han llegado, es necesario que los sacerdotes de toda la Arquidiócesis de Lima celebren la liturgia con dignidad y sentido pastoral, preparen las homilías según las indicaciones de EG. 135-159, revisen y apliquen fielmente la teología litúrgica vigente derivada del Concilio Vaticano II, promuevan una clara pastoral litúrgica celebrativa y participativa, y junto a sus agentes pastorales y a todo el pueblo de Dios, promuevan una seria profundización del sentido de la Eucaristía en general, y de la celebración dominical, en particular, según las orientaciones y normas vigentes derivadas del Concilio Vaticano II. Nuestra arquidiócesis de Lima preve durante el año contribuir a dicha profundizacion.

Con nuestro aprecio en el Señor,

Monseñor Octavio Casaverde
Vicario General

En la Solemnidad de Cristo Rey, celebrada junto a los jóvenes de nuestra Arquidiócesis, Monseñor Carlos Castillo presentó la «Carta del Arzobispo a los y las jóvenes de Lima», la primera de una serie de cartas relacionadas a diversos temas de la Pastoral Juvenil. El volumen de hoy, disponible en formato digital para su difusión gratuita, lleva como consigna: «Aprendiendo a ver con los ojos de Jesús a escuchar la Palabra de Jesús y a actuar conforme a su inspiración».

Ingresa aquí para leer la Carta a los jóvenes de Lima.

«Les escribo esta primera carta para agradecerles sus testimonios de fe, y para alentarles a seguir abriendo caminos de Pastoral Juvenil, en todos sus tiempos y
lugares, sabiendo que nos une un común sufrimiento, pero sobre todo una común esperanza», con estas palabras iniciales, nuestro arzobispo de Lima abre un ciclo de cartas orientadas a la juventud, recogiendo el sentir y las opiniones compartidas en la Jornada Arquidiocesana de la Juventud (JAJ).

En esta primera carta, Monseñor Castillo reflexiona, desde la voz de los jóvenes, la importancia de las reuniones o grupos juveniles bajo el método: ver – juzgar – actuar, que «permitirá lo que el Papa Francisco quiere para los peruanos: superar un cristianismo de “padrecito, ¿se puede o no se puede?”, y más bien ir caminando hacia una fe reexiva y madura».

Mi mensaje quiere retomar sus propias palabras, para que todos las valoremos y nos fortalezcamos, animándonos a seguir caminando juntos como ustedes lo han expresado.

La Carta del Arzobispo a los y las jóvenes de Lima se encuentra disponible de forma gratuita en formato PDF.

Ingresa aquí para leer la Carta a los jóvenes de Lima.

Nuestra Arquidiócesis de Lima, unida al Santo Padre, vivió una nueva edición de la Jornada Mundial de los Pobres en el corazón del Rímac, en el Oratorio Don Bosco, donde se compartió un almuerzo solidario y una serie de actividades con 400 adultos mayores en situación de pobreza.

Bajo el lema “Jesucristo se hizo pobre por ustedes”, Cáritas Lima anunció que la VI Jornada Mundial de los Pobres, celebrada en nuestra ciudad, congregó a 400 adultos mayores provenientes de los comedores parroquiales de distritos como: Cercado de Lima, El Agustino, La Victoria, Surco y El Rímac.

Feria de programas sociales y servicios de salud.

La jornada tuvo lugar desde tempranas horas en el Oratorio Don Bosco , donde grupos de jóvenes voluntarios acogieron y acompañaron a los cientos de invitados. El evento inició con una feria de atención y servicio, con la participación de distintas instituciones como la Dirección de Personas Adultas Mayores – DIPAM, la Municipalidad de Lima con el programa “Volver a casa”, la Plataforma de Atención de Servicios Sociales – PASS, el servicio MI60+ del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables – MIMP, los Centros Integrales de Atención al Adulto Mayor – CIAM de los distritos de Cercado de Lima y El Rímac, programa Pensión 65, el Ministerio de Salud – MINSA, entre otros.

Durante la feria se brindó orientación sobre programas sociales, atención médica, campaña de vacunación y servicio de corte de cabello (gracias a las alumnas voluntarias del CETPRO Salesiano Don Bosco).

Eucaristía presidida por Monseñor Cornejo.

Al mediodía, Monseñor Guillermo Cornejo, obispo auxiliar de Lima, presidió la Eucaristía en compañía de toda la comunidad, entre voluntarios, adultos mayores y personal de Cáritas Lima,

El prelado agradeció a todos los presentes por participar de esta jornada y despertar la solidaridad en nuestros corazones. «En estos momentos difíciles que afronta nuestro país, es necesario orar en comunidad, especialmente, por los más vulnerables», expresó.

Estamos aquí para pedir y tener presente a todos aquellos que pasan dificultades, que están en situación vulnerable, no solamente por los que estamos aquí, sino también por todos los que no han podido venir.

Monseñor Cornejo hizo un llamado a trabajar por los que más sufren y pasan hambre. «No tengamos miedo de decir: tengo un compromiso con los que más sufren o los que están pasando dificultades. Es muy lindo trabajar con los más humildes y sencillos, pero perseveremos, sigamos la misión de Jesús, que es dar esperanza a los pobres y a los que sufren», acotó.

Almuerzo con adultos mayores y festival de música.

Al término de la Eucaristía, de la mano de los voluntarios y colaboradores, se compartió el almuerzo con los 400 adultos mayores convocados a la jornada. El aporte artístico llegó gracias al apoyo desinteresado de grupos musicales que alegraron la tarde de nuestros ancianos.

Agradecimientos.

Desde nuestra Arquidiócesis de Lima, agradecemos por el apoyo a los voluntarios de Cáritas Lima, personal del Arzobispado de Lima, a los alumnos de las pastorales universitarias de la Pontificia Universidad Católica del Perú, San Marcos y Universidad Agraria La Molina.

También agradecemos a todas las empresas e instituciones que hicieron posible esta VI Jornada Mundial de los Pobres: Grupo Bimbo, la Asociación Mujer, Vida y Propósito, orquesta Chofercito y su Ritmo Norteño, grupo Acorde Social, Alexander Raa Montenegro, Freddy Estrada, Daniel Ávalos y Lued Oliva, Oratorio Don Bosco por el espacio, al CETPRO Salesiano Don Bosco y a Lindley.

Este domingo 13 de noviembre, la Basílica Catedral de Lima acogió a los 70 miembros de la comunidad académica de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), entre estudiantes y administrativos, quienes recibieron el don del Espíritu Santo a través del Sacramento de la Confirmación.

En su homilía, Monseñor Carlos Castillo reflexionó sobre la importancia de vivir la belleza de la fe a través del testimonio de los jóvenes, conversando sobre sus problemas, escuchando al Señor en cada situación de la vida, y tratando de entender cómo está presente el Espíritu en las relaciones humanas.

A inicios de año, 70 jóvenes de la comunidad del Centro de Asesoría Pastoral Universitaria (CAPU) de la PUCP, comenzaron un camino pedagógico de preparación hacia la Confirmación. Al llegar el día más importante de este proceso, los jóvenes se congregaron en la Catedral de Lima para decirle Sí a Jesús y recibir el Sacramento de manos del arzobispo de Lima.

En ese sentido, Monseñor Castillo explicó que la Confirmación marca una nueva etapa en la vida de toda persona: ser un cristiano reflexivo que sabe re-pensar y vivir la fe como «un proceso creador ante la situación y el dolor ajeno, en cada circunstancia y en cada momento, no repitiendo fórmulas o petrificándose en costumbres».

El Primado del Perú, quien también se desempeña como docente del Departamento Académico de Teología PUCP, resaltó que la experiencia compartida en el CAPU durante este año de formación, es la «experiencia de la comunidad cristiana que sabe vivir en la diversidad y promover relaciones de amistad de generación en generación». Ahí es donde habita el Señor, en las relaciones humanas.

El prelado recordó que la pastoral universitaria en nuestra Arquidiócesis fue un camino iniciado por el Cardenal Augusto Vargas Alzamora, y que 25 años después, continúa creando espacios llamados a ser «una muestra para compartir con las demás universidades».

La misión de irradiar y testimoniar la fe.

Comentando el Evangelio de hoy (Lc 21, 5-19), el obispo de Lima meditó las palabras de Jesús en alusión a la belleza y solidez del templo de Jerusalen: Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando; todo será destruido, dice el Señor.

¿Qué nos dice Jesús con estas palabras? Que el punto esencial de todos los templos no está en su belleza ni en su antiguedad, al contrario, «si el templo existe, existe por la fe de la gente como muestra de la belleza con la cual debe anunciarse y vivirse. Si eso no se vive, si esa fe no se irradia ni se testimonia, si esa fe “se encierra” en el templo, se produce una “cueva de bandidos”. Eso ha ocurrido en muchas religiones, y todavía está el riesgo de producirse en nuestra Iglesia católica», advirtió el arzobispo.

Un llamado a la conversión personal, social y eclesial.

Por lo tanto, la Liturgia de hoy, en esta confirmación universitaria, es un «llamado a la conversión personal, social y eclesial, en las sociedades, en el mundo, pero, especialmente, en la Iglesia». Monseñor Castillo reiteró que debemos «inundar al mundo del amor del Señor» desde la «vivencia de la justicia y de las relaciones sanas que permitan un testimonio que ayude a superar los problemas».

Esta misión personal y social implica un cambio en todos los aspectos de la vida que generen maltrato, estilos de vida ostentosos y cantidad de problemas con los cuales confundimos la fe. «La fe no está en la ostentación ni en el dinero, ni en el lujo de los ropajes o en la grandeza de las catedrales. La fe está en el testimonio vivo que comenzó con Jesús. Él, pudiendo haberse bajado de la Cruz, no quiso hacerlo, para mostrar que Dios es misericordioso, abre el camino del perdón y pacifica a una humanidad violenta».

Moderar la vida del mundo a través de la hermandad.

En otro momento, el arzobispo de Lima exhortó a los jóvenes confirmados a «ser testigos del mismo amor de Cristo en la Cruz», especialmente ahora que el mundo afronta la peor crisis económica y ecológica de la historia: «Necesitamos moderar la vida del mundo por medio de la hermandad, ayudarnos unos a otros a ser testigos del mismo amor de Cristo en la Cruz. Él es el único que conduce a la Resurrección de los seres humanos, de la vida, de la ecología y de toda la creación», destacó.

Necesitamos, poco a poco, aprender a acoger lo bueno del pasado, recoger la inspiración del presente, caminar hacia el futuro con nuevas iniciativas y transformar la Iglesia sinodalmente, siempre haciéndolo con el mismo modo original de Jesús, pero siempre abiertos a que todo pasa y todo queda.

Hoy conmemoramos los 100 años de natalicio de quien fuese el 31° Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Augusto Vargas Alzamora.

«La vida de Vargas Alzamora fue un testimonio de veracidad y de entrega, capaz de cuestionar y convocar a recapacitar en las situaciones más difíciles», ha expresado Monseñor Carlos Castillo, desde la Catedral de Lima.

Breve biografía de Monseñor Vargas Alzamora.

Primeros años:

Nació en Lima el 9 de noviembre de 1922. Hijo de Eduardo Vargas O’Dowling y María Luisa Alzamora Bustamante. Realizó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio de la Inmaculada de la Compañía de Jesús en Lima, egresando en 1939 con el premio de Excelencia de Honor. El 10 de marzo de 1940 ingresó al noviciado San Estanislao de Kostka de la Compañía de Jesús, en Miraflores, haciendo sus primeros votos en 1942.

Sacerdocio:

Para completar su formación humanística, viajó a Argentina y España. Comenzó sus estudios filosóficos (1946-1949), primero en la facultad de San Miguel, en Buenos Aires, y luego en la facultad de Filosofía y Teología de Chamartín de la Rosa en la ciudad de Madrid (1947). De vuelta a Lima, optó grado en educación, en la Universidad de San Marcos. Se trasladó a la ciudad de Arequipa, donde realizó su etapa de magisterio en el antiguo colegio de San José, entre los años 1949 y 1951.
En 1952, nuevamente viajó a España para realizar estudios teológicos en la Facultad de Teología de Granada. Recibió la ordenación sacerdotal en Madrid, el 15 de julio de 1955. Al regresar a su patria, fue nombrado director espiritual y luego Rector del Colegio de la Inmaculada, donde estudió en su infancia (1970-1975).

Fue padre espiritual, amigo y consejero cercano de muchos escolares (luego, universitarios), que lo conocieron en el Colegio de La Inmaculada. Allí enseñó la solidez de una vida cristiana enraizada en una fuerte espiritualidad y en el servicio a los pobres, doctrina que el cardenal Vargas Alzamora llevaría luego al extremo, luchando por la democracia y el respeto de los Derechos Humanos durante los convulsionados años 90. 

En 1975 fue nombrado Delegado Provincial para las obras de educación de la Compañía de Jesús en Perú. También fue consejero provincial y maestro de novicios. Vasrgas Alzamora destacó como el primer director en el Perú de la obra «Fe y Alegría».

Episcopado:

– Obispo Vicario de San Francisco Javier.

Pablo VI lo nombró Obispo Titular de Cissi y Vicario Apostólico de Jaén u Obispo del Vicariato Apostólico «San Francisco Javier» en Jaén, Perú, el 8 de junio de 1978; recibió la consagración episcopal por Carlo Furno, Arzobispo Titular de Abari, el 15 de agosto del mismo año.

En 1982 fue nombrado Secretario General del Episcopado Peruano. Juan Pablo II aceptó su renuncia al gobierno pastoral del Vicariato Apostólico de Jaén, el 23 de agosto de 1985.

– Arzobispo de Lima.

Juan Pablo II lo nombró Arzobispo Metropolitano de Lima y Primado del Perú el 30 de diciembre de 1989: Tomó posesión de la sede el 26 de enero de 1990, reemplazando en el cargo al Cardenal Juan Landázuri Ricketts.

Participó en la VIII Asamblea Ordinaria del Sínodo Mundial de Obispos, que se llevó a cabo en la Ciudad del Vaticano del 28 al 30 de septiembre de 1990 y en la IV Asamblea General del Episcopado Latinoamericano en Santo Domingo, República Dominicana, del 12 al 28 de octubre de 1992. En febrero de 1993, fue nombrado Presidente «Ad Interim» de la Conferencia Episcopal Peruana para sustituir por un año a Mons. José Antonio Dammert Bellido, Obispo Emérito de Cajamarca y, del 2 al 29 de octubre de 1994 participó en la IX Asamblea Mundial del Sínodo de Obispos en la Ciudad del Vaticano.

En 1992 colocó una réplica de la Cruz del Baratillo en la Plaza del Baratillo en el Rímac (Jr.Paita) en homenaje a la predica que hacía todos los domingos a las 4 p. m. el Venerable Francisco del Castillo.

Cardenalato:

Fue nombrado tercer Cardenal de la Iglesia Católica por Juan Pablo II en el Consistorio del 26 de noviembre de 1994, con la sede titular de San Roberto Belarmino. Fue sucedido en esa Cátedra Cardenalicia por Jorge Mario Bergoglio, quien desde marzo de 2013 pasaría a ser sumo pontífice bajo el nombre de Francisco.

Asistió a la Asamblea Especial para América del Sínodo Mundial de Obispos que se realizó en la Ciudad del Vaticano, el 16 de diciembre de 1997.
Destacó por su preocupación en torno a los problemas de derechos humanos y libertades cívicas que afectaban su obra pastoral, abogando por la reconciliación de la familia cristiana.

En enero de 1999, el Papa Juan Pablo II aceptó su renuncia al gobierno pastoral de la Arquidiócesis de Lima, de acuerdo con lo dispuesto por el canon 401 § 1 del Código de Derecho Canónico. Para sucederlo, se nombró a monseñor Juan Luis Cipriani Thorne, de la prelatura personal del Opus Dei, hasta ese momento Arzobispo de Ayacucho.

En la madrugada del 4 de septiembre del 2000, en la Clínica Tezza de Lima, falleció a la edad de 77 años. Los restos del Cardenal Augusto Vargas Alzamora reposan en la cripta de los arzobispos de la Basílica Catedral de Lima. 

En el marco del 64° Aniversario del Hospital Edgardo Rebagliati y los 50 años de fundación de su Hermandad al Señor de los Milagros, Monseñor Carlos Castillo compartió la Eucaristía junto a todo el personal de salud de la institución.

Han pasado 25 años desde que un arzobispo de Lima acuda al complejo hospitalario a celebrar una Misa con los pacientes y médicos. El prelado destacó la vocación de servicio del personal de la institución y afirmó que, en el Hospital Rebagliati, se concreta el sueño de Francisco: hacer de la Iglesia, un hospital de campaña, «una partecida del cielo, como diría Santa Rosa de Lima».

Ante el dolor humano y las circunstancias adversas, el arzobispo de Lima explicó que estamos llamados a desarrollar nuestra capacidad de acompañar y ser una bendición para los demás, no porque seamos «mágicos», sino «porque somos misioneros» y podemos hacer, con nuestro testimonio, que «todos desarrollemos el mismo Espíritu del Señor».

«Dios no nos ha creado para sufrir» – señaló el prelado – «cuando se produce un dolor en la persona, todos nos ponemos en movimiento para hacer el bien. Tenemos que cambiar nuestra indiferencia por un espíritu solidario».

A través de Jesús, Dios nos ha mostrado su rostro de misericordia. Es un Dios que nos creó por amor, nos protege y alienta.

En otro momento, el Primado del Perú reflexionó sobre la importancia de construir, desde las bases de la sociedad, principios de amor gratuito y solidario que inunden nuestro país de esperanza: «No debemos parar hasta que, desde nuestra fe, se inspiren soluciones que lleguen hasta las organizaciones y estructuras. Queremos un país a la medida del amor del Dios cristiano que todo el mundo puede vivir, porque todos somos hechos para amar», acotó.

Carlos Castillo pidió «salir de la mezquindad y «deponer toda actitud de ambición». El prelado reiteró que es momento de «empezar a compartir» y «abrir la mano» con los demás; y puso el ejemplo de las madres de las ollas comunes, que, en medio de la indiferencia y la tragedia, sacaron a relucir su amistad y se unieron. «¡Ahí está la fuerza del Espíritu de Dios!», precisó.

Dejémonos llevar por el Espíritu del Señor. Tenemos que volver a las fuentes de la humanidad, a las entrañas de la misericordia que nuestra propia madre nos dio y que el Señor santifica en los Sacramentos.

Junto a todo el personal de salud del Hospital Rebagliati, Monseñor Castillo encomendó nuestro país al Señor de los Milagros y a San Martín de Porres. Antes de concluir, añadió: «Tenemos que encontrar una inspiración capaz de hacer que las personas entren en razón. En nuestro país nadie sobra, todos somos necesarios y, por tanto, tenemos que ayudarnos, especialmente, a los más marginados, a los pobres, a los pequeños», indicó.

El pasado sábado nuestra Basílica Catedral de Lima fue escenario de un concierto coral a cargo del Coro Infantil y Juvenil de Sinfonía por el Perú, con motivo de la Clausura del Taller Internacional de Dirección Coral Sinfonía por el Perú 2022.

En ese sentido, los niños y jóvenes coristas de Sinfonía por el Perú nos deleitaron con un repertorio majestuoso, interpretando música de Mendelssohn, Haendel, Fauré, Chabuca Granda, entre otros. Asimismo, la dirección musical estuvo a cargo de María Felicia Pérez Arroyo, maestra invitada de nacionalidad cubana.

El evento se dio con motivo del cierre del Taller Internacional de Dirección Coral Sinfonía por el Perú 2022, dirigido a los directores de los núcleos, instructores de canto, directores de los coros centrales y beneficiarios de la organización.

Finalmente, el evento se llevó a cabo gracias al Arzobispado de Lima, la Comisión de Fe y Cultura del Arzobispado de Lima y el Cabildo Metropolitano de Lima que apuestan por la promoción del arte en nuestro país.

En el marco de los retos que presenta la enseñanza de la Educación Religiosa postpandemia en los colegios de nuestro país, siguiendo el llamado del Papa Francisco sobre la práctica de la sinodalidad, el equipo de coordinadores de la Oficina de Educación Católica del Arzobispado de Lima – ODEC Lima recibió al director de la Oficina Nacional de Educación Católica, Lic. Alfredo León Sánchez, quien reflexionó acerca de la labor de los maestros en el proceso de la enseñanza durante este tiempo.

El encuentro dio inicio con una oración y palabras de bienvenida dirigidas por el director de ODEC Lima, Mgtr. Sixto Galindo Silva, quien manifestó que, como instituciones de Iglesia, estamos llamados al camino de la sinodalidad, el cual nos invita a caminar juntos, trabajando en coordinación en favor de la Educación Religiosa en nuestro país.

Por su parte, el director de la ONDEC, Lic. Alfredo León Sánchez, en su reflexión, señaló que es necesario ver la pandemia no solo como una desgracia, sino también como un tiempo de mucho aprendizaje en el cual nos reinventamos para estar comunicados; usamos nuevas tecnologías para el dictado de clases de forma virtual, incluso, el compartir calidad de tiempo con nuestras familias que, por diversos motivos, habíamos dejado de hacerlo; entre otros.

Además, el licenciado comentó que, tras dos años de pandemia, existe la necesidad de “hambre de Dios” por parte de los fieles y recalcó que es necesario que los cristianos e involucrados en la labor pedagógica y pastoral en los colegios, puedan entender a Dios, asumirlo y llenarse de su fuego vivo para transmitirlo a sus estudiantes y familiares.

Luego de la reflexión del licenciado León, se realizó un conversatorio que fue dirigido por el director de ODEC Lima y sus coordinadores, a fin de interiorizar el gran reto de la evangelización en las instituciones educativas públicas.

Finalmente, los directores de ONDEC y ODEC Lima se comprometieron en trabajar de manera conjunta para el fortalecimiento institucional y posicionamiento del área de Educación Religiosa en nuestra ciudad.

El Arzobispado de Lima anuncia la publicación de la versión popular del Documento Preparatorio para el Sínodo dedicado a la sinodalidad. Se trata de una edición resumida y elaborada por el Padre Mateo Garr, SJ., dirigido a las parroquias de nuestra Arquidiócesis para fomentar el diálogo sinodal en comunidad, especialmente en la Pastoral Juvenil.

Una vez más, nos alegra compartir otro nuevo aporte de nuestro querido hermano, el Padre Mateo Garr: un documento didáctico que sintetiza las principales orientaciones del Documento Preparatorio y el Vademécum para guiar el camino hacia el Sínodo 2023.

Este manual para las Iglesias locales busca ser una herramienta que anime a la fase de escucha y consulta del Pueblo de Dios en todas nuestras parroquias. Por tal motivo, este documento puede ser utilizado en nuestras comunidades parroquiales, especialmente en las asambles diocesanas de la Pastoral Juvenil.

«Este breve documento fue elaborado con la intención de intercambiar ideas y compartir en grupo, en pequeñas comunidades. Por eso, es presentado en frases cortas, letras grandes y algunas ilustraciones que hacen más amigable la experiencia de diálogo y escucha propuesto por nuestro Papa Francisco», ha dicho Mateo Garr.

Documento Preparatorio Sínodo 2023: Por una Iglesia Sinodal

Como se recuerda, en de septiembre de 2021, la Secretaría General del Sínodo publicó el Documento Preparatorio y el Vademécum para indicar las líneas maestras del camino del Sínodo sobre la Sinodalidad. El proceso de diálogo inició oficialmente los días 9 y 10 de octubre del mismo año, mientras que en las Iglesias particulares ocurrió el 17 de octubre. La fase de escucha se mantendrá hasta abril de 2022.

Como bien se especificó en su lanzamiento mundial, el Documento Preparatorio no es un libro de reglas, sino una guía para apoyar los esfuerzos de cada Iglesia local, teniendo en cuenta culturas y contextos, recursos y limitaciones.

También disponible: Versión popular de ‘Fratelli Tutti’.

Esta no es la primera vez que compartimos los aportes del Padre Mateo Garr. Como se recuerda, en abril de 2021, el Arzobispado de Lima publicó la versión popular de ‘Fratelli Tutti’ para Parroquias, documento diseñado para el trabajo pastoral y comunitario en las comunidades parroquiales de nuestra Arquidiócesis.

Queremos agradecer el esfuerzo generoso y desinteresado de nuestro hermano Mateo. Tu iniciativa y entusiasmo inspira la vida de nuestra Iglesia de Lima. Oramos por tu pronta recuperación.

Central telefónica
(511)2037700