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En el Día Mundial de la Cultura Africana y de los Afrodescendientes, queremos compartir los testimonios de solidaridad y servicio de las congregaciones afrodescendientes que participan en la Iglesia peruana.

Padre Eliseo Layé – Sacerdote Comboniano

Escribe: Jessica Laurente.

Desde el 2019, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura – UNESCO, adoptó el 24 de enero como el Día Mundial de la Cultura Africana y de los Afrodescendientes celebrando las diversas culturas del continente africano y sus diásporas presentes por el mundo entero. Esta fecha busca promover el desarrollo sostenible, el diálogo y la paz, siendo la cultura africana fuente vital del patrimonio de la humanidad.

En nuestro país, la comunidad afrodescendiente ha estado presente en todos los campos del pensamiento, el arte, la cultura y la ciencia. Hablamos de peruanos ilustres que forman parte de nuestra historia: San Martín de Porres, Nicomedes Santa Cruz, Micaela Bastidas Puyucahua, Susana Baca, Maria Elena Moyano, entre otros.

A nivel Iglesia, en la actualidad hay varias comunidades afrodescendientes dedicadas a evangelizar desde el servicio en los lugares más pobres de nuestro país. Este es el caso de las congregaciones ‘Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús’ y ‘Hermanas Misioneras Combonianas’, ambas fundadas por San Daniel Comboni, Obispo de África Central.

A continuación compartimos los testimonios de solidaridad y servicio de las congregaciones afrodescendientes que participan en la Iglesia peruana:

Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús.

Nuestra Oficina de Prensa conversó con el Padre Eliseo Layé, párroco de la Iglesia Ntra. Sra. Del Carmen en Chincha-Ica, de nacionalidad africana, y que viene trabajando más de 20 años en nuestro país. Actualmente, la Comunidad Comboniana se encuentra en Lima en los distritos de San Miguel, San Borja, Miraflores, Chorrillos, y en las provincias de Trujillo, Arequipa, Huánuco y Junín.

“Los misioneros combonianos trabajamos en la primera evangelización, somos conocidos por ello, y esto significa que trabajamos normalmente donde todavía no ha llegado el Evangelio, como lo hizo Comboni en el África. Junto con los laicos, evangelizamos, porque es parte de nosotros despertar la conciencia anunciadora de la Iglesia”, indicó el Padre Layé.

Los misioneros combonianos acompañan y participan en la vida del pueblo hasta que las comunidades cristianas sean autosuficientes y posteriormente son entregadas al clero diocesano: «en el año 1800, al ver la miseria y la pobreza que se vivía en África, San Comboni sintió la necesidad de llevar la evangelización, y junto con ella, también la promoción humana», agregó Layé.

Junto a la misión evangelizadora, también acompañamos la parte humana, organizando el servicio para ayudar a los pobres mediante la entrega de víveres. Mediante estos gestos, queremos inculcar el deseo de salir al encuentro del hermano e ir a la misión.

Congregación Madres Misioneras Combonianas.

Bajo el lema de San Daniel Comboni: “Si tuviera 1000 vidas, todas las daría por la misión”, la madre Socorro Palomino Zavala, Superiora de las Misioneras Combonianas en el Perú, explica que la misión de su congregación es el servicio: “Yo estuve 23 años en África, en Mozambique, ahora estoy aquí por motivos de la familia, pero casi siempre estamos fuera del país, porque ese es nuestro carisma, entramos para eso, para estar en los lugares a los que nadie va”, acotó.

Las Misioneras Combonianas en el Perú cuentan con 41 años trabajando en Lima en sus dos sedes ubicadas en los distritos de Pueblo Libre y San Juan de Miraflores. Ambos espacios están dedicados al servicio de nuestros hermanos en situaciones de pobreza extrema: «entre nuestras principales líneas de acción se encuentra la animación misionera, las obras sociales, la formación de líderes, la guía a los catequistas y la sensibilización contra la trata de personas», añadió.

Comboni creía en la persona, entendió que Dios había muerto por todos, que ese corazón de Jesús había sido traspasado por toda la humanidad, sin distinción de clases, de razas o nacionalidades. 

Por otro lado, la congregación religiosa también trabaja en diferentes obras sociales y brindan capacitaciones a profesores para las escuelas jesuitas en Pamplona:

“En este tiempo de la Pandemia, se ha trabajado mucho con proyectos para poder ayudar tanto en Pamplona Alta, Nueva Rinconada, Valdivieso. En Cajamarquilla ofrecemos ayuda a las zonas más pobres con ollas comunes, medicinas para enfermos de Covid-19, canastas familiares, entre otros», señaló Socorro Palomino Zavala.

¡Vuelven los Avisos Parroquiales! Y en esta semana queremos recordar las palabras, gestos y encuentros de fraternidad que mantuvo el Santo Padre durante su visita a nuestro país por los pueblos de Puerto Maldonado, Trujillo y Lima.

Papa Francisco en el Perú: encuentros que dieron frutos.

Hace tres años, el Papa Francisco llegó al Perú y dejó un profundo mensaje que permanece grabado en nuestra memoria: “No se dejen robar la esperanza”.

Al conmemorarse este tercer aniversario de su visita, nuestro Arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo, expresó su saludo y agradecimiento al Santo Padre: “Él es una huella de luz, una linterna de esperanza para conducirnos en el camino de renovar nuestra Patria y nuestro mundo”, expresó el prelado.

Como se recuerda, Francisco tuvo un encuentro con los pueblos amazónicos en Puerto Maldonado, el punto de partida para el Sínodo Amazónico que se llevó en Roma en octubre de 2019.

También visitó Trujillo, “la ciudad de la eterna primavera”, donde nos recordó que Dios no es ajeno a lo que sentimos y sufrimos, al contrario, en medio del dolor nos entrega su mano.

Finalmente, en una multitudinaria misa en la Base Aérea de Las Palmas, el Papa Francisco llamó a todos a no tener miedo a ser los santos del siglo XXI:

Por favor, cuiden la esperanza, que no se la roben. No hay mejor manera de cuidar la esperanza que permanecer unidos, para que todos estos motivos que la sostienen, crezcan cada día más.

Papa Francisco – 21 de enero 2018

Pastoral de escucha: más de 2600 llamadas en los últimos meses.

Y en otras noticias, bajo el lema “Escuchar es Amar”, la Pastoral de Escucha de la Arquidiócesis de Lima informó que en los últimos meses se atendieron más de 2600 llamadas.

La Central Telefónica de acompañamiento espiritual recibió muchas solicitudes de apoyo en temas de salud mental, casos sociales, problemas de depresión o falta de trabajo a consecuencia de la Pandemia.

Actualmente, la Pastoral de escucha está conformada por un equipo de 40 voluntarios, entre sacerdotes, religiosas, psicólogos y otros profesionales, quienes brindan una atención desinteresada 

Para este año 2021 se buscará fortalecer el servicio de escucha en las parroquias misioneras y solidarias de nuestra Arquidiócesis, donde se desea contar con más voluntarios para que acojan esta noble labor de escucha.

Todos los que deseen comunicarse para solicitar apoyo, pueden seguir haciéndolo al 203 7700 / Opción 2. La atención es de lunes a sábado de 9am. a 1pm. / de 2pm. a 6pm.

Aunque la Pandemia no ha terminado, el 2020 ha sido un año de aprendizajes para nuestra Arquidiócesis de Lima, un llamado a la fraternidad, a la conversión pastoral y social. Por eso, desde la Oficina de Prensa del Arzobispado de Lima, queremos compartir esta breve reflexión que expresa nuestro deseo de continuar el camino de aprendizaje y esperanza de una Iglesia sinodal, para que, unidos a todos los peruanos de esta ‘tierra ensantada’, resucitemos como Perú ¡Ahora!

Este año hemos sido testigos de los esfuerzos de nuestra Arquidiócesis de Lima para actuar en favor de los descartados de nuestra sociedad, acompañarlos, escucharlos y acogerlos. Sí, nuestro país enfermó y se hizo más pobre, pero nuestro corazón más ancho y generoso.

Asamblea Sinodal: el punto de partida de un año duro.

Fruto del proceso de diálogo y de escucha de la Asamblea Sinodal en enero de 2020, Monseñor Carlos Castillo publicó su Carta Pastoral para la Iglesia de Lima, un documento dirigido a todas las generaciones, incluyendo creyentes y no creyentes.

La Carta Pastoral trazó el camino misionero que nuestra Arquidiócesis realizará en los próximos años, e introdujo una serie de propuestas abiertas con el fin de “construir una Iglesia que nace en diálogo con el mundo”. Este fue el inicio de un largo aprendizaje que se acentuó con la llegada de la Pandemia.

Parroquias Misioneras y Solidarias: el camino de la conversión pastoral y social.

El confinamiento conllevó a que pensemos en nuevas formas de acompañar a los más vulnerables. Y mientras vivíamos una Semana Santa inédita, «encerrados en casa» pero unidos espiritualmente, nuestras comunidades de laicos se organizaron junto a Cáritas Lima para llevar ayuda humanitaria a las zonas más pobres y afectadas, preparar ollas comunes en los cerros de la ciudad, juntar menestras o recaudar fondos para conseguir oxígeno.

Fue así que se gestaron las parroquias misioneras y solidarias como parte del proceso de un camino de conversión pastoral, social y humana. La Iglesia trabajó en constante diálogo con las instituciones gubernamentales para brindar una mejor asistencia, responsable y preventiva.

Por otro lado, la Pastoral de Salud de la Arquidiócesis de Lima se organizó para acudir a los hospitales de nuestra ciudad y llevar una palabra de esperanza y aliento. Laicos de diferentes partes nos enseñaron con sus testimonios de vida y entrega, que también es posible evangelizar desde el servicio.

Con el Señor de los Milagros, resucitemos como Perú ¡Ahora!

Llegado octubre, el Papa Francisco envió un fraterno saludo al pueblo peruano por el mes del Señor de los Milagros. Aunque la procesión fue suspendida, las calles de la ciudad se revistieron de morado, y aprendimos a «cargar» al Cristo Moreno en nuestros corazones, dando testimonio de vida.

El año también nos dejó dos momentos inolvidables. Por primera vez, en sus más de 400 años de historia, la Basílica Catedral de Lima se convirtió en un mural fotográfico en homenaje a nuestros muertos por el Covid-19. En este marco de reflexión y unidos a las diócesis hermanas de Lima y Callao, en noviembre oramos por el cese de la Pandemia desde la Plaza Mayor.

Gracias a este camino fecundo, y en palabras de nuestro Arzobispo de Lima, hemos iniciado con esperanza el camino de una Iglesia sinodal, «constituida, básicamente, por aquellos que están para servir y no para ser servidos. Por eso, nos unimos a todos los que son servidores, a los que se unen al gran sufrimiento de la gente para consolarla, alentarla y decirle que nuestro Dios se propuso cambiar el rostro egoísta de la humanidad por el rostro amoroso de una humanidad hermana»

Iglesia de Lima ¿Qué hemos aprendido?

En medio del dolor por la pérdida humana
y la crisis sanitaria de una nueva Pandemia,
en nuestro país renació también la esperanza.

Y aprendimos…

A pesar del confinamiento y el distanciamiento físico,
aprendimos a estar más «cercanos y hermanados».

Aún con los templos cerrados y sin misas presenciales,
aprendimos que evangelizar desde el servicio
y el testimonio son cosas esenciales.

De nuestras parroquias misioneras y solidarias,
aprendimos que el camino de una conversión
es también pastoral, social y humana.

Y juntando menestras y víveres,
aprendimos a unirnos a Cáritas
para preparar las ollas comunes.

Sin andas ni procesiones en octubre,
aprendimos que al Señor de los Milagros
lo podemos llevar «cargado» en nuestros corazones.

Y unidos a las diócesis hermanas en la Plaza Mayor,
oramos por los muertos que se fueron
sin poder decir adiós.

Como sucedió en la primera Navidad,
aprendimos a vivirla con profundidad,
sabiendo que Jesús también nace
en el silencio y en la soledad.

A puertas del Bicentenario,
queremos seguir este camino de aprendizaje y esperanza
de una Iglesia sinodal, para que,
unidos a todos los peruanos en esta ‘tierra ensantada’,
resucitemos como Perú ¡Ahora!

Se cumplen tres años del viaje apostólico del Papa Francisco a Perú, acontecido entre el 18 al 21 de enero de 2018. A través del siguiente video, queremos recordar las palabras, gestos y encuentros de fraternidad que mantuvo el Santo Padre con los pueblos anfitriones de Puerto Maldonado, Trujillo y Lima.

Francisco en Puerto Maldonado: «Quítate las sandalias, porque el suelo que estás pisando es una tierra santa».

Uno de los acontecimientos centrales de la visita del Santo Padre tuvo lugar en el Encuentro con los pueblos de la Amazonia, en el Coliseo Regional Madre de Dios en Puerto Maldonado.

Consciente de los numerosos problemas y desafíos a los que se enfrentan cada día estos pueblos en su lucha por la supervivencia, el Pontífice señaló en su discurso que la defensa de la tierra «no tiene otra finalidad que no sea la defensa de la vida».

Quienes no habitamos estas tierras necesitamos de vuestra sabiduría y conocimiento para poder adentrarnos, sin destruir, el tesoro que encierra esta región, y se hacen eco las palabras del Señor a Moisés: «Quítate las sandalias, porque el suelo que estás pisando es una tierra santa» (Ex 3,5). Permítanme una vez más decir: ¡Alabado seas Señor por esta obra maravillosa de tus pueblos amazónicos y por toda la biodiversidad que estas tierras envuelven!

Igualmente, en este encuentro el Papa pidió que los pueblos originarios sean reconocidos: «Urge asumir el aporte esencial que le brindan a la sociedad toda»-dijo- ya que «nunca pueden ser considerados una minoría, sino auténticos interlocutores».

Unas palabras contudendentes -las del Pontífice- que con el tiempo culminarían dando auténticos frutos en la celebración del Sínodo para la Amazonia, llevado a cabo en Roma del 6 al 27 de octubre de 2019 para escuchar la voz de los pueblos de la Amazonia: su sabiduría, su cultura y cosmovisión que nos recuerdan que «no somos los poseedores absolutos de la creación».

Francisco en Trujillo: «No se dejen robar la esperanza».

Otro de los momentos especiales del Obispo de Roma en Perú fue su encuentro con los religiosos, sacerdotes, consagradas, consagrados y seminaristas en el Colegio Seminario San Carlos y San Marcelo (Trujillo).

«Jesús en la cruz quiere estar cerca de cada situación dolorosa para darnos su mano y ayudar a levantarnos. Porque Él entró en nuestra historia, quiso compartir nuestro camino y tocar nuestras heridas. No tenemos un Dios ajeno a lo que sentimos y sufrimos, al contrario, en medio del dolor nos entrega su mano», expresó el Santo Padre.

¡Los peruanos, en este momento de su historia, no tienen derecho a dejarse robar la esperanza! (…) Con Jesús, el alma de este pueblo de Trujillo podrá seguir llamándose «la ciudad de la eterna primavera», porque con Él todo es una oportunidad para la esperanza.

Francisco en Lima: «No tengan miedo a ser los santos del siglo XXI».

Y finalmente, en una multitudinaria misa en la Base Aérea de Las Palmas, el Papa Francisco llamó a todos a no tener miedo de ser los santos del siglo XXI.

Hermanos peruanos, tienen tantos motivos para esperar, lo vi, lo “toqué” en estos días. Por favor, cuiden la esperanza, que no se la roben. No hay mejor manera de cuidar la esperanza que permanecer unidos, para que todos estos motivos que la sostienen, crezcan cada día más. La esperanza no defrauda (cf. Rm 5,5).

En otro momento, dirigiéndose a los jóvenes, Francisco agregó: «ellos son el presente más vital que posee esta sociedad; con su dinamismo y entusiasmo prometen e invitan a soñar un futuro esperanzador que nace del encuentro entre la cumbre de la sabiduría ancestral y los ojos nuevos que brinda la juventud».

Al cumplirse tres años del Viaje Apostólico del Papa Francisco al Perú, del 18 al 21 de enero, compartimos las palabras de reflexión y agradecimiento de Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima y Primado del Perú.

Mensaje de Monseñor Carlos Castillo

Hermanos y hermanas, queridos amigos, esta semana, el 18, día de la fiesta de la Ciudad de Lima, tuvimos hace tres años – y todavía están en nuestros recuerdos, en nuestra memoria más profunda – la visita del Santo Padre Francisco al Perú. Esa huella imborrable que dejó él con su encuentro desde la Ciudad de Lima hacia las provincias.

La primera visita, sobre todo, a Madre de Dios. Luego la visita que nos hizo a Trujillo y, luego también, la visita que nos hizo en Lima. Todos nos hemos sentido sumamente renovados por su mensaje y hemos visto nuevos caminos para la Iglesia en nuestro país, con los sectores más marginados y abriendo pasos para que nuestra Iglesia se transforme en una Iglesia verdaderamente misionera y solidaria.

Queremos, desde nuestro país, decirle a todos que el Santo Padre es una huella de luz, una linterna de esperanza para conducirnos en el camino de renovar nuestra Patria y nuestro mundo.

Y hoy día, tenemos la satisfacción de sentirnos testigos de su presencia, porque es la presencia del Señor la que hemos vivido y vivimos todavía. Y al recibir la gracia también del ministerio episcopal, todos los que lo hemos recibido de su decisión pastoral, estamos profundamente alegres, porque tenemos en nuestras manos el crear las condiciones de una esperanza que solamente el Señor Jesús, que se fija en los más humildes y en los más marginados, nos puede permitir desarrollar.

No pensábamos que después de esa visita nos ocurriría esa tragedia mundial de la Pandemia, sin embargo, su visita nos preparó, nos anunció que había un mundo cambiante que tenía debilidades muy grandes y que teníamos que estar a la altura para vencer la corrupción, los vicios de nuestra historia, y para reparar sus heridas, especialmente para recobrar toda la tradición de esta Patria ‘ensantada’ que está llamada a producir frutos de amor, de vida, de santidad, de justicia y de paz para todos los peruanos y peruanas, y también para todos los migrantes que nos visitan y a los cuales hemos de ayudar con el corazón.

Dirigimos nuestra plegaria al Santo Padre que siempre pide que recemos por él. Demos gracias a Dios: Padre bueno que nos diste al Papa Francisco como un signo de tu amor en nuestra historia actual, y así, testigo de Jesús por el mundo, nos invita permanentemente a la conversión, al servicio y a la acción misionera, mantenlo siempre con fuerza, con ánimo, con alegría y con esperanza para que el Evangelio que Tú nos has dado se siga proclamando en toda la humanidad, especialmente entre los descartados de esta sociedad que necesitan de su fuerza, de su ánimo, del Espíritu de Dios que nos inunde, nos proteja, nos acompañe, nos envuelva y suscite en nosotros la alegría.

Dios bendiga al Santo Padre. Gracias Santo Padre por visitarnos y gracias por su mensaje en estos tres años.

«Hemos rescatado del olvido al Cardenal Landázuri», dijo alguna vez Monseñor Luis Bambarén, obispo emérito de Chimbote, durante la Inauguración de la escultura del Cardenal Landázuri Ricketts. A 24 años de su partida, queremos rememorar los testimonios de amigos, familiares y obispos del Perú sobre la formación espiritual y académica, las vivencias y pasajes curiosos de quien fuera el 30º Arzobispo de Lima.

Elogiado por su dedicación y servicio a los más pobres, Bambarén ha sido el principal gestor del monumento que desde enero de 2020 reposa en el corazón de los pobres, en la Alameda de los Bobos, mirando al Cerro San Cristobal.

‘El Rescate de un Cardenal Olvidado’ es un video homenaje producido a inicios de 2020 por la Oficina de Prensa del Arzobispado de Lima, y que recoge los testimonios de personas que conocieron de cerca al Cardenal Landázuri Ricketts, como es el caso del célebre psicoanalista Eduardo Montagne, su sobrino; o Gustavo Noriega Zegarra, autor del libro ‘El Cardenal Amigo (Biografía del Cardenal Landázuri)’.

También podemos ver los testimonios de varios pastores de la Iglesia del Perú como Monseñor Luis Bambarén, Obispo Emérito de Chimbote; Monseñor Miguel Cabrejos, Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana y del CELAM; Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima; Cardenal Pedro Barreto, Arzobispo de Huancayo.

“Ya retirado de su cargo Arzobispal, viviendo en su casita del distrito de La Victoria en el barrio de Santa Catalina, solía visitarlo con frecuencia, recuerda Eduardo Montagne, sobrino del Cardenal Landázuri, uno de esos días me lanzó una pregunta realmente sorprendente, me dijo – ‘Eduardo, creo que estoy próximo a partir’ – y guardé un silencio respetuoso y acogedor – ‘¿Sabes qué le diré al padre Dios cuando me encuentre con Él?’ – dijo el Cardenal – ‘nada Eduardo, nada, me quedaré callado esperando que Él diga su primera palabra’. Entonces no pude menos que recordar el inicio del Evangelio de Juan: ‘En el principio era la Palabra y la Palabra era Dios’”.

Tengo que anunciarles que se ha producido un robo… ustedes han robado para siempre mi corazón y mi afecto

MISA DE DESPEDIDA DEL CARDENAL LANDÁZURI – PLAZA DE ARMAS LIMA-PERÚ 1990

Escribe: Jessica Laurente.

Escuchar es Amar. Durante el año 2020, la crisis sanitaria que el mundo ha vivido a causa de la Pandemia Covid-19, ha representado un verdadero desafío para continuar construyendo una Iglesia servicial y misionera.

En ese sentido, nuestra Arquidiócesis de Lima junto a los diferentes Decanatos y todos los miembros que la integran, idearon nuevas maneras de seguir expresando nuestra fe a través del servicio a los más necesitados, fortaleciendo las pastorales parroquiales y convocando a una organización responsable desde el laicado.

Es así como surgió la Pastoral de Escucha, una expresión de nuestra Iglesia que nace durante la Asamblea Sinodal 2020 y se concretó en el contexto de la Pandemia. Bajo el acompañamiento pastoral de Monseñor Guillermo Elías, la Pastoral de Escucha de la Arquidiócesis de Lima está conformada por un equipo de 40 voluntarios que brindan una atención desinteresada en la Central Telefónica de acompañamiento espiritual.

Más de 2600 llamadas en los últimos meses.

El equipo de Pastoral de Escucha se compone de sacerdotes, laicos, religiosos y religiosas de las diferentes parroquias y congregaciones de la Arquidiócesis. Desde abril de 2020, ellos atienden las llamadas de personas que necesitan ser escuchadas por motivos de duelo, depresión, asistencia humanitaria o acompañamiento espiritual. El servicio se agudizó especialmente en el tiempo de confinamiento obligatorio.

A nueve meses de su creación, la Pastoral de Escucha atendió más de 2600 llamadas. Un 56% de las comunicaciones han sido de mujeres y un 44% varones, quienes en su mayoría han solicitado acompañamiento espiritual, apoyo en temas de salud mental, orar por sus familiares enfermos, difuntos, por su soledad o por la falta de trabajo.

“Escuchar es una forma de custodiar la vida de los otros. Es creer lo que te dice el otro, acoger sus dudas, miedos y preocupaciones, de tal modo que se sienta cercano, acogido y comprendido. El sentirse acompañado reconforta y pacifica”, ha expresado una de las voluntarias anónimas de la Pastoral de Escucha.

Escuchar ayuda a experimentar la temporalidad, nos libera de cualquier presunción de omnipotencia y nos hace poner humildemente las propias capacidades y dones al servicio del otro. Escuchar es salir al encuentro del otro en cada llamada, ayudándonos a desarrollar la valentía creativa para servir al otro.

Voluntaria de la Pastoral de Escucha.

En esa misma línea, Ever Loja, uno de los representantes del equipo organizador de la Pastoral de Escucha, señala que la esencia de este servicio de acompañamiento «es lograr que la Iglesia de Lima esté presente, tornándose fundamental escuchar y acompañar desde la Palabra de Dios».

Pastoral de Escucha en el año 2021.

«El servicio de acompañamiento espiritual y escucha continuará durante el presente año», adelantó Loja. Para esta temporada se buscará fortalecerse el servicio en las parroquias misioneras y solidarias de nuestra Arquidiócesis, donde se desea contar con más voluntarios para que acojan esta noble labor de escucha.

Todos los que deseen comunicarse para solicitar apoyo, pueden seguir haciéndolo al 203 7700 / Opción 2. La atención es de lunes a sábado de 9am. a 1pm. / de 2pm. a 6pm.

A puertas del año 2021, año del Bicentenario en el Perú, reflexionemos juntos como comunidad, las experiencias compartidas durante este 2020 en nuestra Arquidiócesis de Lima.

El año 2020 quedará grabado en nuestra memoria como uno de los más trágicos de nuestra historia. La irrupción de una nueva Pandemia ha provocado la pérdida de millones de vidas humanas, además de una fuerte crisis sanitaria y económica que dejó a muchas familias en desolación. De un momento a otro, tuvimos que acostumbrarnos a vivir en distanciamiento físico, y en medio del dolor y la tragedia, surgió también la esperanza, la solidaridad y la fraternidad.

Este año 2020 hemos sido testigos de los grandes esfuerzos de nuestra Arquidiócesis de Lima para actuar en favor de los más vulnerables, acompañarlos, escucharlos y acogerlos. Sí, nuestro país enfermó y se hizo más pobre, pero nuestro corazón más ancho y generoso.

Enero 2020: Asamblea Sinodal.

En un encuentro histórico que congregó a más de 800 representantes de las parroquias de nuestra Arquidiócesis, el año 2020 inició con una Asamblea Sinodal Arquidiocesana. Bajo el lema: «Iglesia de Lima, a ti te digo ¡Levántate!», nuestras comunidades de jóvenes, religiosos, párrocos y vicarios se encontraron en un diálogo fecundo (leer aquí).

También ocurrió: desde el viernes 24 de enero, la escultura en homenaje al Cardenal Landázuri Ricketts, OFM., quien fuera el 30º Arzobispo de Lima, reposa en el corazón del Rímac, en la Alameda de los Bobos, mirando hacia el Cerro San Cristóbal (leer aquí).

Febrero 2020: Carta Pastoral.

Fruto del proceso de diálogo y de escucha en la Asamblea Sinodal, Monseñor Carlos Castillo publicó la Carta Pastoral para la Iglesia de Lima, un documento dirigido a todas las generaciones, incluyendo creyentes y no creyentes, trazando así el camino pastoral que la Iglesia realizará en los próximos años, e introduciendo una serie de orientaciones abiertas con el fin de “construir una Iglesia que nace en diálogo con el mundo”. (leer aquí).

Padre Luis Sarmiento comenta la Carta Pastoral del Arzobispo de Lima

También ocurrió: el último miércoles de febrero inició el Tiempo de Cuaresma. «Que podamos aprender desde el corazón de nuestras situaciones humanas y sociales, que nuestro país, nuestra sociedad y nosotros mismos, estamos siendo llamados a salir urgente a levantarnos, a levantarnos para arrodillarnos a servir», comentó Monseñor Castillo en aquella ocasión (leer aquí).

Marzo 2020: Inicia la Pandemia.

Tres meses después del primer caso de coronavirus en China, la Organización Mundial de la Salud declaró el inicio de la Pandemia. Por entonces, Perú registraba 22 casos confirmados, mientras que el Gobierno anunciaba las primeras medidas de confinamiento en todo el territorio nacional.

«Con la esperanza en nuestro Señor vamos a superar este momento», fueron las primeras palabras del Arzobispo de Lima, quien inició un ciclo de meditaciones y reflexiones desde la cuarentena (leer aquí).

También ocurrió: a inicios del mes de marzo celebramos con alegría el Primer Aniversario Episcopal de Monseñor Castillo. Pocos días después, la Iglesia reconocía la presencia generosa, solidaria y valerosa de nuestras hermanas laicas en la vida parroquial, con motivo del Día Internacional de la Mujer.

Abril 2020: Una Semana Santa «más que nunca verdadera»

«¿Quién ha dicho esas historias, que el Cristo este año no sale, si está vestido de blanco, de azul o de verde, en los hospitales?». Con este precioso preámbulo, iniciamos una Semana Santa histórica en el Perú y el mundo. Los Párrocos de nuestra Arquidiócesis celebraban misas a puertas cerradas, transmitidas por redes sociales.

El Domingo de Ramos, Monseñor Castillo presidió, junto a sus obispos auxiliares, la primera misa sin fieles desde la Basílica Catedral de Lima: «Dios está en el rincón más débil de nuestro ser y no nos abandona», expresó durante su homilía (leer aquí).

Más adelante, el Arzobispo de Lima precisó que estos días de incertidumbre coincidentes con la Semana Santa son una oportunidad para vivir intensa y verdaderamente en la unidad de la comunidad cristiana pequeña: «Quién iba a pensar que en el año 2020 se daría una situación donde rememoraríamos a Jesús tal como Él hizo la Eucaristía: en pequeños grupos de cenáculo, lejos de la familia, esperando comer el Cuerpo esperanzado y glorioso del Señor, maltratado y destruido por el mal de este mundo» (leer aquí).

Carmen Toledano: primera mujer en predicar en el Sermón de las Siete Palabras.

En el día de la Pasión del Señor, Carmen Toledano, Priora del Monasterio de las Agustinas en Lima, se convirtió en la primera mujer en predicar en el Sermón de las Siete Palabras: «‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?’ ¿Acaso no es el grito que hoy resuena en todos los rincones de nuestra tierra? ¿Por qué nos has abandonado, Señor? Ante el dolor, el sufrimiento, la enfermedad, la muerte, el desconcierto de la Pandemia que todavía no acabamos de asumir, gritamos a nuestro Dios, le preguntamos desconcertados buscando una respuesta, le pedimos cuentas» (leer reflexión).

Campaña solidaria: Lima, levántate ¡Estamos contigo!

A través de la organización de laicos, la Arquidiócesis de Lima inició una etapa de acompañamiento espiritual y ayuda solidaria a las poblaciones más vulnerables. La campaña fue encabezada por Monseñor Guillermo Elías, Obispo Auxiliar de Lima, y tuvo como principal lema: «Lima, levántate ¡Estamos contigo! Como primeras medidas, se amplió la capacidad solidaria de Cáritas Lima, se habilitó una Central Telefónica de acompañamiento espiritual, y se celebraron las primeras misas en los hospitales de nuestra ciudad (cumpliendo todos los protocolos de bioseguridad).

Mayo 2020: «Mamá, la Pandemia ha roto tu país».

«Mamá, la Pandemia ha roto tu país, en toda la ruta de Chiclayo a Lima los muertos caen sin consuelo, las familias lloran sin descanso, se contagian sin medida y salen a comprar con peligro de sus vidas», dicta parte del poema creado por Monseñor Castillo en homenaje al mes de la Madre.

Por otro lado, las comunidades parroquiales se organizaron para realizar más gestos solidarios y de servicio a los grupos humanos más afectados por la Pandemia. La Iglesia trabajó en constante diálogo con las instituciones gubernamentales para brindar una mejor asistencia, responsable y preventiva.

También ocurrió: a mediados de mayo, los principales líderes religiosos en todo el país se congregaron en la Plaza Mayor de Lima para orar por todas las víctimas del Covid-19 y por el fin de la Pandemia (leer aquí).

Junio 2020: «Con tu cuerpo, Oh Cristo, toca y resucita a nuestros muertos».

El domingo 14 de junio, Solemnidad del Corpus Christi, quedará grabado en la memoria y en el corazón de los peruanos, creyentes y no creyentes. Por primera vez, en sus más de 400 años de historia, la Basílica Catedral de Lima se convirtió en un mural fotográfico en homenaje a nuestros muertos por el Covid-19. Fueron más de cinco mil imágenes que revistieron la histórica Catedral de la capital peruana, ocupando las bancas, paredes y paneles de la Basílica.

Médicos, bomberos, policías, militares, periodistas, historiadores, padres, madres, ancianos, niños, personas de todas las edades y estratos sociales, ‘reunidos’ para ser despedidos simbólicamente en un acto de dignidad y reconocimiento a sus vidas: «A través de este signo sencillo, queremos recordar el clamor de todo nuestro pueblo por no haber podido enterrar dignamente a sus muertos. Hoy queremos agradecer a Dios por la vida de todos ellos, bendecirlos y entregarlos al Señor en forma digna, humana y cristianamente», dijo el Arzobispo de Lima durante su homilía (leer aquí).

Julio 2020: 199º Aniversario Patrio

Continuando con las medidas de confinamiento, el Arzobispo de Lima presidió la primera Misa y Te Deum de la historia sin asistentes. En su homilía, Monseñor Carlos señaló que el Señor agudiza nuestra sensibilidad e inteligencia para percibir su luz en medio de nuestras tinieblas (leer aquí).

Por otro lado, la Pastoral de Salud de la Arquidiócesis de Lima se organizó para acudir a los hospitales de nuestra ciudad y llevar una palabra de esperanza y aliento. Laicos de diferentes partes nos enseñaron, con sus testimonios de vida, que aún es posible evangelizar desde el servicio, compartiendo el pan con el hambriento.

También ocurrió: al finalizar el mes, Monseñor Carlos Castillo nos regaló una conmovedora interpretación musical del poema ‘Masa’ de César Vallejo, un retrato de la fuerte crisis sanitaria que azotaba al Perú entonces.

Agosto 2020: Rosa de Lima en el corazón de los pobres.

En la Solemnidad de Santa Rosa de Lima, Monseñor Carlos presentó las intenciones de las cuatro mil cartas enviadas a la Oficina de Prensa del Arzobispado. Al término de la Misa Televisada, el Primado del Perú arrojó las cartas al Pozo de los deseos de Santa Rosa: «En una sociedad donde la riqueza fascinó y desarrolló un mundo global enormemente depredador que olvidó la salud de las personas, hoy también Rosa de Lima vibra y brilla de esperanza para una humanidad que necesita ser solidaria como ella lo fue», reflexionó en su homilía (leer aquí).

También ocurrió: en la Arquidiócesis de Lima, las comunidades juveniles parroquiales también se manifestaron en solidaridad con los más necesitados. Gracias a su espíritu creativo y el testimonio de sus vidas, miles de personas recibieron acompañamiento y ayuda humanitaria en tiempos de Pandemia (leer aquí).

Septiembre 2020: Menestras solidarias.

En el mes de septiembre, la Iglesia de Lima hizo una importante convocatoria para ofrecer una mejor y sincera solidaridad a nuestros hermanos, a través de una campaña de donaciones de menestras y alimentos nutritivos que ayudan a fortalecer el sistema inmune.

El resultado de esta iniciativa permitió que Cáritas Lima logre recaudar más de 10 mil kilos de menestras, destinados principalmente a la preparación de ollas comunes en las zonas más afectadas de nuestra ciudad por la crisis sanitaria (leer aquí).

Octubre 2020: Con el Señor de los Milagros, resucitemos como Perú ¡Ahora!

A inicios de octubre, el Papa Francisco envió un fraterno saludo al pueblo peruano por el mes del Señor de los Milagros. De igual manera, Monseñor Carlos compartió su Carta Pastoral por el Mes Morado e hizo un llamado a renovar nuestra fe participando de un ‘gran retiro espiritual’.

Debido a la Pandemia, y por segunda vez en la historia peruana, la procesión del Señor de los Milagros fue suspendida. En cambio, vivimos una ‘cuaresma peruana’ de reflexión, meditaciones nocturnas y acciones solidarias.

Noviembre 2020: Histórica Misa en Plaza Mayor.

La noche del domingo 1 de noviembre, la Plaza Mayor de Lima fue el escenario de una histórica Misa en memoria de nuestros muertos. La Celebración Eucarística contó con la participación de los obispos titulares y auxiliares de las diócesis de Callao, Chosica, Lurín, Carabayllo y Lima.

En este marco de reflexión y solemnidad, se proyectaron las fotos de más de 10 mil peruanos fallecidos por el Covid 19 en el Atrio de la Catedral de Lima: «La Iglesia está constituida, básicamente, por aquellos que están para servir y no para ser servidos. Por eso, nos unimos a todos los que son servidores, a los que se unen al gran sufrimiento de la gente para consolarla, alentarla y decirle que nuestro Dios se propuso cambiar el rostro egoísta de la humanidad por el rostro amoroso de una humanidad hermana», precisó el Arzobispo en su homilía (leer aquí).

También ocurrió: después de once meses, la Arquidiócesis de Lima anunció la apertura gradual y responsable de los templos de nuestra ciudad. Para este fin se estableció una comisión especial de acompañamiento, capacitación y asesoría conformada por laicos. Cada Parroquia constituyó un Equipo de Seguridad para garantizar el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad (leer aquí).

Diciembre 2020: «Abramos los ojos, el Señor Jesús viene».

Con el lema «Abramos los ojos, el Señor Jesús viene, salgamos a encontrarlo en el hermano que sufre», Monseñor Castillo compartió la Carta Pastoral por el Tiempo de Adviento, una invitación a vivir una espiritualidad «de ojos abiertos, no cerrados», sabiendo identificar a Jesús en los más vulnerables y descartados de nuestra sociedad (leer aquí).

Por otro lado, Cáritas Lima organizó la campaña solidaria ‘Navidad es Compartir’, que logró implementar más de treinta ollas comunes que benefició a alrededor de 15 mil familias (leer aquí).

También ocurrió: el día de Nochebuena la Basílica Catedral de Lima se transformó en un «gran pesebre» que albergó las intenciones de miles de familias. A través de este gesto, nos unimos espiritualmente a la oración de cada familia y le pedimos al Dios de la vida que nuestro país pueda renacer en este año 2021, año del Bicentenario, y que desde el corazón de nuestras familias, podamos construir un Perú más justo y solidario.

Por estos días, la Basílica Catedral de Lima permanece revestida y transformada en un «gran pesebre» que alberga las intenciones, oraciones y deseos de miles de familias.

Bajo el lema: «Nace Jesús en el corazón de los peruanos», con gran alegría compartimos la siguiente fototeca virtual compuesta con las imágenes de más de cinco mil familias con sus nacimientos:

Desde el Arzobispado de Lima, agradecemos a todas las familias que enviaron sus fotografías. Nos unimos espiritualmente a la oración de cada familia y le pedimos al Dios de la vida que nuestro país pueda renacer en este año 2021, año del Bicentenario, y que desde el corazón de nuestras familias, podamos construir un Perú más justo y solidario.

La iniciativa tenía como objetivo implementar 15 ollas comunes en Lima, pero la ayuda alcanzó para más de treinta. Más de 15 mil familias se han visto beneficiadas por esta campaña.

La campaña de solidaridad ‘Navidad es compartir’, realizada por Cáritas Lima y RPP, culminó con un rotundo éxito, logrando beneficiar a miles de familias de Lima y provincias.

La iniciativa tenía como objetivo implementar 15 ollas comunes en Lima, pero la ayuda alcanzó para más de treinta, no solo en la capital, sino también en algunas provincias.

Desde la zona de Río Seco, en Cieneguilla, el monseñor Guillermo Elías, obispo auxiliar de Lima, destacó la gran convocatoria que tuvo la campaña, que no solo ha permitido brindar apoyo a ollas comunes de Lima, sino también de Cajamarca, Ayacucho y Huancayo.

“Con la alegría de ver el fruto de Dios y el fruto de todos. Hemos superado lo que pensábamos, aunque siempre la necesidad es mayor. (…) Estamos muy contentos. Esta mañana he visto cómo la empresa privada, RPP, Cáritas Perú, Cáritas Lima, el propio pueblo organizado, ha logrado esto. Para mí es realmente hermosa la obra”, mencionó.

La iniciativa solidaria ha permitido beneficiar a más de 15 mil familias, que diariamente reciben alimentos en estas ollas comunes. Además, en Río Seco, se ha logrado implementar un comedor, donde las madres de la comunidad pueden cocinar sus alimentos.

Aún puedes enviar tus donaciones.

Si bien la campaña ‘Navidad es compartir’ ha concluido, la ayuda aún es bienvenida, ya que estas ollas comunes necesitan insumos para preparar sus alimentos, así como kits de aseo. Por ello, se invoca a la ciudadanía y a la empresa privada a continuar sumándose a esta iniciativa.

Cynthia Tello, directora general de Cáritas Lima, agradeció la ayuda brindada por las distintas personas y empresas que se sumaron a la campaña, entre ellos al GRUPORPP.

“Quiero agradecer a las personas que se han unido colaborando en la campaña, agradecer a RPP, que como medio de comunicación ha dado soporte a esta campaña. Gracias a ustedes, hemos recibido muchas donaciones”, sentenció.

Central telefónica
(511)2037700