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Más de 20 artistas sumaron sus voces para interpretar “Canta Fuerte”, el nuevo tema musical de pop rock, que beneficiará a cientos de pequeños y medianos emprendedores que buscan resurgir después de la crisis por la pandemia. Se trata de una iniciativa de la Vicaría de la Pastoral Social y de la Dignidad Humana – Cáritas Lima, el productor Renato Bonifaz, Tondero, y muchos otros artistas.

“Es una canción de esperanza que te invita a luchar por tus sueños, el arte transforma y te ayuda a sobrellevar toda adversidad. Ese es el mensaje que queremos transmitir, ha sido increíble trabajar con amigos, esta vez unidos por un mismo objetivo”, comentó el actor Renato Bonifaz en el día del estreno de la canción.

En el video, todos los involucrados cantan e interpretan una frase de la canción, artistas nacionales como Érika Villalobos, Marco Zunino, Anahí De Cárdenas, Gisela Ponce de León, Karina Jordán, Vanessa Saba, Juan Carlos Rey De Castro, Rossana Fernández Maldonado, Denisse Dibós, Sandra Muente, María Gracia Gamarra, Daniela Camaiora, Paul Martín, entre otros, aceptaron sumarse a este proyecto solidario y grabar desde sus hogares.

Escucha aquí el tema

El tema ya está disponible en Youtube y en todas las plataformas digitales.

“Canta Fuerte” así se convierte en el tema principal del nuevo programa “Transformación Económica Solidaria” (TES) de Cáritas Lima, que busca generar un espacio para los pequeños emprendedores y microempresarios del Perú, a través de capacitaciones, una plataforma digital de ventas para aumentar la visibilidad de sus productos y/o servicios, y piezas comunicacionales para la difusión y publicidad de sus productos. 

Solo viendo el video en Youtube, ya estás sumando a la donación, y podrás seguir haciéndolo con los números de cuenta que aparecen al inicio del mismo. Así en Scotiabank a la cuenta Corriente Soles: 000-0995487/ CCI: 009-010-000000995487-06 o a la cuenta corriente dólares: 000-2472478 / CCI: 009-010-000002472478-03

Puedes donar también a través del aplicativo Yape, al número: 932411126 (Cáritas Lima) 

Inspirados en los gestos solidarios de nuestras Parroquias de Lima, la Oficina de Prensa del Arzobispado de Lima presenta «Avisos Parroquiales», el nuevo ciclo de microprogramas informativos que difundiremos cada jueves. Hoy estrenamos el primer episodio.

La pandemia ha representado un desafío para nuestras Parroquias de Lima, que apoyadas en la capacidad organizativa de los laicos, vienen ejecutando acciones humanitarias como: ollas comunes, comedores populares parroquiales, entrega de víveres y canastas, ayuda a inmigrantes, y charlas virtuales.

Motivados por estos signos, inauguramos un ciclo de microprogramas que haga eco de estas buenas noticias. Bajo el nombre «Avisos Parroquiales», cada jueves, los jóvenes de la Arquidiócesis, nos informarán de las nuevas iniciativas y testimonios de evangelización a través del servicio.

Ellos son: Jahaira Palacios, coordinadora de la pastoral juvenil de la Parroquia San Juan Pablo II; y Yadir Candela, seminarista del Seminario Santo Toribio de Mogrovejo. A continuación compartimos el primer episodio del microprograma: «Avisos Parroquiales».

Todos los jueves un nuevo episodio de «Avisos Parroquiales».

«Avisos Parroquiales» es un microprograma de la Oficina de Prensa del Arzobispado de Lima. Cada jueves se estrenará un nuevo episodio, a través de nuestro canal de Youtube y página de Facebook.

Si deseas contarnos las acciones de solidaridad de tu Parroquia, puedes escribirnos vía email a: prensa@arzobispadodelima.org

¡Nos vemos hasta la próxima semana!

En el distrito de San Miguel, la Parroquia Jesús Redentor se ha organizado con las comunidades de laicos para armar bolsas de víveres y distribuirlas en las quintas del barrio. Para ello, la Parroquia ha contactado con los coordinadores de cada quinta, quien dispone de un padrón con las familias más afectadas por la pandemia: «de este modo designamos la cantidad de ayuda, y así, la repartición es más rápida y ordenada», explicó el Párroco Manuel Ernesto Zegarra Basurco.

Hasta la fecha, la Parroquia Jesús Redentor ha entregado víveres a más de 300 familias: «las donaciones que nos llegaron de la Vicaría de la Pastoral Social y de la Dignidad Humana nos permitieron complementar las bolsas de víveres que compartimos», añadió el Padre Manuel.

Pastoral de la calle y almuerzos solidarios.

Manuel Zegarra comentó que la Parroquia ha designado un espacio para el trabajo de la ‘Pastoral de la calle’, proyecto organizado por una comunidad que reparte almuerzos diarios a personas en situación de calle.

No podemos quedarnos con los brazos cruzados, tenemos que hacer un signo. Como iglesia y comunidad, tenemos que hacernos presentes, a través de la solidaridad y la sensibilidad de todos.

Por otro lado, la Parroquia mantiene reuniones virtuales con sus comunidades de forma periódica: «es una manera de seguir evangelizando, de continuar la devoción y aplicarla en ayuda solidaria. Este es un signo muy positivo y esperanzador en este tiempo difícil», destacó el Párroco Manuel Zegarra.

La preocupación de la Iglesia de Lima por seguir acompañando a quienes necesitan del consuelo de la Palabra y la fortaleza de la oración ha suscitado nuevas formas de seguir evangelizando a través del servicio de los laicos, quienes se organizan en sus comunidades para compartir ayuda humanitaria con las familias más pobres, y ahora, acuden a los hospitales para orar junto a los pacientes internados.

Este es el caso de Danitza Yasmeli Arévalo García, médico de profesión que trabaja en la Villa Panamericana, y forma parte del equipo de voluntariado de Salud de la Arquidiócesis de Lima: «Me siento muy agradecida con Dios por permitirme formar parte de este voluntariado, porque antes de ello, yo me sentía con mucha angustia, con mucho temor, incluso para acercarme a los pacientes Covid-19 y después regresar a mi casa», expresa Arévalo.

«En cada gesto que hacemos se evidencia el amor de Dios».

«Me siento fortalecida al tener estas herramientas que nos han hecho llegar como el Rosario, las cartillas de oraciones y el agua bendita. Desde mi experiencia puedo apreciar la bondad de Dios hacia los pacientes de Covid-19, abriéndose al amor de Dios y queriendo ser sanados», comenta la voluntaria.

En cada gesto que hacemos se evidencia el amor de Dios y su presencia, cuando oramos con ellos y rezamos el Rosario

«Yo me siento muy bendecida, me siento protegida, porque sé que las herramientas que nos han dado, no solo es para el personal de salud, sino también para las personas que están enfermas, enfermos físicamente y enfermos espiritualmente», indicó.

«Ver a Dios en el hermano que sufre».

Roxana Pereyra es una enfermera de profesión del Hospital Dos de Mayo. Ella participa como catequista en la Parroquia San Juan Apóstol, y cuando se enteró de la convocatoria de la Pastoral de Salud, no dudó en inscribirse: «tal vez lo más difícil para mí, sea el no poder estar con mi familia, pues mi trabajo implica el contacto directo con pacientes Covid-19», explica.

«El ritmo es intenso, la atención y las emergencias constantes y creo firmemente que si algo puedo agradecer hoy es la fe que me sostiene – añade la enfermera – a medida que se ha incrementado el trabajo, he observado cómo la fe es un componente invalorable. He visto enfermeras y doctores caer en desánimo y tristeza, por el nivel de estrés que llevamos».

En medio de este ritmo, muchas veces vertiginoso, siento que Dios me ha puesto en estas circunstancias, para que ponga en práctica lo que he aprendido e intento vivir. Muchas veces me toca animar, no sólo a los hermanos enfermos, sino también al personal médico y enfermeros».

«También invito a mis compañeros de trabajo, a que se unan al rezo del Rosario en nuestros momentos de descanso, y nos conectamos también con los sacerdotes, con los cuales cantamos y oramos. Dios nos ayuda a mantener el buen ánimo, y la paz que nos da, hace que se contagie en el ambiente del hospital, el deseo de hablar con Dios en cuyas manos estamos», subrayó.

Con gran alegría celebramos el Aniversario Episcopal de nuestros Obispos Auxiliares: Monseñor Ricardo Rodríguez y Monseñor Guillermo Elías; dos amigos de la Iglesia de Lima, que hace un año, asumieron el encargo pastoral encomendado por el Papa Francisco. Hoy, queremos recordar sus palabras y compromisos con el pueblo de Dios.

“Ahora que vamos a estar juntos en este tiempo, seamos una  comunidad que escucha y comprende, y hacer que los propios laicos aprendan a escucharse, a organizarse, para empezar a resolver los graves problemas que tenemos”, con estas palabras, Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima, se dirigió a los dos Obispos Auxiliares el día de su ordenación, el pasado 6 de julio de 2019.

Monseñor Ricardo Rodríguez: «Una Iglesia que transmita vida.

En aquella oportunidad, Monseñor Ricardo Rodríguez agradeció al Papa Francisco por la designación, y reiteró su servicio por una Iglesia fiel a Jesucristo, una Iglesia que se sienta viva y transmita vida: “intentaré, con mis limitaciones, ser un colaborador en su propósito, por una Iglesia para el hombre de hoy”, añadió.

Al escoger el lema ‘Aquí estoy Señor’, pensaba cuando empecé a recorrer este camino y cómo debo continuar ahora. Ante lo vivido, y lo que tengo por vivir, siempre tengo que decir ¡Aquí estoy!

Monseñor Guillermo Elías: «Daré todo mi ser y todo lo que se me encomiende».

Monseñor Guillermo Elías también se mostró emocionado por este nuevo camino pastoral: “los días previos a la ordenación episcopal, venían tantas situaciones y hechos a mi vida, ingresar como seminarista a esta hermosa catedral, luego como presbítero, y ahora, en este nuevo tiempo como obispo. Aún tengo que asimilarlo”, expresó durante su ordenación episcopal.

Quiero entregarme a Dios, quiero seguir siendo instrumento de él. Daré todo de mi ser y todo lo que se me encomiende, trabajaré en comunión con nuestro Arzobispo, junto a Ricardo, al clero, y juntos diremos: ¡Lima Levántate!

En el marco de la celebración del Día del Maestro en el Perú, la Oficina de Prensa del Arzobispado de Lima, recogió los testimonios de docentes que decidieron ‘reiventarse’, para seguir evangelizando en medio de la crisis sanitaria, el hambre, y los desafíos de la educación virtual.

Ahora que predomina la educación remota por la expansión del Covid-19, los docentes ocupan un rol fundamental en el aprendizaje de millones de estudiantes. Según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el 92,9% de los docentes en el país hacen uso del Internet, sin embargo, recurrir a las plataformas digitales para enseñar, ha sido el primero de una hilera de retos.

Llevar el apostolado en la labor profesional del docente.

Elisa Irupailla Neira es una docente de educación religiosa, que se desempeña como coordinadora en la Oficina de Educación Católica de Lima (ODEC Lima). A pesar de la dificultad que afrontan muchas familias, ella está convencida que la educación no se puede detener: «los estudiantes tienen que seguir con sus aprendizajes para su formación integral. No se puede hablar de formación integral si no está presente la competencia espiritual», expresa.

En ese sentido, Irupailla señala que, si bien los maestros tienen que potenciar sus habilidades digitales, al mismo tiempo, deben reconocer sus necesidades espirituales y emocionales: «en las circunstancias que vivimos, mi labor como docente ha cambiado, ahora soy una tutora virtual que acompaña, orienta, retroalimenta y sostiene», indica.

Como maestra de educación religiosa, llevo mi apostolado unido a mi labor profesional. Es muy importante tener presente la competencia espiritual, es un aprendizaje que busca, en el estudiante, el reconocimiento de su valor como ser humano, valioso a los ojos de Dios.

«La Iglesia cumple una misión fundamental en la educación de los jóvenes – afirma Elisa Irupailla – la Iglesia, siendo formadora de valores cristianos, da ejemplo y testimonio de responsabilidad, por ejemplo, acatando las disposiciones del gobierno, mientras que los pastores de cada Parroquia son nuestros aliados, siempre acogiendo las solicitudes de encuentro con los jóvenes de cada institución educativa».

Que el Espíritu Santo nos acompañe y nos fortalezca con sus dones. Dios nos ama y Jesús maestro, nos enseña con su pedagogía del amor, a transmitir la buena noticia.  

Maestros atentos a los signos de los tiempos.

Elvia Alva Vergaray, docente y coordinadora de ODEC Lima, admite haber dado un giro de 360° para adaptarse a las nuevas exigencias pedagógicas: «he tenido que replantear las actividades presenciales en virtuales, recurriendo a las TIC’s para trabajar las clases asíncronas y síncronas. El docente del siglo XXI debe estar en permanente actualización para responder responsable, pertinente y oportunamente a los retos que se nos presenten», cuenta a la Oficina de Prensa.

Para Alva Vergaray, es importante que la enseñanza religiosa cumpla la «misión de ser apóstoles, discípulos y misioneros» en este tiempo de pandemia, como ya ha ocurrido a lo largo de la historia: «hoy nos toca ser la voz de Cristo en medio del dolor, el sufrimiento, la incertidumbre, el miedo, la desesperanza», precisó.

Tenemos que estar atentos a los signos de los tiempos, para dar el soporte espiritual ante las tormentas que afrontan nuestros directivos, docentes, estudiantes y padres de familia.

Y camino a la ‘nueva normalidad’ que vamos a vivir, la profesora de educación religiosa recuerda que la Iglesia es «madre y maestra, orienta y guía, y como bien señala el Arzobispo de Lima, debemos estar en acción, siguiendo las líneas de escucha, cercanía, y pastoral propuestas en su Carta Pastoral».

Hoy les toca a los jóvenes ser protagonistas de cambio, de fe, de esperanza y amor, caminando hacia una nueva sociedad, humana, fraterna y comprometida con su prójimo. 

Transmitir el Evangelio a través de la enseñanza y la mirada puesta en el Señor.

Por último, compartimos el testimonio de Jorge Infantes Veliz, coordinador pedagógico de ODEC Lima, responsable del área de recursos pedagógicos para colegios parroquiales de la Arquidiócesis.

«En este tiempo de grandes desafíos, teníamos que ver la manera de llegar a cada uno de nuestros estudiantes, para que la doctrina de Jesús cale en sus corazones» – comentó Infantes Veliz – «conforme ha pasado el tiempo, hemos ido superando diferentes obstáculos, entre ellos, la falta de información, la conexión a Internet, el desconocimiento de las plataformas digitales. La mirada puesta en el Señor, y el esfuerzo de los docentes, ha hecho posible que sigamos transmitiendo el Evangelio».

La enseñanza de la educación religiosa, en este tiempo de pandemia, es una oportunidad para presentar el mensaje de Jesucristo, y llegar a las personas que más lo necesiten. 

En esa línea, el profesor Jorge reafirma que la enseñanza de la educación religiosa, brinda un mensaje de esperanza: «esta pandemia no será eterna ni definitiva, pasará», manifiesta, «la pandemia ha sacado a relucir la práctica de los valores cristianos, a través de la solidaridad, el compañerismo, la ayuda mutua, y la entrega generosa que vemos a diario».

La Oficina de Prensa del Arzobispado de Lima conversó con el Padre César Valdivia Romero, Párroco de ‘El Espíritu Santo’, en Manchay, quien viene organizándose con sus vicarios, los jóvenes voluntarios de la Parroquia, Cáritas Lima, y algunos dirigentes del barrio, para la entrega de bolsas de víveres que ya han beneficiado a más de 30 mil familias.

El espíritu solidario de los vecinos, y la capacidad organizativa de las autoridades de Manchay, han hecho posible que la Parroquia El Espíritu Santo, pueda distribuir la ayuda humanitaria que ha llegado de todas partes: «la llegada de los víveres ha sido providencia de Dios, expresa el Padre César Valdivia, hemos recibido el apoyo de muchas personas que se han pasado la voz por las redes sociales, además de la importante ayuda de las Parroquias de nuestro decanato. A la fecha, hemos atendido a más de 30 mil familias, y ahora, estamos orientándonos a la labor de las ‘ollas comunes’, con la organización de los propios vecinos».

Para la entrega solidaria se ha contado con el apoyo de los vicarios, jóvenes voluntarios y dirigentes de los barrios: «algunos regidores del municipio nos han prestado sus vehículos y camionetas para repartir víveres, otros voluntarios también prestaban sus propios autos para llegar a todos los lugares posibles», añadió el Padre César.

Cuando llegamos a un hogar, hemos agradecido a Dios por la familia que nos está dando, y hemos recordado que Dios no nos abandona, que estamos en sus manos, y nosotros queremos acompañarlos, para compartir con ellos un mensaje de esperanza y consuelo, en medio de la adversidad.

‘Ollas comunes’ y comedores Parroquiales en Manchay.

César Valdivia nos comenta que se han preparado 35 ‘ollas comunes’, y como Parroquia, ya se abrieron 3 comedores parroquiales y 4 vasos de leche: «la próxima semana abriremos el cuarto comedor», precisa.

La presencia de los comedores parroquiales se ha convertido en una luz de esperanza para todas las familias que acuden a las cunas parroquiales ‘La Inmaculada’ y la ‘Estrella de la Evangelización’. Uno de los comedores se ubica en el asilo parroquial ‘Asilo de Ancianos’.

La comida es como el signo, pero lo que está detrás, es el cuidado que uno trata de transmitir de parte de Dios hacia ellos, que no están solos ni abandonados.

El Padre César señala que ha encomendado el servicio de las ‘ollas comunes’ a San Juan Macías: «él hizo el milagro de multiplicar el arroz en una olla común, el milagro fue en España pero en el mismo contexto de pobreza».

En el día de la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, Monseñor Nicola Girasoli, Nuncio Apostólico en el Perú, envía un mensaje a todo el pueblo de Lima:

Querido Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima y Primado del Perú; Obispos Auxiliares, Hermanos Obispos, Prelados, Vicarios, Administradores Apostólicos, Sacerdotes, Religiosos y Religiosas, Diáconos, Seminaristas, hermanos y hermanas, querido pueblo de Dios:

Celebramos el día 29 de junio la Solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, y es el día del Papa. En nuestro querido Perú es tan profundo y fuerte el vínculo con el Santo Padre, el pastor universal de la Iglesia y el sucesor de San Pedro.

Este año, por motivo de la pandemia del Covid-19, celebramos de manera diferente pero con más intensidad espiritual, el día del Papa, rezando por el Papa Francisco y su ministerio de paz y servicio a la humanidad. Todos estamos profundamente consternados, vivimos con la oración y la esperanza este momento tan difícil que está pasando nuestro país, recordamos y rezamos por todos los hermanos y hermanas que han perdido la vida a motivo de esta pandemia. El Papa Francisco con su palabra y gestos concretos en estos meses de Pandemia, nos ha inspirado a vivir con fe y esperanza esta terrible situación, haciéndonos próximos, haciéndonos más solidarios con nuestros hermanos y hermanas.

Agradezco junto a Monseñor Germano Penemonte, consejero de la Nunciatura, y mis colaboradores a todas las jurisdicciones eclesiásticas, las instituciones y organizaciones católicas del Perú, por el gran esfuerzo de solidaridad y de ayuda que cotidianamente están ofreciendo, especialmente a los más pobres y necesitados. He podido seguir, a través de las redes sociales, la gran labor que están haciendo con gran espíritu de sacrificio, buscando recursos para dar de comer a muchos hermanos y hermanas, un inmenso esfuerzo de cercanía y de amor. Por eso, la fiesta del Papa este año tiene una vibración más fuerte, porque sentimos al Papa Francisco más cercano.

Sus enseñanzas y sus numerosas iniciativas de caridad y de solidaridad, en esta pandemia, nos inspiran y nos motivan con más ardor apostólico en el servicio a nuestros hermanos y hermanas más necesitados. La visita de nuestro querido Papa Francisco al Perú, del 18 al 21 de enero de 2018, queda en el corazón de todos los peruanos, como una fuente de energía espiritual y de entusiasmo, para seguir caminando juntos en la unidad y mirando al bien de todos.

En noviembre del 2019, he concluido la visita pastoral a las 46 jurisdicciones eclesiásticas del Perú, ha sido una experiencia maravillosa y muy enriquecedora, principalmente bajo el perfil pastoral, pero también he podido conocer y admirar la belleza de nuestro querido país, sus pueblos, sus tradiciones culturales, sus profundos valores, el Perú expresa una maravillosa unidad en la diversidad de la costa, de la sierra y de la selva.

La cultura del encuentro, tanto querida e impulsada por el Papa Francisco, nos ayudará a crear espacio de respeto y de promoción del bien común, que son los más eficaces remedios en contra de la corrupción, la horrible violencia contra la mujer y la pobreza. La celebración del Sínodo para la Amazonía y la exhortación apostólica pos sinodal del Papa Francisco “Querida Amazonía”, nos impulsan y motivan a tomar conciencia de proteger y respetar el medio ambiente y nuestro planeta, nuestra Casa Común, con una Iglesia unida e incluyente y con el rostro amazónico.

Seguimos rezando con esperanza y, como ha sido ya comunicado oficialmente, este año la jornada de la caridad del Papa se celebrará el domingo 4 de octubre, Fiesta de San Francisco de Asís, para contribuir a las obras de la caridad del Papa Francisco, obras que están beneficiando en esta pandemia también a numerosas jurisdicciones del Perú, contribuir es también ser parte del ministerio del Papa Francisco que preside a la caridad universal.

Que viva el Papa Francisco, que viva el Perú, un abrazo, un saludo de Monseñor Nicola Girasoli, humilde Nuncio Apostólico en el Perú.

Con el propósito de acompañar a nuestros enfermos durante la pandemia, y respetando los protocolos de bioseguridad, un grupo de sacerdotes de la Arquidiócesis de Lima acude a los hospitales de la ciudad para impartir los Sacramentos y escuchar a los pacientes más afectados a causa del Covid-19. A continuación compartimos los testimonios de dos jóvenes sacerdotes.

Padre Ricardo Cordón: «ver al Señor en los hermanos que sufren».

El Hospital Edgardo Rebagliati alberga a cientos de pacientes por Covid-19 y otras enfermedades; hasta aquí llega el Padre Ricardo Cordón para acompañar a varias personas, incluyendo un grupo de niños con cáncer: «he dado Bautismo de emergencia en peligro de muerte a una niña de cuatro días de nacida, tuve la dicha de dar la Primera Comunión a una niña que lo pedía y fue catequizada por sus padres; y también me ha tocado confesar a algunas personas que se acercan a la capilla y conversar con algunos hermanos afligidos que necesitan ser escuchados», cuenta.

Esta labor pastoral en el hospital es gratificante para mí como sacerdote porque me permite estar cerca a los hermanos que sufren, me permite ver al Señor en ellos, y a la vez, también me permite ejercer mi ministerio siendo instrumento de Cristo el Señor.

Padre Jesús Salamanca: «no quedarnos en nosotros mismos sino sembrar esperanza y consuelo».

«En estos tiempos difíciles que nos ha tocado vivir es importante más que nunca no quedarnos en nosotros mismos, sino sembrar esperanza y consuelo en la gente», expresa el Padre Jesús Salamanca Guillén, vicario de la Parroquia San Juan Apóstol, en Pueblo libre.

En coordinación con el Padre Richard Muñoz, capellán del Hospital Arzobispo Loaysa, el Padre Salamanca acompaña, escucha y ora con los enfermos desde hace más de un mes: «puedo decir que es una experiencia extraordinaria, es más lo que recibo que lo que doy. Es grato para mí poder llevarles a Jesús, con mi oración, con los Sacramentos o con unas palabras de aliento» – indica.

«La fe de la Iglesia no está dormida sino que es dinámica y está más viva que nunca».

«Me ha tocado visitar a los pacientes en las áreas de cirugía, medicina interna y la sección de quemados – explica Jesús Salamanca – Al recorrer los cuartos, cama por cama, realmente constato la fe de la gente que, a pesar de su dolor y malestar, no ha perdido la esperanza y la confianza en Dios. La fe de la Iglesia no está dormida sino que es dinámica y está más viva que nunca».

Esta experiencia enriquece mi ministerio sacerdotal porque, pese al aislamiento social que estamos viviendo, puedo estar con la gente que sufre más, que son los enfermos, sus familiares  y el personal sanitario, quienes necesitan la luz de Cristo en estos momentos tan difíciles. Considero que para eso estamos los sacerdotes para llevar a Cristo a la gente, sobre todo, a la más necesitada.

Al igual que el Padre Cordón y el Padre Salamanca, son varios los sacerdotes, religiosos, médicos, enfermeros y voluntarios que vienen participando en la acción de la Pastoral de Salud para llevar consuelo y fortaleza a quienes batallan una enfermedad en la soledad y el aislamiento. En palabras del Papa Francisco: «que el ejemplo de estos pastores sacerdotes y pastores médicos nos ayude a cuidar al santo pueblo de Dios».

«El día de ayer, abriendo el Facebook, encuentro que la Parroquia Jesús Obrero ha publicado una charla sobre cómo nutrirse bien. Algunas personas dirán que eso no es tarea de la Parroquia, porque la Parroquia se dedica solamente a la salud espiritual, pero nosotros tenemos un Dios que se fija en el alma y en el cuerpo, y les he mandado una felicitación porque esta charla a mí también me ha servido, porque los elementos nutricionales, de los cuales habla esta señorita, son muy importantes para mejorar nuestra salud», comentó Monseñor Carlos Castillo el último domingo durante la Misa Televisada para todo el país.

La señorita que menciona el Arzobispo de Lima es la nutricionista deportiva Ángela Valer, una joven entusiasta que dirigió la charla virtual: «Mejora tus defensas con alimentación consciente y saludable», publicada en la página de Facebook de la Parroquia Jesús Obrero: «actualmente hay mucha desinformación y la gente no sabe cómo cuidarse ante la pandemia, por eso acepté la invitación de la Parroquia, para que las personas puedan tomar más conciencia alimentaria», cuenta Ángela.

Integrar el talento y las capacidades al servicio de los demás.

Durante la charla de casi una hora se explicó la importancia de tener buenos hábitos alimenticios, y cómo ayudar a nutrir nuestro cuerpo; también respondieron las inquietudes de los participantes, y por último, se compartió una lista de alimentos fundamentales para que «nuestro sistema inmune pueda defendernos ante este virus», acotó la nutricionista.

Ángela Valer está convencida de que la Iglesia se hace presente en medio de las necesidades a través de este tipo de gestos, que son una manera de integrar el talento y las capacidades de los profesionales al servicio del bienestar común: «nuestra formación y conocimiento es un pilar que nos puede ayudar a saber más cosas, y la Iglesia tiene la capacidad de llegar a más hogares para abordar este tipo de temas y más» – agregó.

En la próxima charla virtual de Ángela se hablará sobre el ‘Etiquetado alimentario: Cómo reconocer si un producto es saludable’. La invitación es para este viernes 26 de junio a las 7pm. y se transmitirá de forma gratuita desde la página de Facebook de la Parroquia.

«Una iniciativa de los muchachos de la Parroquia».

Pero ¿Cómo surgió la idea de ofrecer charlas educativas a través de las redes sociales? «Fue una iniciativa de los muchachos de la Parroquia», respondió el Párroco Willman Cuyutupac Sotomayor a la Oficina de Prensa del Arzobispado de Lima:

«Los jóvenes me dijeron – ‘Padre, queremos educar a la gente para que sepa cómo alimentarse ¿Qué nos aconseja?’ – me pareció muy interesante, todo lo que pueda sumar lo compartimos, especialmente cuando contamos con el apoyo de nuestros laicos de la Parroquia», explicó.

El Padre Willman adelantó que se vienen emprendiendo nuevas ideas para compartir con la comunidad en este momento de gran incertidumbre, realizando propuestas creativas que hagan posible una mayor organización, y una reinvención de las capacidades del ser humano.

La Iglesia se preocupa por la persona, y la persona no solo es espíritu, es también cuerpo; si nos preocupamos por la persona como ‘otro yo’, como hijo de Dios, hay que hacer lo que está a nuestro alcance.

«La Iglesia, en el sentido espiritual y pastoral, sigue llegando a los más necesitados, no solamente llevando comida, sino acompañando, escuchando, rezando por nuestros hermanos que más sufren y aprendiendo a cuidarnos, manteniendo la distancia, adecuando hábitos de limpieza y orden para proteger a los demás, siendo gratuitos y generosos como fruto de nuestra relación con Dios», precisó Willman Cuyutupac.

Ángela Valer ofrecerá una segunda charla gratuita este viernes 26 de junio a las 7pm. desde la página de Facebook de la Parroquia Jesús Obrero.
Central telefónica
(511)2037700