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Monseñor Ricardo Rodríguez, Obispo Auxiliar de Lima, participó en el reciente «Taller de Desarrollo de Competencias de Educación Religiosa vinculadas y sostenidas en la experiencia educativa”, que viene ofreciendo la Oficina Diocesana de Educación Católica (ODEC) durante los días 24, 25 y 26 de febrero.

Durante su mensaje, el Obispo recordó que “la Iglesia es una realidad dinámica, en salida y que se levanta”. Es dinámica porque requiere del apoyo de todos. Es en salida y se levanta porque sale al encuentro – «no sólo un encuentro espacial o geográfico, sino una actitud de salida permanente» – resaltó.

Si el maestro de religión no tiene claro hacia dónde va la Iglesia de Lima, entonces tendremos grandes dificultades para educar y acompañar

Para saber hacía dónde se dirige la Iglesia de Lima, Monseñor Rodríguez apunta que es indispensable «establecer lazos, vínculos humanos, donde la Iglesia se entienda de manera más horizontal»:

«El clericalismo es una enfermedad de la Iglesia, una enfermedad alentada, motivada, incluso suscitada por sacerdotes y por laicos – prosiguió – los dos tenemos responsabilidad en esa enfermedad, el sacerdote que cree que tiene la última palabra y que merece todos los homenajes y el laico que le dice al sacerdote sí a todo».

Docentes con capacidad de escucha

En otro momento, Monseñor Ricardo habló sobre la necesidad de espacios de diálogo y escucha que deben suscitarse en todos los ámbitos de la sociedad, principalmente en la educación: «la Pastoral de escucha que queremos construir en la Iglesia no debe reducirse sólo a oficinas que atienden el tema del maltrato y el abuso de menores, la capacidad de escucha debe ir más allá de eso».

Y dirigiéndose a los docentes presentes agregó: «yo les agradezco su trabajo, ánimo, los vengo a animar, a exhortar, si hay algo bueno mejórenlo, porque siempre se puede mejorar, potenciar y corregir» – concluyó.

Durante los días 24, 25 y 26 de febrero se viene desarrollando el «Taller de Desarrollo de Competencias de Educación Religiosa vinculadas y sostenidas en la experiencia educativa” organizado por la Oficina Diocesana de Educación Católica (ODEC). Son más de 200 participantes de educación religiosa inscritos y alrededor de 80 colegios de los distritos de Chorrillos, Jesús María, Cercado de Lima, El Agustino, Rímac, Barranco, San Borja, Breña, entre otros.

«Jesús nos enseña el camino del anonadamiento y la humillación como un modo de solidaridad con todos los que sufren para ser fuerza de esperanza y llamar a la humanidad a cuestionarse» – fueron las palabras de Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, en una nueva edición del Programa Diálogo de Fe – «la Iglesia está llamada a ser la ‘espada’ de la Palabra que interroga, que ayuda a hacer pensar y acompaña. No podemos seguir haciendo un trabajo superficial sino un trabajo profundo de acompañamiento» – puntualizó.

Inducir un cambio por medio de la Palabra

Refiriéndose al Evangelio de Mateo (5,38-48) de este VII Domingo del Tiempo de Ordinario, donde Jesús cita la antigua ley: «Ojo por ojo, diente por diente», Monseñor Castillo explicó que «antes se decía ‘Ojo por vida’, pero Jesús llega para plantear que la base de la experiencia cristiana en el mundo es dar testimonio de un amor que es ancho de corazón, que sabe ver lejos y que no se somete a las contradicciones inmediatas, dando oportunidad para que el otro piense y reflexione».

Jesús nos enseña el camino del anonadamiento y la humillación como un modo de solidaridad con todos los que sufren para ser fuerza de esperanza y llamar a la humanidad a cuestionarse

La actitud de invitar a la reflexión es la misma que tuvo Jesús tuvo cuando es abofeteado por uno de los guardias del Sumo Sacerdote. Según narra el Evangelio de Juan (18), el Señor interroga y reacciona con mayor profundidad al preguntarle: ‘Si he pecado dime en qué y si no ¿por qué me pegas’ – «esto es muy importante – indicó el Arzobispo de Lima – porque muchas veces prima en nosotros las ganas de responder inmediatamente, pero Jesús va más lejos y nos enseña a profundizar las cosas».

Poner la mejilla es en el fondo usar un medio para interrogar e inducir por medio de la Palabra, un cambio.

Ésa Palabra que nos interpela es también la que Dios expresa a Moisés en el libro de Levítico (19,1-2.17-18), llamándonos a ser santos como Él – «y la santidad de Dios está manifestada por el amor, y nosotros debemos irradiar ese amor como testigos de Cristo en todas las circunstancias de la vida» – añadió Monseñor Castillo.

Dinamizar nuestra vida saliendo y abriéndonos a otros

Pero Jesús también hace otro planteamiento que, en palabras del Papa Francisco, se trata de la novedad cristiana: ‘Amen a sus enemigos y recen por quienes los persiguen’. Para el Arzobispo de Lima se trata de una invitación a abrirnos a la novedad del otro y descentrarnos en las periferias existenciales:

«El gran problema de la concepción hebrea es que, si bien tiene presente al extranjero, lo mantiene dentro de las coordenadas internas de Israel, entonces la vida se convierte en una especie de repetición de lo mismo, somos nosotros que nos amamos entre nosotros, lo cual es importante, pero no tan importante como tener en consideración al otro que viene y es distinto. Tenemos que salir de ser nosotros el foco de atención, el centro de todo y dinamizar nuestra vida saliendo, abriéndonos a otros» – comentó.

Este llamado a abrirnos a otros también es para la Iglesia: «la Iglesia en salida que dice el Papa no es salir para regresar a lo mismo – aclara Monseñor Carlos – se trata de salir para encontrarse con el otro e ir construyendo algo nuevo, inclusive una nueva forma de Iglesia».

La Iglesia se debe descentrar para formar nuevas formas de actuar, vivir, y acompañar los nuevos procesos que la gente está viviendo

«El mundo nos está planteando un recuestionamiento radical – recuerda el Primado del Perú – el tema de la Amazonía, por ejemplo, esa preciosa carta que ha escrito el Papa es para descentrarnos y darnos cuenta de que un sector de la humanidad está sufriendo, y la naturaleza misma es también un prójimo al cual hay que atender para repensar toda la sociedad moderna».

En ese sentido, Jesús nos muestra el camino que debemos imitar al identificarse con el dolor de las personas y desde ahí interrogar el conjunto de la sociedad para que toda la sociedad pueda salvarse: «el asunto no es solamente salvar al que sufre sino desde los sufridos del mundo llamar a esa renovación de toda la vida de la humanidad» – subrayó.

Cada día se «liquidan» más las relaciones humanas

Ese camino solidario que nos interpela se presentan en nuestra sociedad en situaciones difíciles como el caso de Solsiret Rodríguez, desaparecida hace cuatro años y hallada muerta: «el sufrimiento de su familia requiere de nuestra solidaridad y nosotros tenemos que tomar, así como Jesús tomó el sufrimiento de los demás y unirnos a ellos para poder hacer recapacitar. Es cierto que el ser humano puede desquiciarse y realizar cosas terribles, pero también el ser humano está hecho para amar y puede recapacitar, tener un poquito de sensibilidad y abrir los ojos por el otro» – resaltó el obispo de Lima.

En un mundo donde se multiplican las tensiones y hay una especie de ideología de defensa de los unos contra los otros, tenemos que hacer un trabajo mayor de superar la ideología por medio de la educación, por medio de la conversación, por medio del diálogo, no solamente personal sino también social.

Monseñor Castillo puso hincapié en los problemas que tenemos desde la base del vínculo social en nuestro país: «cada día se liquidan más las relaciones humanas, porque cada vez son más utilitarias, más simplonas».

«A mí me parece que estamos en un momento histórico porque estos signos que aparecen tan dramáticos donde todo mundo tapa y esconde, donde no hay capacidad de recapacitar, están para ser desmontados por quien se solidariza, y eso llama a un esfuerzo social y grupal tanto de la Iglesia como de las instituciones civiles, las organizaciones no gubernamentales, los grupos de promoción humana y de promoción social de la mujer, para todos hacer un trabajo de acompañamiento que llegue a lo más profundo» – acotó.

La Iglesia está llamada a ser la ‘espada’ de la Palabra que interroga, que ayuda a hacer pensar y acompaña. No podemos seguir haciendo un trabajo superficial sino un trabajo profundo de acompañamiento

Pastoral de escucha: un llamado a reconocer la dignidad de cada uno

Por último, Monseñor Carlos Castillo exhortó a que como Iglesia tengamos mayor predisposición a escuchar y restaurar las heridas de las personas: «la Pastoral de escucha que la gente pidió en nuestra reciente Asamblea Sinodal Arquidiocesana es una expresión de la necesidad de reconocimiento de la dignidad de cada uno, para valorar todo lo que es, para sanar las heridas y aprender mutuamente».

La Pastoral de escucha es un llamado a toda nuestra Iglesia a movilizarse para establecer lazos de sensibilidad humana, de aprecio, de salir de la ceguera de que nosotros, imponiendo las cosas, vamos a conseguir la salvación del mundo

«La salvación del mundo se consigue como Jesús, poniéndose al lado del más pobre, del más indefenso, del que está confundido, incluso de quien ha hecho cosas terribles, porque es también una persona humana que puede recapacitar» – precisó.

Lo vivido en el Sínodo para la Amazonía hunde sus raíces en el Concilio Vaticano II, en una voluntad de hacer realidad una Iglesia que escucha y discierne juntos. Quien dice eso es uno de los Presidentes Delegados de la asamblea sinodal, el cardenal Pedro Barreto. Como vicepresidente de la Red Eclesial Pan Amazónica – REPAM, el arzobispo de Huancayo, Perú, es uno de los grandes conocedores del proceso sinodal, en el que participaron oficialmente más de 87.000 mersonas.

Luis Miguel Modino, corresponsal en Brasil

El purpurado peruano señala que el Papa Francisco, “lo que quiere es impulsarnos a soñar, a soñar con una humanidad donde se respeten los derechos humanos de manera irrestrita, donde se respete también, no solamente la vida sino el entorno común, que es nuestro hogar”. Él insiste en “la interconexión entre el Documento Final y la exhortación Querida Amazonía, dentro del marco de la Laudato Si, y para nosotros, los católicos, desde Evangelii Gaudium”, un proceso que para alguien que la ha vivido desde dentro, le lleva a ver la exhortación como “un regalo muy grande de Dios, tenemos que seguir caminando”.

Refiriéndose a los pueblos indígenas, Barreto dice que “los últimos son los protagonistas de este proceso sinodal”. De hecho, teniendo como referencia las palabras del Papa Francisco, “la Iglesia católica del siglo XXI, es la Iglesia sinodal”, que se hace realidad en la medida en que “estamos aprendiendo a caminar juntos, a escucharnos mutuamente, a reconocernos como personas, a reconocer también a Dios Creador del Cielo y de la Tierra, a interpretar estos signos de los tiempos, que nos hablaba el Vaticano II, y a actuar de manera colegial”. No podemos olvidar que “todo está conectado, relacionado, y que no podemos aislarnos nosotros mismos de los demás, y no podemos aislar un aspecto de la naturaleza de otro”, refuerza el vicepresidente de la REPAM.

¿Cuál es su impresión sobre Querida Amazonía, la exhortación que el Papa Francisco nos ha regalado como un paso más dentro del proceso sinodal?

Es la reafirmación de este proceso sinodal que el Papa Francisco está impulsando en fidelidad a la propuesta del Concilio Vaticano II, y que el mismo Vaticano II miraba a la Iglesia primitiva. Jesús no dejó la Iglesia estructurada, dejó personas con limitaciones, pero con un convencimiento de la búsqueda constante de la voluntad de Dios como respuesta a este proceso de escucha de las personas, de este discernimiento que tenemos que hacer en conjunto.

Por tanto, la exhortación apostólica Querida Amazonía no se puede entender sin el Documento Final, e incluso yo diría, como también el Papa lo manifiesta en algún momento en la exhortación, sin el Instrumentum Laboris que todos tuvimos durante el Sínodo, que es fruto de la consulta previa a los pueblos amazónicos.

¿Hasta qué punto es importante para entender la exhortación, la invitación que el Papa Francisco hace a toda la Iglesia, en los números 3 y 4, a leer el Documento Final y a empeñarse en su aplicación?

Para mí es muy importante, y hay que agradecer a Dios esa referencia explícita desde principio de la exhortación, donde el Papa Francisco manifiesta que no va a añadir, no va a repetir, lo que está en el Documento Final, él lo que quiere es impulsarnos a soñar, a soñar con una humanidad donde se respeten los derechos humanos de manera irrestrita, donde se respete también, no solamente la vida sino el entorno común, que es nuestro hogar. El respeto a las culturas, que es este diálogo intercultural, no solamente dentro de la Amazonía, sino dentro de la humanidad. Este diálogo también urgente, el ecológico, que es un sueño que el Papa Francisco también manifiesta con mucha claridad. Por último, ese sueño eclesial, que tiene como base fundamental el Documento Final, que fue aprobado en su totalidad por la asamblea sinodal.

Cuando el Papa Francisco convocó el Sínodo para la Amazonía, el 15 de octubre de 2017, insistía en su objetivo en un enfoque especial en los pueblos indígenas. ¿Podríamos decir que todo el proceso, sobretodo el destaque que hace en la exhortación postsinodal sobre los pueblos indígenas, pone de manifiesto que se ha cumplido su principal objetivo?

Estoy convencido que sí. Dios inspiró al Papa Francisco esta, yo diría histórica, situación de convocar un sínodo para una región, que comprende nueve países de América Latina. Esta convocatoria sorprendió a muchos, incluso a aquellos que estábamos muy dentro de la Red Eclesial Pan Amazónica. A todas luces, el Papa Francisco continúa con la espiritualidad y la visión que él mismo ofreció, en junio de 2015, con la encíclica Laudato Si, tocando el tema de la ecología, el cuidado de nuestra casa común. También estoy muy convencido que el Papa, detrás de esta convocatoria del sínodo, tenía muy presente esta propuesta de una ecología integral.

La pregunta que él se hacía, supongo, y creo que esto es lo real, es por dónde comenzar. La Amazonía cumple dos aspectos fundamentales de la Laudato Si, no porque sea citada en el número 38 de la Laudato Si, sino porque es un espacio geográfico, es un bioma con gran biodiversidad, que es uno de los pulmones del mundo, así se le afirma, junto con la cuenca fluvial del Congo y los acuíferos en general del mundo. Pero la Amazonía es un bioma, es un sistema interactivo, vivo, que no solamente beneficia a los que viven ahí, en la Amazonía, sino también a toda la humanidad.

Por otro lado, la Amazonía tiene una gran diversidad de culturas, son más de 390 comunidades nativas, además de unas 130 que son pueblos en aislamiento voluntario, que hablan más de 240 lenguas, entre ellos no pueden entenderse, sus lenguas originarias son distintas. Ahí hay dos aspectos que el Papa Francisco ha sido muy consciente y que han vivido, no solamente como el mismo Papa manifiesta en el número 1, que la Amazonía tiene toda esa belleza, ese esplendor de la naturaleza, pero también tiene un profundo drama histórico, que han sufrido hermanos y hermanas a lo largo de siglos, porque ellos han vivido, se calcula, por más de veinte siglos en esta región amazónica.

Por tanto, este esplendor de la naturaleza, este drama de los pueblos amazónicos, también es para nosotros un misterio, que lo vemos desde el Misterio Pascual de Jesús, con su Pasión, Muerte y Resurrección. Eso es lo que estamos, en el fondo, viviendo y proclamando con alegría, el triunfo de la vida sobre la muerte, el triunfo de la alegría sobre la tristeza.

En la exhortación postsinodal, el Papa Francisco no hace propuestas concretas. ¿Podríamos decir que eso es una expresión clara del nuevo tipo de Iglesia, basada en la sinodalidad, que camina y vive la comunión que el Papa Francisco quiere establecer como camino de futuro?

Sí, pero hay un aspecto que debemos subrayar. Como ya hablábamos antes, el Papa Francisco decía con claridad que debíamos leer el Documento Final. Ese Documento Final, aprobado por la asamblea sinodal, precisa y propone algunos aspectos que ofrecíamos al Santo Padre, pero que el Santo Padre las ha acogido en plenitud. Estoy convencido que es la primera vez en la historia de los sínodos que el Papa indica que ese Documento Final del Sínodo son propuestas de acción que él las asume, y que por lo tanto no va a repetirlas.

Hay que ver este aspecto de la interconexión entre el Documento Final y la exhortación Querida Amazonía, dentro del marco de la Laudato Si, y para nosotros, los católicos, desde Evangelii Gaudium, la Alegría del Evangelio, este aspecto es fundamental. Por otro lado, el Papa está siendo como el guía de una Iglesia sinodal, una Iglesia que se ponga a la escucha de los hermanos a los cuales tenemos que servir por mandato de Jesús. La exhortación, para todos los que hemos vivido este proceso, es un regalo muy grande de Dios, tenemos que seguir caminando.

Yo recuero a la señora Yésica Patiachi, que es indígena de la región Madre de Dios, que en Puerto Maldonado, la capital de esa región, cuando estuvo el Papa Francisco, el 19 de enero de 2018, ella le transmitió un saludo. Pues bien, ella misma, en el aula sinodal, ante todos los obispos y el Papa, le dijo: hermano Francisco, así le llaman los pueblos indígenas al Papa, no le dicen Papa. Hermano Francisco, te vemos sólo, y en los pueblos originarios estamos contigo. Los últimos son los protagonistas de este proceso sinodal, que realmente nos entusiasma. Y nos ponemos en camino en esta larga navegación de la Iglesia que peregrina hacia la casa del Padre, como dice el Vaticano II en la Lumem Gentium.

¿Eso podría llevarnos a decir que la nueva forma de Magisterio que el Papa Francisco propone, no es algo exclusivo del Papa, sino que es algo que debe ser creado a partir de toda la Iglesia, de esa sinodalidad que él propone?

En realidad, el Papa Francisco, en alguna otra ocasión, afirmó que la Iglesia católica del siglo XXI, es la Iglesia sinodal. Esta afirmación del Papa Francisco nos hace tomar conciencia que él es principio de unidad entre los obispos y los bautizados y bautizadas que conformamos la Iglesia, que estamos aprendiendo en la práctica, con luces y con sombras, pero estamos aprendiendo a caminar juntos, a escucharnos mutuamente, a reconocernos como personas, a reconocer también a Dios Creador del Cielo y de la Tierra, a interpretar estos signos de los tiempos, que nos hablaba el Vaticano II, y a actuar de manera colegial a nivel de obispos, y este episcopado que está unido al Santo Padre, en este caso al Papa Francisco, para animar a los fieles a vivir en este proceso sinodal de escucha, de discernimiento, conjunto y colegial.

El Papa Francisco nos invita a continuar avanzando, da a entender que el proceso sinodal no está encerrado con la publicación de la exhortación. ¿Cuál debe ser el papel, por un lado de la Iglesia que camina en la Amazonía, y por otro lado de la sociedad, sobretodo los pueblos indígenas, en este nuevo momento post asamblea sinodal?

En realidad, hay que afirmar lo que él mismo dice en la Laudato Si, esta experiencia de que cada vez somos más conscientes de que todo está conectado, relacionado, y que no podemos aislarnos nosotros mismos de los demás, y no podemos aislar un aspecto de la naturaleza de otro, todo esta conectado. Por tanto, lo que debemos afirmar es que el Papa nos está enseñando a caminar, una Iglesia que camina, una Iglesia que no mira para atrás. Esto lo dice claramente Jesús, aquel que es llamado, pero que mira para atrás, no es apto para el Reino de los Cielos. Mirar para atrás, en este momento, significa un detener la Iglesia, y la Iglesia, con la fuerza del Espíritu Santo, sigue avanzando.

Es como quedarnos en la orilla, no en el agua que discurre. La Iglesia está en movimiento, de manera lenta tal vez, pero escucha esos gritos de aquellos que no quieren caminar juntos, de aquellos que quieren una Iglesia a su medida, pero la Iglesia avanza, y va avanzando con la gracia de Dios. Recién estamos comenzando, y en este aspecto, Francisco nos impulsa a caminar con él, en la presencia de Cristo, anunciando con entusiasmo, con firmeza, y con compromiso muy claro que es Jesucristo quien nos dice, vayan por todo el mundo, vayan a la Amazonía, como lugar de encuentro con Él y encuentro con los hermanos. Y desde la Amazonía, para buscar una ecología integral, que era la propuesta prematura para el Sínodo.

Desde una perspectiva universal y social, ¿cuál puede ser el papel de cara a hacer un mundo mejor para todos que puede tener este proceso sinodal en el futuro de la humanidad?

Estoy también convencido que la propuesta que soñó el Papa Juan XXIII, al dirigirse a toda la humanidad, y a hombres y mujeres, que eran conscientes de la responsabilidad social que tenían desde la fe, que es promover un diálogo con todos sobre nuestra Casa Común, como dice el Papa Francisco en la Laudato Si, en el número 3. Este diálogo no es simplemente un pasar el tiempo, tiene un objetivo, encontrar juntos esos caminos que nos lleven verdaderamente a un respeto irrestricto de la vida y del entorno natural.

Pablo VI ya hablaba de la gravedad de la degradación ambiental causada por la inconsedarada explotación de la naturaleza. Él decía que este es un problema social, de envergadura, que incumbe a toda la familia. San Pablo VI es citado por el Papa Francisco en la Laudato Si, incluso también San Juan Pablo II. Creo que aquí hay toda una corriente doctrinal, ecológica, que recoge Francisco y que, de alguna manera, Benedicto XVI, en su encíclica Caritas in Veritate, anticipa muchos contenidos que el Papa Francisco toca en la Laudato Si. Todos recordamos como el 1 de enero del 2010, el Papa Benedicto XVI, dirigiéndose a toda la humanidad en la Jornada Mundial de la Paz, dijo: si quieres la paz, cuida la creación de Dios. Este mensaje es muy actual desde esta perspectiva de la exhortación Querida Amazonía.

¿Cuál es el mensaje que nos deja Querida Amazonía?

La exhortación apostólica Querida Amazonía es una puesta práctica de la opción preferencial por los pobres, que está implícita en la fe cristológica, como lo dijo Benedicto XVI en Aparecida, el 13 de mayo del 2007. Este reconocimiento del otro, esta alteridad, este salir de nosotros mismos, esta Iglesia en salida, que dice el Papa Francisco, es salir a aquellos que están alejados, que viven en la periferia. Esto es lo que ha hecho el Papa Francisco con la exhortación. Por tanto, yo creo que esta opción preferencial por los pobres, es la buena noticia de Jesús y de la Iglesia católica hoy al mundo, cuidar la vida, cuidar el entorno natural, comenzando por aquellos que son sus preferidos, los pobres, los marginados y descartables que viven en la periferia.

Cáritas del Perú, en coordinación con Cáritas Lima (Vicaría de la Pastoral Social y Dignidad Humana), la Comisión Episcopal para Laicos y Juventud y la Compañía de María, realizaron un envío de ayuda humanitaria para las familias afectadas por la ocurrencia de un huaico que arrasó con el centro poblado de Cocas, del distrito de Vilcanchos en Ayacucho.

Esta ayuda forma parte de los esfuerzos que se vienen realizando para poder atender a las personas afectadas y damnificadas por el huaico. En total se envió alrededor de 3 toneladas de ayuda consistente en ropa de abrigo, herramientas, kits de aseo personal, alimentos, entre otros artículos, los cuales serán distribuidos por Cáritas Ayacucho.

Seguimos trabajando para brindar más ayuda a nuestros hermanos de Vilcanchos.

Las personas que desean colaborar pueden hacerlo en:

Banco de Crédito del Perú

  • Cta. Soles:193-1572690-0-56

CCI 002-193001572690056-14

  • Cta. Dólares: 193-1569857-1-49

CCI 002-193001569857149-12

Monseñor Miguel Cabrejos OFM, Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana y Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), junto a los miembros del Consejo Permanente del Episcopado Peruano, presentó la Exhortación Apostólica Post Sinodal del Papa Francisco “Querida Amazonía”, publicada ayer 12 de febrero en la Santa Sede.

En conferencia de prensa, Monseñor Cabrejos expresó que “esta Exhortación Apostólica abarca un tema nuestro y muy cercano, porque el 60% del territorio peruano es Amazonía. El Papa quiere expresar las resonancias que han provocado en él ese camino de diálogo y discernimiento que hubo en el Sínodo Amazónico, realizado en octubre del año pasado en Roma. Ha preferido, como él mismo lo dice, no citar el Documento final del Sínodo en esta Exhortación porque invita a leerlo integralmente para comprender toda su riqueza y contenido. Por eso, él dice: ́Dios quiera que toda la Iglesia se deje enriquecer e interpelar por este trabajo, que los pastores, consagrados, consagradas y fieles laicos de la Amazonía se empeñen en su aplicación ́. Él dirige esta exhortación para ayudar a despertar el afecto y la preocupación por esta tierra que es también nuestra”.

Posteriormente, el Cardenal Pedro Barreto SJ, Arzobispo de Huancayo y Primer Vicepresidente del Episcopado, Monseñor Robert Prevost, OSA, Obispo de Chiclayo y Segundo Vicepresidente del Episcopado, Monseñor Norberto Strotmann MSC, Obispo de Chosica y Secretario General del Episcopado, y Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, hicieron una reflexión sobre los ejes temáticos social, cultural, ecológico, y eclesial, respectivamente.

Promover el diálogo intercultural para recuperar la Amazonía

«La promoción cultural de la Amazonía significa recuperar no solamente la selva, sino también sus habitantes, sus pueblos, promoverla más que colonizarla, dice el Papa Francisco en primer lugar, de tal manera que se recupere la palabra y se escuche el mensaje de las culturas que no han sido escuchadas y que tienen mucho que decir a la humanidad» – comentó Monseñor Carlos Castillo durante su intervención.

El Arzobispo de Lima explicó que para recuperar la Amazonía es necesario plantear un diálogo intercultural que haga posible recuperar también la memoria dañada debido a todas las incursiones y maltratos que ha habido en diversas zonas: «un encuentro intercultural que no se dé solo entre las comunidades amazónicas, sino con el mundo actual» – aclaró.

«El Papa Francisco plantea la importancia de recuperar esta riqueza de los pueblos amazónicos que son sujetos, no objetos, y por tanto, permite incorporar la perspectiva de los derechos de los pueblos y las culturas para entender el desarrollo de cada grupo social en el desarrollo global» – sostuvo Monseñor Castillo.

También participaron Monseñor Nicola Girasoli, Nuncio Apostólico en el Perú y Monseñor Vincenzo Paglia, Presidente de la Pontificia Academia para la Vida, quien se encuentra de visita en el Perú.

Finalmente, el Presidente del Episcopado Peruano y los obispos hicieron una invitación a todo el Perú a leer en su totalidad la Exhortación Apostólica “Querida Amazonía” y a reflexionar profundamente sobre ella.

La Comisión de Vida y Familia convoca a los delegados de la Pastoral Familiar de las parroquias de nuestra arquidiócesis de Lima a participar de la Jornada para la Construcción de la Pastoral Familiar que se realizará durante el 15, 22 y 29 de febrero. ¡Aquí los detalles!

A través de un comunicado, el padre Luis Sarmiento Andrade, vicario de la Comisión de Vida y Familia, anunció la realización de la Jornada para la Construcción de la Pastoral Familiar que congregará durante tres días a los principales delegados de la Pastoral Familiar de todas las iglesias de Lima.

Serán hasta cuatro miembros de la Pastoral Familiar de cada parroquia los que podrán participar. Dependiendo del decanato al que pertenezcas, la distribución de las fechas se efectuará del siguiente modo:

  • GRUPO 01: Decanatos 1, 2 y 8 (Sábado 15 de febrero en el Seminario Santo Toribio de Mogrovejo – Sucre)
  • GRUPO 02: Decanatos 3, 4, 5, 6 y 7 (Sábado 29 de febrero en el Seminario Santo Toribio de Mogrovejo- Sucre)
  • GRUPO 03: Decanatos 9, 10, 11 y 12 (Sábado 22 de febrero en el Auditorio del Colegio Santísimo Nombre de Jesús – San Borja)

La realización de esta jornada permitirá elaborar los principales lineamientos para la Pastoral Familiar de la arquidiócesis de Lima, siempre bajo la coordinación de la Comisión de Vida y Familia.

La Vicaría de la Pastoral Social y de la Dignidad Humana – Cáritas Lima acaba de lanzar el Proyecto “Agua Limpia para Niños” que beneficiará a muchas familias, especialmente niños y adultos mayores, en el uso de prácticas saludables e higiene.

El pasado domingo 09 de febrero, Cáritas Lima lanzó el Proyecto «Agua Limpia para Niños», una iniciativa que busca reducir considerablemente la incidencia de diarrea en niños menores de cinco años. Con el apoyo de P&G y BRA, ya son varias las familias en el sector alto de San Juan de Amancaes, que se vienen capacitando para aprender a purificar el agua. Puntualmente estamos hablando de los asentamientos humanos El Mirador, Colca, Valle Sagrado, Las Flores y Vallecito.

En su fecha inaugural, Cáritas Lima hizo entrega de 150 kits para purificar el agua. La ejecución de este proyecto fue posible gracias a la participación voluntaria de promotoras de salud elegidas por la población, así como representantes de los asentamientos humanos. De igual manera, el padre Emerson Velaysosa viene siguiendo todos los progresos de esta iniciativa que mejorará la calidad de vida de niños y adultos mayores.

El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Monseñor Carlos Castillo, participó en una nueva edición del programa Diálogo de Fe para reflexionar sobre el Evangelio de este V Domingo del Tiempo Ordinario: «Estamos llamados a vivir un cristianismo «sazonado», un cristianismo no soso, un cristianismo que induzca a la alegría, que no sea repetición de cosas, que sea imaginativo, creativo, inteligente, pero de una inteligencia profunda» – subrayó.

Refiriéndose a la lectura de Mateo (5,13-16), Monseñor Castillo explicó que este texto es «muy importante» porque nos señala que «los cristianos debemos iluminar» en el sentido que debemos amar y servir a los demás. Y marcó la diferencia entre ser o sentirse iluminado y ser luz para nuestro prójimo:

«A veces creyendo que somos luz, creemos en un cristianismo estridente que va diciendo por el mundo – “nosotros tenemos la verdad y hacemos todo clarísimo y por eso el mundo se nos somete” – nosotros no estamos para eso – aclaró el Arzobispo de Lima – nosotros estamos para servir y suscitar con respeto, cariño, comprensión, y a partir de ahí, corregir».

El Primado del Perú también comentó la Lectura del profeta Isaías (58,7-10) que nos recuerda que, para surgir nuestra luz como la aurora, tenemos que partir el pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo y cubrir al desnudo – «es decir, la luz depende de cuánto amamos y servimos» – acotó.

Iluminar significa amar, mantener la capacidad de iluminar a partir de la sensibilidad concreta de amor y de servicio, eso nunca pierde sabor, al contrario, se alimenta cada vez más.

Llamados a vivir un cristianismo «sazonado» y de una inteligencia profunda

Uno de los problemas que tenemos los cristianos, explica el Arzobispo de Lima, es que intentamos ser luz sin haber tenido sabor: «en nuestra cultura tener sazón es muy importante, nosotros no podemos vivir sin comer rico, entonces el cristiano debe saborear y sazonar la vida cotidiana de la gente con su testimonio de amor – resaltó Monseñor Castillo – eso implica no hacer grandes esfuerzos ni grandes obras especiales sino aprender a enfrentar con el principio de la entrega de Jesús, aprendiendo a ser como Él en diversas circunstancias para suscitar un asomo de sabor que enriquece y permite que el cuerpo se estremezca de sensibilidad y alegría, de sentido».

Estamos llamados a vivir un cristianismo «sazonado», un cristianismo no soso, un cristianismo que induzca a la alegría, que no sea repetición de cosas, que sea imaginativo, creativo, inteligente, pero de una inteligencia profunda

«Creo que una de las cosas que tenemos que aprender es el asunto de cómo iluminar realmente, es decir, cómo hacer verdadero el mensaje cristiano con un testimonio claro y profundo que es iluminativo para todos» – destacó.

«Una de las cosas que nos cuesta más es poder iluminar situaciones muy concretas de la vida cotidiana en todos los niveles – continuó Monseñor Carlos Castillo – ésta es una misión enorme porque tenemos que anunciar con toda claridad, pero simultáneamente sin arrogancia, y al mismo tiempo, sin estar callados temerosamente porque nuestra fe elimina el miedo».

«El proyecto de Jesús es que Dios reine en la historia, se revele en la historia, sea luz en la historia – agregó – y para eso se necesita que todas las cosas de Dios, amor, justicia, y paz, las vivamos nosotros». Es por eso que debemos disponernos a la voluntad del Padre y colaborar siendo luz para aquellos que más los necesitan.

La Iglesia de Lima recuerda al Cardenal Juan Landázuri Ricketts, 30° Arzobispo de Lima y Primado del Perú, que un día como hoy falleció a los 83 años. El próximo viernes 24 de enero se llevará a cabo la Inauguración de un monumento en la Alameda de los Bobos (Alt. de la Alameda de los Descalzos), en el Rímac.

“Mi Señor Dios Padre amoroso, al despedirme de mi querida Arquidiócesis de Lima, que por 38 años me encargaste servir como su Arzobispo, sucesor de Santo Toribio; siento el grato deber de agradecerles al Santo Padre, a los Obispos del Perú, a mis Obispos Auxiliares, Sacerdotes, Religiosos y Religiosas, Agentes Pastorales y Fieles, por quienes pido tu Bendición Divina, en el mismo espíritu amoroso con el que bendijiste mi labor Episcopal. Señor me despido y Bendigo especialmente a todas las personas que viven en esta querida Ciudad de los Reyes, quienes nunca dejarán de Amarte y a quienes siempre acompañaré”, fueron las palabras del Cardenal Landázuri Ricketts como Arzobispo Emérito de Lima.

Este viernes 24 de enero, desde las 11:00 am, la Iglesia de Lima se reunirá en la Alameda de los Bobos (Alt. de la Alameda de los Descalzos), en el Rímac, para rendir tributo al Cardenal Landázuri con la inauguración de una escultura. El evento contará con la presencia del Arzobispo de Lima, Mons. Carlos Castillo; Mons. Luis Bambarén Gastelumendi, Obispo emérito de Chimbote, y distintas autoridades eclesiales y de la Municipalidad del Rímac.

Primeros años

Nacido en la ciudad de Arequipa, en una familia católica, hijo de Gustavo Landázuri Villagra y de doña María Ricketts Murga, su nombre al nacer fue Guillermo Eduardo. Después de hacer sus estudios secundarios ingresó a la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa para estudiar Derecho, cursando el primer año de letras. Mas abandonó sus estudios para seguir su vocación religiosa, ingresando en 1932 en la Orden de los Frailes Menores, en la provincia Misionera de San Francisco Solano.

Sacerdocio

Estudió en el Convento Franciscano de Ocopa (Región Junín), donde el 16 de mayo de 1939 fue ordenado sacerdote. Viajó a Roma doctorándose en Derecho Canónico en el Pontificio Ateneo Antoniano, con la mención summa cum Laude. No es hasta 1951. que fue provincial de su orden en el Perú, y luego Definidor General para América Latina, en la Curia generalicia de la Orden en Roma. En 1952 fue preconizado Arzobispo Titular de Roina, y coadjutor Sedi datus del entonces Cardenal Juan Gualberto Guevara. El 24 de agosto del mismo año, fue consagrado en la Catedral de Lima.

Episcopado

En junio de 1954 fue nombrado Vicario Capitular de la Arquidiócesis de Lima y en diciembre del año 1954, ante el fallecimiento del Arzobispo de Lima y Primado del Perú el Cardenal Monseñor Juan Gualberto Guevara, fue nombrado Arzobispo de Lima y Primado del Perú. En 1956 creó la Misión de Lima, para el auxilio de las barriadas marginales, así como la Oficina Nacional de Educación Católica; posteriormente cedió la organización a Cáritas del Perú y de Lima. En 1959, convocó y presidió el XVII Sínodo Arquidiocesano de Lima, que contiene una valiosa documentación histórica. El 19 de marzo de 1962 fue creado Cardenal, con el título presbiteral de Santa María de Aracoeli, desde entonces formó parte del Colegio Cardenalicio participando del Concilio Vaticano II al lado del Papa Juan XXIII. Fue Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana y también Vicepresidente de la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Medellín – Colombia. En los últimos años de labores ha fundado más de cincuenta parroquias.

Modelo de buen pastor

El domingo 26 de enero de 1990, Monseñor Augusto Vargas Alzamora, asume el cargo de Arzobispo de Lima y Primado del Perú reemplazando de esta manera en el cargo al Cardenal Landázuri. Fue también asesor y consejero espiritual de Monseñor Augusto, siempre dispuesto a colaborar y apoyar en las diversas misiones, muy a pesar de su avanzada edad y de su desgastada salud. Ha sido condecorado con la Gran Cruz de la Orden del Sol del Perú, también con la Gran Cruz de San Raymundo de Peñafort de España, al igual la Medalla de Oro de Arequipa, entre otras tantas distinciones. El Cardenal Juan Landázuri Ricketts, quien fuera Arzobispo Emérito de Lima y Presidente Honorario Vitalicio de la Conferencia Episcopal Peruana, falleció víctima del cáncer el jueves 16 de enero del año 1997. Sus restos descansan, tal como fue su deseo, en la Catedral de Lima.

Trabajo episcopal

Durante su gobierno episcopal se concluyó la edificación, construcción del Seminario Conciliar de Santo Toribio de Mogrovejo ubicado en la Avenida Sucre 1200 en el Distrito de Pueblo Libre. Proyectó la formación de Decanatos, como un programa de coordinación con un Vicario Pastoral. Se erigieron más de cincuenta parroquias, contando con el apoyo y el asesoramiento de congregaciones religiosas y de sacerdotes extranjeros venidos al Perú. Bendijo el edificio «El Nazareno», sede institucional de la Hermandad del Señor de los Milagros de Nazarenas. Asimsimo en 1981 apadrino y bendijo el Edificio de la Sede Institucional de la Hermandad del Señor del Santuario de Santa Catalina «El Cristo del Papa». Fue así mismo quien corona en Año de 1988 a la Imagen de la Santísima Virgen del Carmen de Lima, y eleva la Iglesia del Carmen al Rango de Santuario Mariano y Arquidioscesano, primero en hacerlo en la Ciudad de Lima. Cabe destacar que es la Primera Imagen carmelita en ser coronada por el más alto rango que da la Iglesia católica

Recibió las dos visitas apostólicas de Su Santidad Juan Pablo II al Perú, la primera del 1 al 5 de febrero de 1985 y la segunda del 14 al 16 de mayo de 1988.

La Iglesia de Lima recordó con gran alegría los 50 años de ordenación sacerdotal del padre José Antonio Ubillús Lamadrid, CM, vicario de la Comisión de Fe y Cultura. La Celebración Eucarística en la Parroquia Medalla Milagrosa fue presidida por el Arzobispo de Lima, Mons, Carlos Castillo. También estuvieron presentes el Nuncio Apostólico en el Perú, Mons. Nicola Girasoli; el Obispo Emérito de Juli, Mons. Raimundo Revoredo Ruiz, y el Arzobispo de Ayacucho, Mons. Salvador Piñeiro.

1969: Ordenación Sacerdotal del Padre Ubillús hace 50 años en Chiclayo

«José Antonio ha vivido la experiencia del Señor y la ha vivido con nosotros – comentó el Arzobispo de Lima – él nos comunica la vida del Señor siempre porque da prioridad, da importancia y valor a la experiencia. Durante su testimonio de vida ha primado la relación con las personas y la fe como una relación».

«Creer es establecer un lazo de relación profunda con Dios y con los hermanos, como diría el Papa Benedicto XVI – prosiguió – y la prioridad de la experiencia sobre las opciones, las ideas, los ordenamientos, es vital porque de lo contrario no existe una vida cristiana».

Agradecemos la experiencia que tenemos con el padre José Antonio, de ver en él una imagen del Señor que pasa por nuestras vidas a partir de una relación profunda de amistad y de vida cristiana

Monseñor Castillo también destacó la «gran capacidad de aconsejar» del padre Ubillús y su enorme pasión por la espiritualidad: «ésa espiritualidad que nos ha comunicado muchas cosas que están en su vida» – resaltó.

Los pobres han sido una de las principales preocupaciones en el camino pastoral del padre José Antonio: escucharlos, atender sus necesidades y comprender que su condición nos interpela y nos enseña a mirar con sus ojos: «por eso debemos escuchar a los pobres como quien nos expresa la voluntad de Dios» – acotó el Primado del Perú.

José Antonio ha sabido valorar durante esos 50 años las distintas culturas de los pobres de nuestro país, las distintas sangres que tenemos y, sobre todo, la espiritualidad de la diversidad cultural

Ensanchar el corazón es ensanchar la visión

En otro momento, Mons. Castillo rescató todo el aprendizaje que compartió junto al padre Ubillús: «aprendimos que todo lo que hacemos en la Iglesia debemos pensarlo juntos a través del diálogo y la conversación, preguntándole a la gente sencilla cómo quiere su Iglesia».

«Si queremos que nuestra democracia sea fuerte, la Iglesia puede aportar enseñándonos a ser verdaderamente democráticos dialogando las cosas y entendiéndonos» – agregó el Arzobispo de Lima.

Este amor a la Iglesia tan grande que tiene el padre Ubillús nos ayuda a comprender cómo nuestra visión de la Iglesia tiene que ser universal, no solamente particular. Tenemos que ensanchar el corazón, ensanchar la visión, no encerrarnos en nosotros mismos, porque todos estamos unidos para solucionar el problema de la falta de fe que hay en el mundo.

«Hermano José Antonio: así como tu decías: “Ubi Petrum Ibi Ecclesia” (donde está Pedro está la Iglesia), hoy nosotros te decimos “Ubi ius ibi José Antonio” (dónde está la justicia, está José Antonio)”, concluyó.

La espiritualidad del descenso: descender para servir siempre

Evidentemente emocionado y ante toda la comunidad vicentina, el padre José Antonio Ubillús explicó que la «lógica del Evangelio» consiste en descender para servir: «mientras más alto sea tu cargo, más tienes que descender para servir, ésa es la espiritualidad que yo trato de cultivar» – dijo.

«La experiencia es la verdad cristiana, que según el padre Gustavo Gutiérrez esta sostenida por un trípode: Cristo, la evangelización y los pobres – continuó Ubillús – pero naturalmente el más importante en ese trípode es Cristo nuestro Señor, que bien lo sintetiza San Vicente de Paúl al decir que “la regla de la compañía es la misión”, y no se equivocaba, él como buen diocesano no se perdió en tantas cosas, ni se quedó en la doctrina, sino que llegó a Jesucristo evangelizador».

«Yo espero que me sigan llenando con sus oraciones. Esta misa es para dar gracias al Señor, pedirle perdón porque me he equivocado, y pedirle que me siga acompañando con su Espíritu para continuar esta ruta, este camino y esta aventura», finalizó en medio de aplausos.

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