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«En todas las diócesis del mundo estamos tratando de ver cómo hacemos el sueño de Francisco de una Iglesia al servicio de los jóvenes y los más pobres», comentó el Arzobispo de Lima Carlos Castillo en el inicio de la primera asamblea de la Vicaría de la Juventud que congregó alrededor de 100 delegados de las parroquias de la Arquidiócesis de Lima.

«Jesús ha venido para que toda la humanidad se conozca, se quiera, se estime, se ayude» – continuó – «Los hemos invitado para iniciar un camino de diálogo en que todos podamos aportar cómo hacer una Iglesia más joven, y cómo los jóvenes pueden ayudar a la diversidad de situaciones con sus propias iniciativas e ideas».

Construir juntos la Pastoral Juvenil.

«Vamos a hablar de lo que van a hacer, de lo que se hizo en el pasado que es importante, pero del presente que son ustedes, protagonistas de todas sus actividades», comentó Luis Rodríguez, Secretario de la Vicaría de la Juventud.

Posteriormente vino una rueda de intervenciones por parte de los jóvenes delegados de distintas parroquias de la Arquidiócesis de Lima, manifestando sus preocupaciones ante las distintas realidades y situaciones que se viven en nuestra sociedad y cómo podemos hacer para construir juntos una Iglesia donde nos entendamos, sepamos acoger y colaborar juntos.

A partir de la reflexión de los jóvenes surgieron dos primeras preguntas:

1. ¿Qué hacemos para estar mejor formados?

2. ¿Qué hacemos para comprender a los que están afuera?

«Qué alegría poder escucharles», comentó el reverendo César Oré – «Eso es importante, la pastoral de la escucha, tratar de interrelacionarnos con la presencia del Arzobispo de Lima porque la Iglesia somos todos».

«Cuando nos ponemos a pensar la figura del Buen Pastor, recordamos que el pastor va adelante, pero también atrás, porque va empujando a las ovejas que se quedan un poco relegadas, y también va en el medio, conociendo, animando, alentando. Por eso esta pastoral no es de uno, sino de todos, porque es un camino que debemos avanzar juntos hacia donde el Señor nos inspire».

Una Iglesia más dinámica.

Finalmente, Monseñor Castillo agradeció la participación de los jóvenes y reflexionó sobre las esperanzas y expectativas de la Vicaría de la Juventud:

«Muchas gracias por todas las intervenciones porque nos revelan que estamos atentos a los problemas. El Papa nos ha dicho que la pastoral juvenil debe ser sinodal, es decir, hacer un camino juntos, acordar y decidir juntos y que eso guíe a todos, considerando las opiniones de todos».

«Han mostrado una serie de situaciones y problemas que suceden y donde la Iglesia no está presente. Para eso se necesita una parroquia más dinámica, que esté en salida, y es difícil con la estructura que tenemos que obliga a tener a la gente en la parroquia», indicó.

Dialogar con el mundo.

Por eso, es necesario que «pensemos juntos en una Iglesia misionera, una Iglesia dinámica que a través de distintos medios acompañen a las personas y continúen evangelizando», añadió.

El Arzobispo de Lima recalcó que «debemos dialogar con el mundo, conversar con todos. El 90% de los jóvenes no vienen a la Iglesia, y tenemos que ponernos en sintonía con aquellos que están afuera, acogerlos, incentivar los talentos».

La primera asamblea de la Vicaría de la Juventud concluyó con una invitación a todos los jóvenes para asistir al próximo domingo 9 de junio, día de Pentecostés, en la Catedral de Lima.

Esta mañana los sacerdotes de la Arquidiócesis de Lima se reunieron para participar del «Retiro del Clero» en el Seminario Santo Toribio de Mogrovejo. El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Mons. Carlos Castillo dirigió unas palabras iniciales:

Queremos poner a la altura de la profundización espiritual ha propuesto para toda la iglesia universal

“He propuesto empezar por el tema de la santidad propuesto por el Papa Francisco en la ‘Gaudete et exsultate’. Quien lo va a hacer es el fray Alejandro Wiesse. Vamos a pasar una mañana de reflexión, también tendremos un momento de contemplación. La idea es que estemos todos en comunidad y es bueno que vayamos formando juntos una espiritualidad de la misión”, comentó.

Más adelante, el padre Fernando Olivera presentó al expositor del retiro, el fray Alejandro Wiesse, ministro provincial de la Provincia Misionera de San Francisco Solano del Perú.

A las 10:30 a.m. aproximadamente, los sacerdotes se dirigieron a la Capilla del Seminario para vivir un encuentro con el Santísimo Sacramento. Pasadas las 11 de la mañana, retornaron para la segunda parte de la charla.

Mayo es el mes de la madre y en esta edición de Madres con Fe, las Voluntarias del Club de la Mama nos enseñan que el amor gratuito traspasa fronteras y se abre camino a la esperanza a pesar de la adversidad.

Son madres, abuelas, hijas, mujeres que día a día llevan una lucha constante, y sin embargo nunca bajan la guardia. Son mujeres que, a pesar de sus propios procesos oncológicos, acompañan con una sonrisa a otros pacientes de distintas áreas y edades.

“Promovemos que se llenen de vida y no de cáncer, que se llenen de optimismo, de esperanza y eso se puede lograr cuidando a nuestros pacientes en el alma, en su espíritu, dándoles la fe que van a poder vencer la enfermedad” – Dra.Tatiana Vidaurre, Fundadora del Club de la Mama.

Ellas trabajan duro, llevan alegría a quien la necesita, contagian esperanza y vida, bailan, sonríen, nada las detiene.

“Yo creo que Dios te manda una prueba para algo y no por algo. Yo pienso que Dios me dijo: esto es lo que te toca hacer y lo estoy haciendo. Y he prometido que mientras me de vida, lo voy a seguir haciendo” – Mercedes Palomino, voluntaria del Club de la Mama.

A continuación compartimos el reportaje de esta hermosa experiencia de vida:


La cuarta edición del Campeonato Toribiano 2019 reunió a diferentes grupos religiosos y diocesanos de seminaristas, quienes participaron en una jornada deportiva que contó con la asistencia del Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Monseñor Carlos Castillo. El evento tuvo lugar en el Seminario de Santo Toribio.

«Qué bonito que todas las casas de formación se reúnan. Nosotros tenemos que vivir integralmente, porque nuestros procesos de formación no pueden ser de apagamiento», comentó

Desarrollar las cualidades humanas

En un breve discurso de inauguración, Monseñor Castillo habló sobre la importancia de promover nuestras capacidades y cualidades humanas:

«Si al final de nuestra formación terminamos apagados de nuestras cualidades humanas, entonces ya no formamos sacerdotes. Nosotros queremos ser testigos de Jesús, testigos que desarrollan capacidades humanas».

«Vivimos un mundo tan duro que nuestra gente siente que sus capacidades se agotan, y si nosotros tenemos un tiempo para formar esas capacidades, tenemos que enseñarlo también cuando vayamos a las parroquias, a los colegios y a las comunidades. Desarrollando las capacidades de todos y ayudando a que se generen con alegría, estoy seguro que se van a desarrollar cientos de vocaciones», añadió.

La Copa se queda en casa

El equipo anfitrión (Seminario de Santo Toribio) se coronó como campeón de la cuarta edición tras vencer a los Oblatos de San José en la tanda de penales.

Nuestra vocación es una vocación para promover, no para apagar a nadie. Si queremos vivir como Jesús tenemos que tener calle, aprender a caminar con la gente.

Participaron en este campeonato deportivo:

Seminario Mayor Diocesano San José, Estudiantado Mercederario del Perú San Pedro Nolasco, Seminario Mayor Casa de San José, Casa de Formación de la Orden de San Agustín, Seminario Redemptoris Mater y Juan Pablo II, Pro Ecclesia Sancta, Seminario de Santo Toribio (equipo anfitrión), Convento de la Buena Muerte, Provincia Misionera San Francisco Solano, Estudiantado franciscano Beato Juan Duns Scoto, Teologado Internacional Santa Rosa de Lima
Seminario Corazón de Cristo, y Seminario San Martín de Porres.

En la mañana del IV domingo de Pascua, domingo del Buen Pastor, el Papa Francisco ordenó en la Basílica de San Pedro a 19 nuevos sacerdotes para la Iglesia, incluyendo al peruano Jhon Larry Flores.

Antes de comenzar el rito, el Papa habló unos minutos y rezó con ellos en la Capilla de la Piedad. Luego los saludó uno por uno durante su ingreso a la basílica. Al final de la misa fue nuevamente a su encuentro y estrechó sus manos.

En el inicio de la ceremonia, los sacerdotes manifestaron su voluntad de cumplir los compromisos sacerdotales y prometieron «respeto y obediencia filial». Postrados en la alfombra roja, escucharon el canto de las letanías de los santos y luego desfilaron ante el Papa para ser ungidos con el santo crisma.

De los 19 sacerdotes ordenados, ocho pertenecen a la Fraternidad Sacerdotal de los Hijos de la Cruz; uno a la Familia de Discípulos; dos han estudiado en el Pontificio Seminario Mayor Romano y ocho en el Colegio Diocesano Redemptoris Mater.

En el siguiente video puedes ver la ceremonia completa de la ordenación de los 19 nuevos sacerdotes en la Basílica de San Pedro:

Sobre Jhon Larry Flores

«Cuando mis superiores me dieron la noticia de que aceptaban mi pedido de ser ordenado sacerdote fue un gran momento de gozo, cuando recibí la carta con la respuesta de aceptación me retire un momento a la capilla de la casa para agradecer al Señor por este gran regalo. El sacerdocio como tal ya es un gran don de las cuales nosotros solo somos siervos indignos».

Nació el 14 de marzo de 1988 en Iquitos. Realizó sus estudios secundarios en el C. E. S. M. Loreto de Iquitos. Posteriormente ingresó a la congregación «Familia de los Discípulos». Fue ordenado diácono el 8 de julio de 2018 en Rocca di Mezzo por el Cardenal Giuseppe Petrocchi.

Después de terminar sus estudios teológicos, se dedicó a atender a los emigrantes de la casa de Rocca di Mezzo. Actualmente participa en la parroquia Sacro Cuore y en un asilo de ancianos en Gioia de Colle.

Este mes dedicado al amor de mamá, queremos recordar a nuestras madres espirituales, quienes consagran su vida a Dios, mujeres valientes, serviciales y profundamente maternales.

Las hermanas de la Casa Hogar la Piedad inauguran este ciclo de reportajes en el mes de mayo que hemos llamado «Madres con Fe». A través de este video queremos reconocer el esfuerzo valeroso de este grupo de mujeres que durante 9 años vienen cuidando y acompañando a cerca de 40 mujeres ancianas que viven en el albergue que ellas dirigen.

“Cada vez que tu das vida a una persona, eso es manifestar el amor, sobretodo de Dios, porque Dios se manifiesta a través de la maternidad y no solo de la paternidad, también de la maternidad. Y Dios es padre y madre para cada uno de nosotros, y de algún modo nos sentimos todas involucradas en este plan de amor que Dios ha comenzado en nosotras y quiere continuar en los demás” – Madre Verónica Vargas, Superiora Regional de Hijas de Nuestra Señora de la Piedad.

A continuación compartimos esta hermosa experiencia de vida:

Mons. Carlos Castillo, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, presidió la Santa Misa en honor a Santo Toribio de Mogrovejo en la Catedral de Lima. Se congregó a esta cita un buen número de sacerdotes diocesanos, religiosos, seminaristas y todo el pueblo de Dios.

El Arzobispo inició la homilía describiendo a Toribio de Mogrovejo como «una persona que vivió transparentemente al Señor, un hombre santo y sabio antes inclusive de ser Arzobispo, y uno de los profesores de derecho más importantes. Siempre quiso hacer la voluntad de Dios”.

Un Arzobispo que camina con el pueblo

Citando el Congreso Académico Internacional Toribio de Mogrovejo en 2006, Monseñor Castillo recordó que cuando el Santo Arzobispo viajó a Lima, el rey Felipe II le dijo «que no quede en ninguna de las personas la duda de que Jesucristo ha pasado por su vida».

Por eso, «desde que llegó y bajó a Paita, vino a pie tal como si Jesucristo lo hiciera». En otras palabras, podemos decir que se tomó muy a pecho cuando Jesús les dijo a sus discípulos: ‘Vayan por todo el mundo proclamando y hagan discípulos en todos los pueblos y bautícenlos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo’.

“Toribio recoge una tradición importante de los Dominicos: tener en cuenta las culturas de la gente»

Monseñor Castillo resaltó el trabajo de formación que reciben los seminaristas de nuestra Arquidiócesis: “Lo primero que se enseña son clases de canto, y luego el quechua, porque es una importante apertura al otro, a su manera de pensar, sentir, y conocer”.

Precisamente sobre el Seminario Santo Toribio de Mogrovejo señaló que “es un lugar para el crecimiento humano de todos los que asisten, sobretodo reconociendo la propia cultura, idiosincrasia del pueblo, de los sacerdotes que se van formar ahí”.

Al finalizar la homilía, Monseñor Castillo pidió a los sacerdotes que, en adelante y en todas las misas se recuerde a Toribio mencionando: “Santo Toribio y todos los Santos”, ya que él es “el alma de la Arquidiócesis”.

Como se recuerda, el pasado viernes se desarrolló en el Seminario de Santo Toribio la primera Asamblea Pastoral Arquidiocesana que congregó a más de 200 sacerdotes de nuestra Arquidiócesis. El objetivo de esta importante reunión fue construir el Plan Pastoral para la Arquidiócesis de Lima.

Mons. Carlos Castillo, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, presidió la Santa Misa a vísperas de la festividad de Santo Toribio de Mogrovejo.

Acompañado de los seminaristas de la Arquidiócesis y sus familiares, la imagen del Santo Arzobispo fue llevada en procesión alrededor de las instalaciones del Seminario de Santo Toribio de Mogrovejo.

Primera Asamblea Pastoral Arquidiocesana

Por la mañana y en medio de una gran acogida, se desarrolló la primera Asamblea Pastoral Arquidiocesana que congregó a más de 200 sacerdotes de nuestra Arquidiócesis.

El objetivo de esta importante reunión fue construir el Plan Pastoral para la Arquidiócesis de Lima. Los sacerdotes presentes recibieron los criterios de Monseñor Castillo y debatieron distintos puntos de vista para brindar sus aportaciones y sugerencias al Plan Pastoral en el camino de sinodalidad que la Iglesia nos propone.

En el encuentro se acordó una segunda fecha de Asamblea para el mes de mayo. Finalizada la reunión, los sacerdotes participaron de un almuerzo de confraternidad con motivo del Día de Santo Toribio de Mogrovejo (27 de abril).

Monseñor Octavio Casaverde, Vicario General de la Arquidiócesis, en representación del Arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo, presidió la Santa Misa por el inicio del año académico en todos los centros educativos de nuestra capital donde realiza su labor la Oficina de Educación Católica (ODEC Lima).

Durante su homilía exhortó a los maestros a encomendarse a Dios y pedir su protección y auxilio en el trabajo que se está iniciando una vez más.

Esta mañana estamos aquí gracias a que la ODEC ha organizado esta Santa Misa para poner en las manos de Dios el trabajo que se nos ha encomendado, y ese trabajo es la enseñanza de la religión a los alumnos en los centros educativos estatales. Tenemos que agradecer mucho a Dios que todavía en el Perú tenemos esa oportunidad de enseñar la religión católica“.

Animó también a los profesores a enseñar no solo con su palabra y con la doctrina, sino con el testimonio de la fe que debe expresarse en su vida y en su manera de ser.

Ustedes, queridos profesores, en los centros educativos estatales, son evangelizadores, misioneros, apóstoles, destinados a educar y sostener la fe de sus alumnos, sus colegas, y también de los respectivos padres de familia. Ustedes manifiestan la comprensión, el amor y la acogida de Dios“.

Lleven una vida de unión con Dios

Afirmó que es a través de ellos que Cristo se muestra a los demás en el entorno educativo, por eso les pidió ser más exigentes y prepararse mejor.

Para impartir enseñanza, para hacer ese apostolado, hay que prepararse cada día a cada instante. Todos nosotros somos conscientes que la sociedad que nos rodea necesita creer en Dios para conocer su amor misericordioso, que consiste en buscar la felicidad y el bienestar del ser humano“.

Ayudemos a conocer el amor misericordioso

En otro momento, recordó las palabras del Papa Emérito Benedicto XVI, quien dice que Cristo es el rostro de la misericordia de Dios y que debemos ayudar a nuestra sociedad a conocerlo.

Queridos hermanos, nuestra sociedad necesita conocer a Dios para conocer ese amor misericordioso. En el mundo hay tanto sufrimiento, maldad, malicia, corrupción, soberbia, egoísmo. Todo esto porque no hay amor, porque se han apartado de Dios. Por eso, nuestra enseñanza debe ser siempre con Cristo al centroUstedes en el centro educativo donde estén, enseñarán la práctica religiosa en espíritu de verdad, experiencia de la fe, vivencia de la fe

Finalmente, sugirió que se formen o fomenten en los colegios, equipos de animación pastoral para incentivar la fe entre los compañeros, así también a integrarse a la parroquia en cuya jurisdicción se encuentra el centro educativo.

Que Dios los bendiga, los asista a todos ustedes y a sus familias. Que María Santísima, Nuestra Señora de la Evangelización, los acompañe con su intercesión, que los santos peruanos intercedan también por ustedes. Les deseo para este año académico que se está iniciando, feliz testimonio de su fe, feliz apostolado. Tengan la seguridad que Dios habla por ustedes. A través de ustedes Dios va a llegar a sus alumnos. Que el Señor proteja sus hogares“.

Discurso de Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima, en homenaje al R.P. Jorge Dintilhac, fundador de la Pontificia Universidad Católica del Perú y rector de la institución educativa durante 30 años.

El tercer domingo de cuaresma, el llamado a la conversión propio de este tiempo, se dirigía al cambio de la mentalidad, del modo de pensar, que en tiempos de Jesús estuvo marcado por la justificación divina de los males del inocente, cuestionada duramente por Jesús: “si no cambian de mentalidad perecerán de la misma manera”, refiriéndose a tragedias ocurridas a inocentes, perpetradas por el pretor romano o por la casualidad, y atribuidas a Dios como castigo de una culpa.

En esta línea quisiera meditar hoy en esta semblanza, sobre el catolicismo reflexivo y abierto del P. Jorge Dintilhac, que fundamenta nuestro manera de vivir el catolicismo en la PUCP, y que propició el laicado católico formado y lúcido del siglo XX que heredamos.

En plenos años de la Primera Guerra Mundial y de Revolución Rusa en que surge nuestra universidad, Cesar Arrospide cuenta cómo era el clima vital eclesial de los años fundadores donde la congregación de los sagrados corazones abre camino:

“Sin embargo, entre los jóvenes seglares del 20, ha surgido ya, como resonancia espiritual del cambio, una clara reacción contra el catolicismo tradicional, configurado éste por un insalvable clericalismo y un medroso retraimiento hacia la “sacristía”. Catolicismo eminentemente ritual, devoto y a media voz, Se siente ardorosamente la necesidad de dar testimonio de fe al aire libre y en voz alta, con un nuevo rostro, jubiloso, dinámico, juvenil. Coadyuvó a este movimiento el paso por Lima de un religioso de los Sagrados Corazones, el Padre Calazans, que impactó a la ciudad con sus prédicas y concentraciones públicas inspiradas en esta nueva actitud religiosa. Explicablemente, los católicos de la nueva mentalidad, y sin proponérselo conscientemente, quedaron ubicados, índole de su quehacer proselitista, a mayor distancia del clero que los católicos tradicionales. Además, hay que confesar que los sacerdotes -clérigos y religiosos- en actitud de identificarse con la nueva línea eran tan escasos y andaban tan absorbidos por sus habituales menesteres, que daba la impresión de que era impracticable recurrir al apoyo clerical”

El P. Jorge Dintilhac, nuestro fundador, fue así, parte de este nuevo pensamiento renovador y uno de los precursores de la Acción Católica, dirigió el Centro de Estudios Católicos (1930), que, si bien era para todas las universidades, en su mayoría la conformaban los estudiantes de la Católica, porque en el fondo él tenía una preocupación, la formación de los jóvenes para construir un país con los valores cristianos.

Prueba de ello es que “hizo un informe sobre la situación del Perú y de la necesidad de formar un movimiento de católicos que no tuviera carácter de Partido, en el que todos estuvieran agrupados y de esa manera pudiesen trabajar por el país. Este informe que quedó en proyecto, fue presentado a la Asamblea Episcopal de 1923”.

Con toda razón podemos llamar a Jorge Dintilhac, precursor y visionario de un laicado juvenil con identidad y sentid crítico.  Su preocupación y amor al Perú, país que hizo suyo, fue su gran motivación para buscar y apostar con eficacia y creatividad por la educación cristiana y académica de los jóvenes.

Observador perspicaz y acucioso de la realidad peruana, se percató de la necesidad de proponer la formación universitaria en valores del evangelio para los jóvenes de su tiempo, porque, frente al ideal individualista y narcisista que se enseñoreaba, y frente a un catolicismo de costumbre que ahorraba el pensar, era menester proponer el ideal cristiano reflexivo, así lo manifestó en su Discurso Inaugural de apertura de la Universidad Católica:

Dos ideales antagónicos: frente al ideal mundano que promueve la satisfacción del placer personal, la educación de la universidad católica debe ser la de motivar a conquistar las regiones del infinito, que encamina su espíritu a vivir en sociedad.

Su sueño de alcanzar la formación católica de los jóvenes de su tiempo, no fue fácil de alcanzar. Se empeñó en lograr la fundación de esta universidad católica y contra viento y marea, persistió en la tarea que se impuso hasta cumplirla.

Tuvo el apoyo de muchos, es cierto, pero muchos más fueron los detractores y opositores que, desde diversos frentes, se opusieron a la creación de esta universidad, unos porque consideraban que retrasaría el desarrollo de las nuevas ideas, el progreso del país. Y otros porque lo consideraban que era demasiado moderno y atrevido para el catolicismo.

Según Castillo Freyre, la nueva universidad católica era un peligro nacional, pues iba a dividir a la juventud, a formar estudiantes en un espíritu opuesto al progreso y a la futura grandeza del país, a aumentar todavía el número de abogados…”

La gran oposición y el menosprecio hacia la “Academia Dintilhac”, como despectivamente titulaban los diarios limeños, fue persistente, tanto que forzaban a los padres de familia a “no hacer experimentos con los hijos”. Y cuanto más eran los ataques, Dintilhac más crecía su convencimiento de que estaba cumpliendo una misión.

Por eso, es bastante ilustrativo recordar la aprensión del P. Jorge por las campañas que se urdían en contra de la nueva universidad, pero él estaba dispuesto a todo, así lo expresó en una carta a su superior:

Muchos son los proyectos que urden contra la Religión y mucho se ha de temer por parte de las Cámaras. Pero si morimos víctimas de la tiranía anticatólica, gloriosa será nuestra muerte”.

Su convicción por proponer a los jóvenes otro espacio de formación alternativo al monocorde pensamiento existente fue, sin duda, un desafío provocador, pero su fe era más grande que su miedo a la derrota.

En su discurso inaugural ofrece su visión sobre la educación cristiana y los pilares que deben cimentarla: ciencia, filosofía e ideal cristiano.

Para Dintilhac “ciencia y religión son hijas de un mismo padre y destellos de una misma luz, que al juntar sus rayos en el espíritu del joven disiparán incertidumbres y dudas y lo introducirán en la región de la luz, de la verdad y de la vida”.

Por eso dirá, una filosofía así llevará a los jóvenes a una vida siempre más plena y fecunda, lejos del negro escepticismo.

Para Raúl Porras Barrenechea el P. Dintilhac enseñaba la más dulce y santa de las lecciones: “enseñaba a creer”. Efectivamente fue siempre muy activo en la promoción de la fe católica.

Su confianza en la providencia divina era impresionante, ante las dificultades económicas que atravesaba la universidad, su frase favorita era, “Dios proveerá”. No fue fácil erigir la primera universidad privada del Perú, sobre todo porque debía competir con las universidades públicas que contaban con el respaldo del Estado. Fue un hombre de fe, de profunda fe.

Esto evidencia que era un hombre confiado a la providencia divina, el motor de su esfuerzo y tenacidad. Tal como él mismo lo decía:

Ha nacido de la nada, por un favor especial de la Divina Providencia, y ha podido mantenerse a pesar de su pobreza y de muchos ataques repetidos y enconados. Se ha desarrollado en la vida intelectual y social del país de un modo sorprendente, y con fuerzas que cada día han de afianzarse y levantar cada vez más alto el prestigio de la religión y de la ciencia cristiana. Para este fin debemos trabajar con eficiencia y entusiasmo siempre creciente”.

Central telefónica
(511)2037700