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Compartimos el discurso de Monseñor Carlos Castillo, arzobispo de Lima y Primado del Perú, en su calidad de Gran Canciller de la PUCP en la Ceremonia de Apertura del Año Académico 2024, realizada el 26 de marzo.

27/03/24 Inauguración Año Académico Pucp 2024. © Victor Idrogo / Icónica

Queridos amigos y amigas de nuestra PUCP:

Ya son 107 años de vida institucional al servicio de nuestro pueblo peruano, nos alegra vivamente compartir juntos la misión educativa de amplio sentido crítico que llevamos adelante durante más de un siglo, hoy que parece apoderarse de las mentes y corazones la vileza de la destrucción total y la imposición ciega del interés mezquinos, de la voluntad de poder, la ignorancia militante y pertinaz que estrecha y derruye la democracia, y pretende acabar con lo mínimo y elemental del orden jurídico institucional. La nación, amigos y amigas, sigue en emergencia porque aumenta el interés de parte y se hace caso omiso al bien común de todos.

Por ello, el trabajo educativo por la humanización, honestidad, destreza, sensibilización, habilitación y perspicacia de las dirigencias urge más que nunca a nuestra Universidad. Pero ello requiere continuar buscando, como lo hemos hecho en todos estos años, formas de educación crítica que recojan la experiencia de la vida y toda la riqueza que brota de ella, especialmente de nuestro pueblo.

Habituados a la mentalidad colonial y a su rezago en la la dicotomía moderna de élites ilustradas y pueblos sumisos, no hemos reparado en que la experiencia de todos los humanos, hombres y mujeres, es el valioso punto de partida de todo conocimiento, y que ello obliga a procesos de escucha permanente de las iniciativas, propuestas, clamores, sugerencias y exigencias provenientes de los más sencillos de la humanidad. Así lo planteo el papa Francisco en su visita al Perú en 2018, cuando fue a Madre de Dios percibió la sabiduría de los pueblos amazónicos, dijo: “Quienes no habitamos estas tierras necesitamos de vuestra sabiduria y conocimiento para poder adentrarnos, sin destruir, el tesoro que encierra esta región, y se hacen eco las palabras del Señor a Moisés: ‘Quítate las sandalias, porque el suelo que estás pisando es una tierra santa’ (Ex 3,5)». Y agregó el Santo Padre: “Su cosmovisión, su sabiduría, tienen mucho que enseñarnos a quienes no pertenecemos a su cultura. La única manera de que las culturas no se pierdan es que se mantengan en dinamismo, en constante movimiento (…)”.

El elitismo que se apodera del conocimiento, y convierte al mundo solo en objeto de expertos, tiende a petrificar y detener la historia. Así lo pensaron los sacerdotes de Israel, que podían petrificar por medio de sus ritos la historia y lo habían conseguido durante seis siglos. No pudieron soportar que un hombre del pueblo, como Jesús, cuestionara hondamente ese sistema y decidieron matarlo. Jesús, sin embargo, convirtió ese proyecto destructivo de su persona en un motivo para enseñar el perdón de la misericordia.

Los propios apóstoles, cuando siguieron a Jesús, tenían el sueño de ser como los sacerdotes. La palabra “oligopistia” y “oligopistos” se ha traducido quizás, me parece a mí, equivocadamente, en “poca fe”; en realidad, cuando traducimos “oligarquia” u “oligopolio”, no decimos «poco goberno» o «poco negocio», decimos «gobierno de pocos» o «negocio de pocos». Deberíamos comenzar a traducir «oligopistia» y «oligopisos» como “fe de los pocos”, fe de las élites”, separadas. Porque los apóstoles no tenían otro punto de referencia en ese camino con Jesús que el que se había vivido durante seis siglos y que heredaron ellos. Es hora de que rompamos con esa “fe de los pocos” y aspiremos a reconocer que hay un sentir común que nos aúna a la humanidad y que no permite que sigamos en un elitismo desesperado, que en este momento está haciendo agua en el mundo.

Por eso, hay que recordar no solo que el estudio es para servir, sino que se ha de comenzar por reconocer y valorar la diversidad experiencial de las bases de la sociedad como sujeto creativo, donde cada palabra de la gente sencilla importa decisivamente para generar conocimientos que sean apropiables por parte de todos.

Por ello, la atención al sentir general y común de los pueblos es valorada por el papa Francisco en los movimientos populares que se generan creadoramente en momentos dificiles, como ahora desde las ollas comunes, surgidas en la época de la pandemia, o los preciosos bailes de los jóvenes en la plazas. El papa Francisco como Jesús nos invita permanentemente a ver, contemplar, admirar y reconocer el valor del sentir de los últimos de la sociedad: “¿Por qué andan preocupados, qué comeremos, con qué nos vestiremos? Miren los lirios del campo que no tejen ni hilan y ni Salomón se ha vestido tan bellamente”. Mirar los lirios del campo que están creciendo en el sentir generalizado de los pobres de la Tierra y los pobres del Perú. Mirar, contemplar y escuchar la palabra y el sentir de nuestros pueblos nos deselitiza y nos descolonializa, que es lo que hizo posible que la Universidad Católica en sus 107 años haya ido abriéndose a nuevas pistas, a nuevas formas de conocer, a nuevas entradas en las situaciones, y la han situado hondamente en la vida nacional. Es una universidad que ensancha nuestra democracia porque escucha y hay que seguir escuchando.

Si se desprecia el sentir general y se autoilusiona con el poder, se corre el riesgo de creerse los dioses que no somos. Lo vemos hoy en nuestro país donde quienes ocupan un puesto de dirección se convierten rapidamente en un grupo personas ciegas que se encierran en sus intereses, que deducen el país como una cancha cercada para hacer lo que su mezquindad les dicta. Con ello pretenden encerrar la historia y no descubrir ni abrirse a aquello verdaderamente nuevo. Pretenden impedir que la historia siga su camino. Y, sobre todo, pretenden impedir que las nuevas generaciones abran la historia. Esa ha sido la historia moderna que, desde Robespierre hasta Stalin y Hitler, ha buscado solo su interés con pretensión de grandes ideas, y hoy reaparece en escena poniéndonos en peligro hasta de una nueva guerra mundial.

El papa Francisco ha propuesto, y lo digo recogiendo en sentido de la presencia de lo pontificio en nuestra casa, que la Iglesia es constituivamente “sinodal”, con lo que quiere decir que es la llamada a vivir y actuar escuchando en el camino juntos para aprender a decidir recogiendo el sentir de todos, sin excluir a nadie. El proyecto de hermanamiento general establecido en Fratelli Tutti apunta a proponer al mundo el comprenderse de otra manera, como de alguna manera quiere hacerlo con la autocomprensión de la Iglesia. Comprender que todos somos importantes en el mundo, que nadie sobra y que requerimos del concurso de todos para encontrar un camino de salvación de toda la humanidad, de tal manera que, en su gran diversidad, podamos apreciar y no despreciar ninguna cultura o comunidad humana.

La Universidad Católica, como Pontificia, se ha unido y se une a esta búsqueda de educar de otra manera, y es una labor que hay que continuar realizando porque surgen nuevos modos y nuevos desafíos para la educación, teniendo siempre en cuenta el sentir general y haciendo que el conocimiento y el descubrimiento pasen por escuchar más alla de nuestros oídos, y de lo que son siempre intereses propios que, evidentemente, pueden ser relativizados.

Que Dios nos acompañe en este año y que podamos seguir inventando las formas de educación que nos permitan abrir esperanza en medio de nuestro país con tantas dificultades. Gracias.

Nos preparamos para vivir esta Semana Santa interpelados por las realidades complejas que afrontan miles de personas en nuestra sociedad: la hambruna, la desigualdad, la violencia contra las mujeres, la precariedad de nuestras ollas comunes. En ellos también está el rostro de Jesús sufriente que nos llama a una profunda conversión personal y social.

Bajo el lema: «Compartiendo, como Jesús, el pan y la vida, saciemos unidos el hambre de nuestro pueblo», nuestra Arquidiócesis de Lima comparte el cronograma de las principales celebraciones, actividades y procesiones que se desarrollarán en el mes de marzo. (leer aquí)

«Tengamos una Semana Santa profundamente identificada con el amor y el servicio, la opción preferencial por los más desvalidos y necesitados», con estas palabras, el arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo, anunció que todas las parroquias de nuestra Arquidiócesis se convertirán en centros de acopio para recibir las donaciones de víveres no perecibles y menestras para las ollas comunes.

Convoquemos a todas las fuerzas vivas, a las empresas, a los colegios y a todas las organizaciones, a que nos unamos en esta movilización civil al servicio de satisfacer y colmar el hambre de nuestras ollas comunes vacías.

MONSEÑOR CARLOS CASTILLO

Cómo donar a las ollas comunes

– Acércate a tu Parroquia más cercana para entregar tus donaciones de víveres y menestras.

– También puedes acercarte a los almacenes de Cáritas Lima (Jr. Chancay 282 – Cercado de Lima). Para otro tipo de donaciones o aportes económicos, comunícate al 941 680 200

– Todo lo reunido será canalizado y distribuido por Cáritas Lima a las ollas comunes más vulnerables de nuestra ciudad.

Cronograma oficial de actividades por Semana Santa 2024

Celebraciones en el Centro Histórico de Lima

Todas las celebraciones en la Basílica Catedral de Lima, así como el Sermón de las 7 palabras en el Santuario Las Nazarenas, serán oficiadas por el arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo.

También puedes seguir nuestras transmisiones a través de la página de Facebook del Arzobispado de Lima (algunas de las celebraciones se transmitirán a través de TV Perú).

Domingo de Ramos: 24 de marzo

Santa Misa desde Catedral de Lima

Desde las 10:30am., los invitamos a participar de la Eucaristía del Domingo de Ramos que presidirá nuestro arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo. La celebración iniciará con la Bendición de Ramos en la Plaza de Armas. Después, caminaremos en procesión con las palmas hacia la Catedral de Lima.

Sintoniza la transmisión por la señal del Canal del Estado y el Facebook del Arzobispado de Lima.

Rezo del Santo Rosario

Como ya es costumbre, este Domingo de Ramos participaremos del Rezo del Santo Rosario en el Atrio de la Catedral de Lima a las 5:30 pm. Se recomienda llegar con anticipación.

Sintoniza la transmisión por el Facebook del Arzobispado de Lima.

Jueves Santo: 28 de marzo

Misa Crismal en la Catedral de Lima

Desde las 10:00 de la mañana, más de 300 sacerdotes de nuestra Arquidiócesis de Lima, participarán de la Santa Misa Crismal oficiada por Monseñor Carlos Castillo (transmite Facebook del Arzobispado de Lima).

Cena del Señor

A las 6 de la tarde, acudamos a la Basílica Catedral de Lima para celebrar la Cena del Señor y rememorar el gesto de servicio del Lavado de Pies. Sintoniza la transmisión por el Facebook del Arzobispado de Lima.

Viernes Santo: 29 de marzo

Sermón de las 7 Palabras y Santo Oficio

Desde el mediodía, participemos del Sermón de las 7 Palabras se oficiará desde el Santuario Las Nazarenas, al mediodía. Después de escuchar a los predicadores, Monseñor Carlos Castillo celebrará el Oficio de la Pasión del Señor.

Al término del Sermón de las 7 Palabras, se dará inicio con el Oficio de la Pasión (1:30pm.)

Sintoniza la transmisión por la señal del Canal del Estado y el Facebook del Arzobispado de Lima.

Sábado Santo: 30 de marzo

Vigilia Pascual

A las 8:00 pm. se celebrará la Vigilia Pascual en la Basílica Catedral de Lima. La transmisión se podrá ver a través del Facebook del Arzobispado de Lima.

Domingo de Resurrección: 31 de marzo

Misa de Pascua

La Iglesia universal celebrará el Domingo de Resurrección. A las 11:00 am., nuestro arzobispo de Lima oficiará la Misa de Pascua en la Catedral de Lima.

Sintoniza la transmisión por la señal del Canal del Estado y el Facebook del Arzobispado de Lima.

Procesiones en Lima

Del 17 al 31 de marzo, se han programado distintas procesiones en nuestra ciudad de Lima. Los invitamos a descargar el cronograma de actividades por Semana Santa 2024 para conocer las fechas, horarios y recorridos.

Descarga el cronograma de actividades por Semana Santa 2024

Hacemos un llamado a vivir esta Semana Santa con un sentido de gratitud y conversión, recordando que somos sobrevivientes de una Pandemia y estamos llamados a entregar nuestra vida por aquellos que más nos necesitan, especialmente, con los más vulnerables y frágiles. En ellos está el rostro de Jesús que clama misericordia.

Esta semana ha concluido el «Taller de Formación de la Pastoral de Salud» en las instalaciones del auditorio del Colegio Santa Rosa, en el distrito de Lince. El evento contó con la participación de cientos de responsables de las pastorales de salud de las parroquias y capellanías de hospitales de la ciudad.

La segunda jornada del taller de formación estuvo a cargo del Padre Neiber Cabrera, asesor espiritual de la Familia Camiliana Laica y director del Centro de Formación en Salud San Camilo- CEFOSA, quien abordó el tema: “Estructura y tareas de la Pastoral de Salud Integral”.

El Padre Cabrera reflexionó sobre la importancia de organizar e implementar una pastoral de salud en nuestras parroquias y capellanías, remarcando que es necesario contar con una serie de criterios, entre ellos, «conocer la realidad del entorno» y «el estado o situación en la que se encuentran los enfermos y ancianos del lugar».

El sacerdote indicó que, para poner en marcha una pastoral de salud, es necesario el trabajo en equipo y la conexión de todos los miembros, «mirando juntos hacia el mismo objetivo y trabajando en fraternidad para asistir oportunamente en el acompañamiento al hermano que requiera del servicio».

Otro aspecto relevante es la sensibilización y concientización de la comunidad, es decir, «involucrar a todos los miembros de las parroquias y capellanías a ser partícipes de la pastoral». Esta integración comunitaria hará posible un mayor compromiso «en el cuidado y atención de nuestros enfermos, en el acompañamiento espiritual y en la promoción de la salud”.

Al término de la ponencia, Monseñor Guillermo Elías, obispo auxiliar de Lima y responsable de la Pastoral de Salud, expresó su agradecimiento a todos los agentes pastorales que participaron del taller: «Los motivo y animo a mejorar, en todo momento, su servicio a las pastorales», manifestó.

A vísperas del Domingo de Ramos, las sagradas imágenes de Jesús Nazareno, Nuestra Señora de la Piedad, Milagrosísimo Señor y la Santísima Virgen de las Angustias llegaron hasta los exteriores del Palacio Arzobispal de Lima para dar inicio a las actividades de la Semana Mayor, este año enmarcado en el apoyo urgente a las ollas comunes de nuestra ciudad.

Bajo el lema: “Compartiendo, como Jesús, el pan y la vida, saciemos unidos el hambre de nuestro pueblo”, ya se vive la Semana Santa en Lima. Los días previos al Domingo de Ramos, nuestra Catedral de Lima acogió a las sagradas imágenes de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Piedad.

También acudieron las imágenes del Milagrosísimo Señor del Santuario de Santa Catalina y la Santísima Virgen de las Angustias desde el Convento de Santa Catalina de Siena de Barrios Altos.

Estas procesiones contaron con la participación de la Hermandad de Jesús Nazareno, los Devotos de Nuestra señora de la Piedad, la Asociación Mercedaria, la Comunidad Laical Urraquina y la Hermandad del Señor del Santuario de Santa Catalina

Las sagradas imágenes fueron recibidas por Monseñor Juan José Salaverry, obispo auxiliar de Lima, quien manifestó la importancia de vivir la Semana Santa con un sentido de conversión, reconciliación y fidelidad.

Cientos de fieles se congregaron en los exteriores de la Catedral de Lima para participar comunitariamente de la Misa de Domingo de Ramos, presidida por nuestro arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo. Junto a sus obispos auxiliares, el Prelado hizo un llamado a «volver a las raíces de la fe cristiana» y dejarnos inspirar por el Señor, que pasa por nuestras vidas, nos interpela, nos llama, nos acompaña y resucita para recrear nuestro país.

«Que esta Semana Santa sea motivo para que todos nos adentremos hondamente y nos identifiquemos con el anonadamiento de Jesús, que permite siempre dar oportunidad al Otro sin apabullarlo ni destruirlo», comentó en la homilía.

Leer transcripción de homilía

Monseñor Castillo explicó que el Domingo de Ramos marca el inicio del «camino definitivo de Jesús», que siempre caminó en el corazón de su pueblo «para servirlo y no para servirse de él». Y su entrada triunfal a Jerusalén no es sinónimo de poder, sino un signo de esperanza para la humanidad que nos recuerda que debemos ser «servidores gratuitos y sencillos».

La Semana Santa, sostuvo, es «para tomarnos en serio» y «entrar a lo profundo» en el misterio de la muerte y Resurrección de Jesús, que es el «fundamento de toda esperanza en medio de los males, las hambrunas, las crisis, las guerras y las ambiciones que tenemos los humanos».

El arzobispo de Lima exhortó a vivir estos días de reflexión con un sentido de gratitud y conversión, dejando de lado ese «criterio un poco frívolo» de repetir las cosas por costumbre, sin seguir hondamente el camino de Jesús y dejarnos tocar por Él. «Si una fe no es capaz de transformar nuestra comunidad cristiana es porque esa fe tiene algo de estéril y superficial, algo de frívola», reiteró.

Estamos llenos de problemas espirituales que repercuten en la sociedad. Ahora que hemos venido para caminar con el Señor, tomemos en serio las consecuencias de ser cristianos y hagamos lo posible por dejar que el Espíritu del Señor invada todos los aspectos de nuestra vida.

El Primado del Perú ha resaltado la importancia de dejarnos convertir por el Señor en «hombres y mujeres nuevos que aprendan a amar a manos llenas», respetando el bien común con que se erigió la constitución primera del país. «Recordemos que todo nuestro país es una Nación que está al servicio de toda la Patria, y nadie puede ser dueño de ella, ni usarla para la vileza de la corrupción y los intereses propios, sino que todos participamos en común para ayudarnos», precisó.

Pensar en el bien de todos y no en el de unos pocos, supone «aprender a renunciar a nuestros intereses» para «ver cara a cara los problemas», sin esconderlos, sino tratándolos para conseguir un consenso general de paz y amistad.

Volver a nuestra hermandad original

En otro momento, Monseñor Castillo hizo eco de las palabras del Papa Francisco en el Ángelus de esta mañana, con su llamado a «volver a nuestra hermandad original» y pidiendo el cese de la violencia en la martiriada Ucrania, el fin de la guerra entre Israel y Gaza, y condenando los atentados terroristas en Rusia.

El buen cristiano sabe que hay que insistir en la Paz, en volver a nuestra hermandad original para no cometer el pecado original de «comernos» la reflexión y actuar por instinto, sin pensar.

A ejemplo de Toribio de Mogrovejo

Monseñor Castillo ha querido recordar, en este Domingo de Ramos, el testimonio de vida de Toribio de Mogrovejo, santo peruano y segundo arzobispo de Lima de la historia del Perú, que hace 418 años murió en Zaña, en la casa de un indio. «Su muerte es un signo de Cristo en nuestra historia que marcó definitivamente la vida de la Iglesia. Toribio de Mogrovejo se peruanizó con nosotros y, por eso, es el patrón de todos los obispos de América», expresó.

En memoria de Monseñor Romero

El arzobispo de Lima también ha tenido presente en sus oraciones a Monseñor Óscar Romero, que «derramó su sangre, como Jesús,» y fue «asesinado en el Altar» por hablar con claridad y buscar la reconciliación del país, elevando su voz para decir que, ante una orden de matar, primero, debe primar la ley de Dios antes que la ley de los hombres.

Todos unidos, levantando nuestros ramos con alegría, caminemos hacia Jerusalén con Jesús para compartir el pan y la vida.

La Eucaristía de este Domingo de Ramos contó con la presencia de los obispos auxiliares de Lima: Monseñor Guillermo Elías, Monseñor Ricardo Rodríguez, Monseñor Juan José Salaverry, y Monseñor Guillermo Cornejo. También nos acompañó el Coro Arquidiocesano Juvenil de Lima.

A vísperas del Domingo de Ramos, la Basílica Catedral de Lima recibió la visita de las sagradas imágenes del Señor del Santuario de Santa Catalina y el Señor del Santuario de Santa Catalina.

El Papa preside en la Plaza de San Pedro la celebración de este domingo, el último antes de Pascua. La conmemoración de la entrada festiva del Señor en Jerusalén precede a la misa cuyo pasaje evangélico narra la historia de su Pasión. Al final de la liturgia, permaneciendo en el parvis, Francisco recitó el Ángelus.

Fuente: Vatican News

En una abarrotada Plaza de San Pedro, unos 25.000 fieles, bajo un cielo en el que los rayos del sol se alternaban con las nubes, se abrió la celebración del Domingo de Ramos presidida por el Papa Francisco. Es la conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén, de la que se lee el relato del evangelista Marcos, y que precede a la celebración de la Misa. El Papa bendice y asperge con agua bendita los ramos de olivo, símbolo de hoy, que los presentes sostienen en sus manos.A continuación, más de 400 portadores de palmas se dirigen en procesión desde el centro de la plaza hasta el vestíbulo. Los cardenales, obispos y sacerdotes concelebrantes ocupan sus puestos junto al altar.

“¡Bendito sea el Reino que ya viene, el Reino de nuestro padre David! ¡Hosana en las alturas!”

La Pasión de Cristo

El cambio de escena es radical: la liturgia de la Palabra de la celebración eucarística incluye la lectura cantada de la Pasión de Jesús tomada de nuevo del Evangelio según San Marcos. A través de las palabras del evangelista, los pasajes del sufrimiento de Cristo se reviven en toda su crudeza. La representación de la Pasión va seguida de un momento de silencio. Es un sufrimiento, el de Cristo, que contiene los dolores de todos los tiempos y de toda la humanidad, y la humanidad, con sus fragilidades, es presentada al Señor en la oración universal o de los fieles que concluye la Liturgia de la Palabra. Se reza por la Iglesia, para que «busque siempre la unidad, la reconciliación y la comunión»; por los gobernantes «llamados a cultivar la paz y el bien de los pueblos»; por todos los hombres y mujeres que sufren; por los cristianos perseguidos; por cada comunidad cristiana, para que «sea testigo de su propia fe, en la oración y en la caridad».

Al final de la celebración, directamente desde el parvis de la Basílica, Francisco pronunció el Ángelus, antes de impartir su bendición y hacer un amplio recorrido en su Papamóvil para saludar a los fieles y peregrinos que le aclamaban en la plaza. 

La Pastoral de Salud de nuestra Arquidiócesis viene promoviendo un taller de formación para más de 200 agentes pastorales de las parroquias, hospitales y comunidades religiosas de Lima. La actividad tuvo lugar en el auditorio del Colegio Santa Rosa, en el distrito de Lince, y contó con la participación de Monseñor Guillermo Elías, obispo auxiliar de Lima y asesor de la Pastoral de Salud.

Dirigiéndose a todos los agentes pastorales y voluntarios que se dedican al acompañamiento de nuestros hermanos en situación de enfermedad, Monseñor Elías señaló que, como Iglesia, todos tenemos la misión de procurar el «bienestar de la salud integral», cuidando el estado de la salud física, mental y espiritual:

“Estamos llamados a la acción evangelizadora de todo el pueblo santo de Dios, siendo portadores de esperanza ante el dolor y el sufrimiento del hermano, siguiendo el ejemplo de Jesús que  tuvo actitudes preferenciales con el que sufre, con el vulnerable, con el postergado y con el pobre”, destacó.

El obispo auxiliar de Lima manifestó que los agentes de la Pastoral de Salud deben tener una actitud «contemplativa y activa», a fin de cultivar un «equilibrio psicológico y una sana motivación vocacional a este ministerio” para realizar “un trabajo de control emocional”.

Al término del encuentro, y como un gesto de solidaridad, los participantes del taller entregaron donaciones de medicinas y kits de higiene para que sean distribuidos a los hospitales de nuestra ciudad.

Cabe señalar que el «Taller de Formación para agentes pastorales» continuará este sábado 23 de marzo, en el horario de 4:00 a 7:00 P.M. Todos los interesados en participar pueden confirmar su asistencia a través del siguiente número: 940 148369.

La Vicaría de la Juventud de Lima ha iniciado un camino de peregrinaje con miras a la Jornada Arquidiocesana de la Juventud 2024. La denominada «Cruz de los Jóvenes» comenzó su recorrido por las parroquias de la Vicaría I, bajo el acompañamiento del pre-vicario de la vicaría, el Padre Rodolfo Silva.

En la Eucaristía ofrecida por los jóvenes y la amistad, celebrada en Catedral de Lima a mediados de febrero, Monseñor Juan José Salaverry hizo entrega de la «Cruz de los Jóvenes» a la primera comunidad de jóvenes de la Vicaría I. Fue así cómo se dio inicio a un camino de peregrinaje hacia la JAJ 2024, teniendo como primera parada la Parroquia San Lázaro, en el Rímac.

En su primera semana, la «Cruz de los Jóvenes» congregó a varios jóvenes de San Lázaro quienes, bajo el acompañamiento del Padre Frederic Comalat, vivieron un momento de oración y recogimiento.

Como segundo punto de encuentro, la Cruz fue llevada en procesión hacia la Parroquia San Francisco de Paula, y fue recibida con gran entusiasmo por la comunidad parroquial del Padre Óscar Balcázar. Y junto a los jóvenes del decanato 1, se celebró una Eucaristía comunitaria.

El peregrinaje se trasladó hasta Ate, donde fue recibida en la Capilla Señor de los Milagros, en la Urbanización Valdiviezo. La procesión siguió a la la Parroquia Nuestra Señora del Camino, del decanato 2, donde se celebró una misa comunitaria con la participación del Padre David Francisco, Padre Rodolfo Paripanca y Padre Eduardo Cabrera.

Finalmente, la «Cruz de los Jóvenes» visitó la Parroquia Nuestra Señora de Monserrat y San Sebastián, donde fue recibida con júbilo por los miembros de la pastoral juvenil y catequistas de la Parroquia. La Eucaristía comunitaria fue celebrada por el Padre Rodolfo Silva y el Padre Luis Fernando.

De esta manera, concluyó el peregrinaje de la «Cruz de de los Jóvenes» en la Vicaría I. En estos momentos, la Cruz se encuentra recorriendo las calles, comunidades y parroquias de la Vicaría III.

«Tengamos una Semana Santa profundamente identificada con el amor y el servicio, la opción preferencial por los más desvalidos y necesitados», con estas palabras, el arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo, anunció que todas las parroquias de nuestra Arquidiócesis se convertirán en centros de acopio para recibir las donaciones de víveres no perecibles y menestras para las ollas comunes.

A puertas de la Semana Santa, la Arquidiócesis de Lima ha centrado sus esfuerzos en atender las realidades más complejas de nuestra sociedad, entre ellas, la precariedad de nuestras ollas comunes. Interpelados por esta situación, Monseñor Carlos Castillo se ha dirigido a todo el Pueblo de Dios para exhortar nuestra movilización y organización ante la grave crisis de hambruna.

«Hemos elegido el lema: “Compartiendo, como Jesús, el pan y la vida, saciemos unidos el hambre de nuestro pueblo”. Les pido que nos unamos en una gran campaña con Cáritas Lima, usando como centros de acopio nuestras parroquias. Todas las donaciones de víveres se trasladarán a las zonas más vulnerables con el apoyo del voluntariado de jóvenes», ha expresado el Primado del Perú.

Convoquemos a todas las fuerzas vivas, a las empresas, a los colegios y a todas las organizaciones, a que nos unamos en esta movilización civil al servicio de satisfacer y colmar el hambre de nuestras ollas comunes vacías.

El arzobispo de Lima ha recalcado la importancia de dedicar, en esta Semana Santa, nuestra «especial atención a quienes están sufriendo el hambre: las personas, los niños, los jóvenes, las señoras que tienen sus ollas comunes en las partes más altas de la ciudad y en los cerros más lejanos, donde se han formado muchísimos nuevos pueblos y el hambre está cundiendo».

Cómo donar a las ollas comunes

– Acércate a tu Parroquia más cercana para entregar las donaciones de víveres y menestras.

– También puedes acercarte a los almacenes de Cáritas Lima (Jr. Chancay 282 – Cercado de Lima). Para otro tipo de donaciones o aportes económicos, comunícate al 941 680 200

– Todo lo reunido será canalizado y distribuido por Cáritas Lima a las ollas comunes más vulnerables de nuestra ciudad.

La comunidad de docentes de Educación Religiosa de la Oficina de Educación Católica, ODEC Lima, participó de una Eucaristía por el inicio del nuevo año escolar 2024, presidida por el Pbro. Jaime Llamas, Capellán de la institución.

La ceremonia religiosa se llevó a cabo el sábado 16 de marzo en las instalaciones del Instituto Superior de Estudios Teológicos Juan XXIII, en el distrito de Pueblo Libre.

Dirigiéndose a los docentes de Educación Religiosa, el Padre Jaime Llamas señaló que, al iniciar este nuevo año escolar, “es el Señor quien les confía esta misión”, impulsándolos a “tomar la fuerza y motivación” para llevar adelante esta tarea porque «sin Él es imposible realizarla».

El Capellán de ODEC Lima refirió que necesitamos «abrir nuestro corazón permanentemente al mensaje que nos quiere transmitir Dios a través del Evangelio» y, desde el rol de cada docente, «anunciar a Jesús con fe viva a nuestros estudiantes».

El Señor nos invita a despojarnos de esos esquemas antiguos y prejuicios que pueden impedirnos abrirnos a la novedad del Evangelio. Tenemos el compromiso de anunciar al Señor y debemos ser muy cuidadosos para no instalarnos en una fe de costumbre, sino en una fe viva y permanente con Dios.

El Padre Llamas afirmó que, con la inspiración de Dios, este año escolar es una oportunidad para continuar «educando con nuestro testimonio de servicio y vocación», superando los desafíos y situaciones difíciles que puedan presentarse, como lo sucedido en la Pandemia, que puso a prueba la capacidad creativa de miles de maestros para continuar enseñando desde la virtualidad.

Dios se sirve de nosotros para tocar la vida de los alumnos que ha puesto en nuestras manos.

Central telefónica
(511)2037700